Las llamaron «Oil Stones«, ciudades alzadas sobre el mar Caspio en plena Guerra Fría, mediante las cuales extraer petróleo y facilitar a la vez la vida de los trabajadores y sus familias. La verdad es que resultan curiosos todos estos gigantescos proyectos que la hermética Rusia de aquella época emprendió con tal de ir siempre un paso por delante de Occidente. Este fue un proyecto más o menos conocido que, finalmente, acabó fracasando, pero hubo otros que solo quedaron en el misterio y en la sombra, proyectos aún clasificados como «secreto» de los que aún no sabemos nada.

Y es que, tal y como Winston Churchill dijo una vez «Rusia es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”.

Las fascinantes ciudades levantadas en el Mar Caspio

Oil Stones

Estábamos en plena Guerra Fría. Rusia se levantaba con fuerza tras la Segunda Guerra Mundial, y ansiaba ante todo ir en primera fila en todo lo relativo a industria y armamento. El petróleo ha sido siempre ese oro negro que pone el aceite a todo engranaje de progreso, a todo motor de explosión con el cual ganar aquella batalla eterna contra EEUU.

Había que alzar nuevas industrias, carreteras, ferrocarriles… se necesitaba energía, y eran muchas las investigaciones emprendidas en busca de nuevos yacimientos de petróleo. Era pues un buen momento para probar suerte en los fondos marinos, y, el mar Caspio, se antojaba como una fructífera fuente de la cuál obtener el siempre venerado oro negro.

Rusia construyó en auténtico secretismo y a unos 42 kilómetros de tierra, una de las mayores estructuras artificiales de la Tierra. Se trataba de una fascinante ciudad elevada sobre el mar con la cual buscaban albergar a los trabajadores y sus familias, intentando así que el rendimiento y la comodidad fuera mucho mejor. Esta ciudad disponía de cualquier necesidad que uno necesitara o soñara, contaba con tiendas, jardines, tiendas, decenas de calles por las que pasear, cines donde relajarse…. En ella vivían 5000 personas, en una ciudad que disponía de una extensión de 350 kilómetros de longitud.

Los años se sucedieron con efectividad y gran productividad. Pero el país seguía buscando nuevas localizaciones donde extraer petróleo y no tardaron en darse cuenta, que Siberia era un auténtico paraíso del crudo. ¿Y qué pasó entonces con la ciudad elevada sobre el Mar Caspio? Que quedó en el olvido. O en el semi- olvido, porque los pozos ya no ofrecen ni gota de petróleo, y porque ahora esta zona pertenece al estado independiente de Azerbaijan. A pesar de ello, aquí siguen viviendo unas 2000 personas… en una ciudad en ruinas con tramos que se hunden cada poco en tiempo en el mar, y con una miseria que las autoridades del país prefieren no atender. La ciudad alzada sobre el mar en plena Guerra Fría, es ahora un escenario desolador que evoca una época pasada de grandes aspiraciones, de la que solo quedan las cenizas.