En Supercurioso os hemos hablado de síndromes muy diversos como el síndrome de marfán o el síndrome de agotamiento emocional. Hoy queremos profundizar en unos trastornos que pueden sufrir las personas que aman en exceso los libros. Nos hemos centrado en tres: la bibliomanía, la bibliofagia y la bibliocleptomanía.

1. Bibliomanía

Al amor por los libros se le llama bibliofilia y no tiene nada que ver con la bibliomanía. Ésta es un trastorno obsesivo-compulsivo que se asocia directamente al síndrome del acaparador compulsivo. En este caso, la persona acumula libros que ni son útiles ni tienen ningún valor.

libros

Se da el caso de bibliómanos que tienen varios ejemplares de un mismo libro e incluso de guías caducadas. Este tipo de coleccionismo se basa en la cantidad y no en la calidad o utilidad de los libros. Lo único que comparten el bibliómano y el bibliófilo es que su amor por el libro no se limita a la lectura, sino que se traspasa al objeto.

2. Bibliofagia

Es otro trastorno obsesivo-compulsivo que no por raro deja de existir. Se incluye dentro de las «picas», que son los trastornos que impelen a ingerir cosas inusuales y de ningún valor nutritivo. Este caso consiste en un impulso irrefrenable por comer libros o papeles de cualquier tipo. Llegándose a dar el caso de personas que comen papel higiénico.

bibliófago

Al ingerir papel se consumen también productos químicos utilizados en su fabricación y naturalmente celulosa. Estos componentes no son aptos para el consumo humano y pueden dañar la salud del bibliófago de manera muy seria. Si se sospecha de este trastorno, hay que acudir al especialista para ponerle remedio lo antes posible.

3. Bibliocleptomanía

El bibliocleptómano es un cleptómano especializado. Cómo todos los que padecen este problema psíquico, siente un impulso incontrolable de sustraer algo; en este caso, libros. Hay quien roba por no tener dinero para comprar, quien lo hace para revender y ganar dinero, pero el bibliocleptómano lo hace por el afán de poseerlo, no importa su valor. Puede robar en tiendas o ser aquella persona que pide prestado un libro y jamás lo devuelve.

Como curiosidad citaremos dos avisos a los bibliocleptómanos. El primero es del siglo XV y se puede ver en la biblioteca de la Universidad de Salamanca. En él se condena a la excomunión al que robe un libro.

excomunion

El segundo es una maldición. Varios autores afirman que se encuentra en la biblioteca de un monasterio barcelonés y aunque no hemos podido comprobarlo, lo citamos como una curiosidad.

“Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve,
que se le mude en sierpe en la mano y lo desgarre.
Que quede paralizado y condenados todos sus miembros.
Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca.
Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa.
Y que cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre.”

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