Si eres escritor y buscas inspiración, entonces tu lugar idóneo es sin duda Ruby Beach. Pero si lo que necesitas es simplemente desconectar de tu rutina y visitar un escenario único, tampoco pases por alto este rincón sobrecogedor de EEUU donde disfrutarás, cámara en mano, de cada aspecto único y especial, donde la naturaleza teje una vez más la mayor de las bellezas.

Ruby Beach, donde el bosque se entremezcla con el mar

Para visitar este escenario único deberás viajar hasta EEUU, concretamente hasta el Parque Nacional Olympic. Es ahí donde se abre de pronto todo un largo tramo costero único en el mundo, en el cuál el bosque se adentra espectacularmente dentro del mismo mar. Podrás ver infinidad de árboles caídos, o cuyas raíces se meten entre rocas y arena, bordeando el agua aquí y allá. De vez en cuando las viejas coníferas se alzan como curiosas vigías, como faros de madera anciana observando ese lejano océano sobre el cuál entrever el tiempo y el pasar de los días.

Rudy Beach 1

Uno de esos tramos es Rialto Beach, y otra, una de las más hermosas es sin duda Ruby Beach. Allí el mar es más convulso, más nervioso y ardiente. Un espacio único donde el bosque se encuentra con la playa, un lugar en el que el clima nos recibe con una suave frialdad y algo de humedad, un rincón peculiar sometido a poderosas tormentas y marejadas que dejan postales únicas para todo amante de lo curioso.

Ruby Beach 2

Este escenario se encuentra dentro de lo que se conoce como el Santuario Nacional Marino de Washington. El nombre de la playa, Ruby, tiene su origen en la gran cantidad de cristales existentes originados por el viejo glaciar que en realidad, da vida desde siempre a esta antigua zona. Se dice que en las mañanas de verano cuando el cielo es muy despejado, toda esta playa reluce de un modo espectacular, como si acabáramos de despertar en otro mundo, en otro planeta.

Ruby Beach 3

Llama la atención la gran cantidad de madera y troncos de árboles a la deriva. Pilas gigantescas que van de aquí allá, a la voluntad del mar y de sus vaivenes, de esa furia con la que los suele derribar en ocasiones. El olor allí es sencillamente evocador. A instantes se alza la fragancia de madera húmeda, de hojas nuevas y bosque puro. Pero al instante, acude esa brisa salitrada enredándonos con ese velo marino que todo lo alcanza y lo satura. La batalla entre el mar y el bosque, parece no tener fin en Ruby Beach. Ese lugar que todos deberíamos visitar alguna vez