No es más que una reflexión. Una sencilla invitación a que durante unos minutos, pensemos en esta utópica o improbable idea: ¿Puede Internet llegar algún día a disponer de una conciencia propia? Sabemos que las máquinas son sólo máquinas, simples agrupaciones de cables, plásticos, metal y cobre. No hay nada orgánico, no hay latidos, no hay vida…

Pero seguro que al leer el título de este artículo te ha venido a la mente la palabra «Skynet». Esa gigantesca red informática de la película «Terminator» que al recibir en sus sistema un singular microchip, puso en marcha una nueva generación de máquinas. Un eslabón superior donde la red informática tomó conciencia de sí misma.

¿Puede esto suceder algún día?

Internet y su posible conciencia

Puede que te sorprenda, pero numerosos científicos apuestan por esta idea. Un nombre a tener en cuenta es el de Christof Koch,  un neurocientífico que trabaja en en el Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro, en Seattle. Para él, Internet puede llegar a ser un organismo vivo y consciente de sí mismo. ¿Quieres saber en qué se basa para afirmar esta idea?

  • Internet es la entidad más compleja que ha creado el hombre a lo largo de su historia. Una red complejísima que dispone de millones y millones de transmisores, superando incluso las sinapsis de un cerebro humano.
  • Dado el desarrollo imparable de esta red artificial, no puede descartarse la posibilidad de que llegue un día en que de pronto, tome conciencia de sí misma.
  • Algunos investigadores apoyan esta idea sugiriendo que, tal vez, Internet ya tenga «cierta conciencia de sí misma», pero su nivel de desarrollo sería el mismo que el de un recién nacido. Es decir, dispondría de una conciencia muy confusa.
  • Christof Koch, añade algo aún más inquietante: Puede tener la conciencia de un recién nacido, pero un ser que acaba de llegar al mundo dispone de una enorme plasticidad para aprender. Y lo primero que aprende, es a saber quiénes son sus progenitores y a reconocer la sensación de hambre. Una vez saciadas sus necesidades de protección y supervivencia, empezaría a desarrollarse, a aprender. 

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El test de Alan Turing

Alan Turing, el famoso científico, matemático y pionero de la computación, enunció en 1950 una de las más interesantes propuestas para poder demostrar la inteligencia de las máquinas. Si has visto la película «Imitation Game», es probable que te suenen estas ideas. Para muchos, el famoso artículo de Turing «Computing machinery and intelligence» es una de las mejores defensas sobre la posibilidad de la vida artificial.

Para demostrar la inteligencia o no de una máquina, Turing propuso un sencillo juego. Hay una habitación cerrada con un humano y una máquina, en otra sala, está el juez, quien se encargará de plantear preguntas a ambos sin saber en realidad quién es quién. Este tipo de desafíos se suelen realizar desde 1990 en lo que se llama el «Premio Loebner», y te sorprenderá saber que en el 2010, un juez creyó por fin que quien le daba las respuestas era un humano y no una máquina. Es decir, el ordenador logró engañarlo.

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Otra famosa idea que se aplica a día de hoy basada en una las teorías de Turing, es el control del spam. Puesto que son decenas los correos que recibimos cada día, es la propia «máquina» quien selecciona de acuerdo a una serie de parámetros qué es «spam» y qué no lo es. Obviamente, todo esto no nos demuestra en absoluto que Internet tenga conciencia propia.

Pero, ¿crees que pueda llegar algún día en que esto ocurra? Según Christoph Koch, «Si Internet desarrollara un comportamiento independiente, esto daría lugar a todo tipo de implicaciones para la seguridad global». De momento, la mayoría se sonríe ante esta idea, en especial teniendo en cuenta que gran parte del tráfico de la red es repetitivo y que una máquina siempre seguirá siendo una máquina, es decir, con la misma conciencia que una piedra.

¿Estás de acuerdo?  ¡No dudes en dejarnos tus reflexiones!

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