El 6 de julio de 1915 la prensa daba constancia en sus páginas de un curioso fenómeno paranormal que intranquilizaba a la ciudad de Valencia. Los vecinos de la Plaza del Esparto, 7, una de las zonas más populares y céntricas de la ciudad, estaban conmocionados por unos misteriosos ruidos que les helaban la sangre por las noches sin que hubiese una explicación lógica aparente. Enseguida se habló de fantasmas y almas en pena que golpeaban sin descanso.

Los primeros golpes se escucharon en el entresuelo del edificio, extendiéndose con el paso de los días a viviendas y edificios próximos. La cobertura dada por la prensa dio a conocer el fenómeno a toda la ciudad y el 5 de julio de 1915 la policía tuvo que cargar contra la multitud agolpada en la zona e interesada en oír los golpes de los fantasmas de la Plaza del Esparto. Cien años después sigue siendo un misterio sin resolver.

El duende de la Plaza del Esparto, el primer poltergeist mediático de España

Este caso fue uno de los primeros poltergeist mediáticos acaecidos en España. La prensa hizo un seguimiento de los acontecimientos y consiguió hacerlo conocido en todo el país y acudiendo curiosos investigadores para dar constancia de la veracidad del caso. Si bien la prensa comenzó a hacer eco de los hechos en el mes de julio, todo había comenzado meses antes en la vivienda de la familia Colomero.

Vista de la ciudad de Valencia, España
Vista de la ciudad de Valencia, España

Esta familia estaba integrada por un Capitán de la Guardia Civil ya retirado y sus dos hijas, quienes desde la primavera de aquel año de 1915 escuchaban a diario unos golpes violentos y ruidos extraños durante toda la noche. Con los días los ruidos se comenzaron a oír en otras viviendas del edificio y en los edificios adyacentes. Según la prensa, los golpes a veces parecían puñetazos y otras veces sonaban como cascos de caballo golpeando contra el suelo.

Un misterio sin respuestas

La llamada Casa del Duende se hizo muy popular y las teorías sobre lo que ocurría realmente en aquella casa que se barajaron fueron desde que era obra de un bromista, a que existía una fábrica de monedas falsas o que todo era producto de la sugestión y a superstición. La mayoría optó por pensar que era el alma de alguna persona atormentada y se incrementó el número de misas y feligreses que acudían a las iglesias de la zona a rezar por el Duende. También hubo chistes e incidentes curiosos que llevaron a la policía a cercar y vigilar el inmueble para impedir revuelos como la carga policial llevada a cabo el 5 de julio de 1915.

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Ante la dimensión del caso se procedió a colocar micrófonos en las paredes y registrar a fondo todas las paredes, suelos, alcantarillas, fosos y pozos situados en el edificio y sus cercanías. Las investigaciones fueron en vano y no se encontró una explicación al fenómeno.

Una sesión de espiritismo

También se realizó una sesión de espiritismo, en boga desde mediados del siglo XIX, para encontrar el motivo de los misteriosos golpes. El espiritista Maximiliano Thous, de Játiva, realizó una sesión de espiritismo en la casa contactando con un espíritu que respondió de manera brusca, sin aclarar nada sobre el por qué de los golpes.

El día 13 de julio de 1915 los golpes cesaron y nunca más se volvieron a escuchar. El fenómeno del Duende de la Plaza del Esparto sigue siendo un misterio 100 años después.