Entre 1917 y 1928 una cruel epidemia se cebó en la población mundial causando millones de muertes, su mortandad se acercó a la de la temible gripe española. Los médicos estaban desconcertados, parecía una epidemia de sueño que terminaba de forma fatal. Descubre qué causó la epidemia de sueño que mató a millones de personas y que quedó magníficamente plasmada en la película «Despertares».

La epidemia de sueño que mató a millones de personas

Coincidiendo con la gran mortandad de la gripe española (1918-1920), la humanidad fue atacada por otro plaga que se inició en 1917 y remitió en 1928. Entre esos años dejó millones de muertos. La enfermedad fue llamada encefalitis letárgica y su característica principal es, en caso de sobrevivir, sumir al enfermo en un estado semi-inconsciente parecido al sueño. Tal como explica la película «Despertares», gracias al Dr. Oliver Sacks, algunos de los supervivientes vivieron un periodo de «despertar» al serles administrado un fármaco que se utilizaba para el Parkinson llamado L-DOPA.

La epidemia de sueño que mató a millones de personas

Entre los síntomas más comunes entre los enfermos aquejados por esta epidemia de sueño, estaban algunos tan corrientes como la fiebre, los dolores de cabeza y garganta y otros menos comunes como retraso en las respuestas físicas y mentales, visión doble, fatiga y episodios de catatonia. Cuando la enfermedad se agudizaba los síntomas aumentaban, incluyendo temblores, dolores e incluso psicosis. Esta cruel enfermedad dejó cientos de personas sumidas en esta especie de sueño perpetuo del que los médicos ignoraban como sacarlos. No se sabía la causa y al remitir la epidemia espontáneamente quedó como un suceso terrible sin solución médica.

La epidemia de sueño que mató a millones de personas

En los años 60 Oliver Sacks probó la L-DOPA en algunos pacientes, consiguiendo una gran mejoría en los enfermos de la epidemia de sueño que, lamentablemente, no fue permanente. La medicación dejaba de hacer efecto y había que aumentar la dosis continuamente con unos terribles efectos secundarios hasta que era inútil. Tristemente, en la década de los 80, volvieron a darse una veintena de casos de encefalitis letárgica. Dos médicos británicos, Russel Date y Andrew Church decidieron averiguar la causa de la enfermedad y su posible solución. Detectaron que lo que unía los casos de los años 20 con los de los 80 era un inicial dolor de garganta. A partir de este dato descubrieron que la causante era una bacteria estreptococo, común en los dolores de garganta, que había mutado. Ésta, al parecer, producía en algunos enfermos una reacción desmesurada de su sistema inmunitario que acababa atacando al sistema nervioso.

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El tratamiento, sin embargo, no es fácil. Además de los esteroides y la Levodopa, que acaba produciendo graves efectos secundarios, actualmente se utiliza Zolpidem -una medicación para dormir-, parece que con buenos resultados.

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Imágenes: Wellcome Images, Constantin Von Economo[1]