Junto con el trigo, el arroz y la yuca, el maíz es uno de los cultivos que nos ha acompañado desde hace miles de años y que ha favorecido el crecimiento y expansión de la especie, pues también sirve para la alimentación animal y, en tiempos más recientes, para la elaboración de biocombustibles.

Pero no queremos hablarte de sus ventajas y características más conocidas, y tal vez más importantes, sino de un aspecto más próximo al arte y al gusto humano por la belleza. Se trata de una variedad de maíz conocida como Maíz Arcoíris (Rainbow Corn), y cuya historia es tan notable como su mazorca multicolor.

El Maíz Arcoíris

La historia se inicia en Oklahoma, Estados Unidos, donde un granjero con ascendencia cherokee, Carl Barnes, notó que algunas de sus mazorcas producían granos con colores distintos al amarillo y dorado tradicional. Fue apartando estas semillas y finalmente consiguió maíz multicolor. Nadie sabe exactamente cuántas cosechas le tomó producir esta variedad, conocida hoy en día como Gema de Cristal, pues los granos brillan como trozos de vidrios de colores.

mazorcas

El maíz arcoíris es en buena parte resultado de la búsqueda de Barnes de sus raíces indígenas, que decidió compartir este conocimiento y algunas semillas con otro agricultor productor de maíz, Greg Schoen, quien en 1999 se mudó a Nuevo México, y allí comenzó a sembrar esta variedad junto a otras cepas de maíz más tradicionales, que al combinarse han generado mazorcas con granos más coloridos y con diseños distintos.

El boom en las redes del maíz multicolor

A cada nueva variedad Schoen le fue asignando un nombre, de acuerdo con sus características y color dominante: “colores del circo”,  “azul profundo”, “verdadero arcoíris”, y en 2012 colocó en Facebook la imagen de una nueva variedad: “Gema de Cristal” (granos azul verdosos alternados con otros rosa y púrpura), que se convirtió en un fenómeno viral.

Antes, en 2009, Schoen envió semillas de este maíz a Bill McDorman, propietario de una empresa en Arizona llamada Native Seeds, especializada en conservar y promover el uso de semillas tradicionales, y también responsable de comercializar el maíz arcoíris.

De las tierras ancestrales americanas al ciberespacio

Carl Barnes llegó a estas semillas gracias a intercambios y a una relación de años con otros descendientes del pueblo cherokee interesados en recuperar las variedades de maíz sembradas por sus ancestros.

en tierra

Probablemente nunca imaginó que esta búsqueda culminaría con numerosas imágenes de las mazorcas multicolores en internet y una demanda de semillas a través de las redes que no ha dejado de crecer desde 2012.

El grano de maíz arcoíris contiene mucho almidón, por lo que la mejor forma de consumirlo es en forma de harina, aunque su verdadero valor es ornamental y cultural. Es una semilla de arte.

El ser humano puede crear cosas verdaderamente hermosas en complicidad con la naturaleza, como el caso del árbol Frankenstein, un árbol hecho «de varias piezas».

Te dejamos un pequeño vídeo para que disfrutes de esta singular variedad de maíz.