La crisis de ausencia es un tipo de epilepsia, cuyos síntomas no son muy conocidos y por lo tanto muchas personas no los llegan a asociar con una crisis epiléptica. Son instantes, apenas unos pocos segundos, en que la persona se queda ausente, sin consciencia de lo que sucede a su alrededor. Son cortocircuitos cerebrales que pueden ocurrir hasta 30 veces en un mismo día.

Tipos de Crisis de Ausencia:

1. Ausencias típicas

Este tipo de crisis suele aparecer a temprana edad y generalmente desaparece en la edad adulta, aunque siempre hay excepciones al respecto. Generalmente aparece en niños que no tienen ningún otro problema o anomalía de cariz intelectual.

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Los síntomas de las ausencias típicas suelen ser: Desconexión abrupta del medio, dejan de hacer la actividad que estaban llevando a cabo, no se mueven, no hablan. La crisis dura segundos y cuando la misma termina, retoman sus tareas como si nada hubiera pasado, no tienen consciencia de lo que sucedió en esos segundos.

2. Ausencias atípicas

La diferencia entre este tipo de crisis y la anterior es que la desconexión del medio ambiente no suele ser tan brusca, por el contrario, es de forma más paulatina, así como también en el momento en que se recobra la consciencia. También este tipo de crisis suele durar más tiempo que la típica, aunque generalmente es menos de 1 minuto.

3. Crisis parciales complejas

Las crisis parciales complejas suelen durar un minuto o incluso un poco más, la persona que la sufre puede moverse de forma automática y realizar algunos movimientos, gestos y/o sonidos sin sentido.

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Otra característica distintiva de este tipo de crisis, es que al paciente le cuesta más recuperarse y tomar plena consciencia del medio ambiente, puede variar de segundos hasta varios minutos y en algunas ocasiones puede recordar que tuvo una crisis.

Según varios especialistas este tipo de epilepsia tiene muy buen pronóstico, por lo cual es fundamental que sea diagnosticada y tratada a tiempo, sólo de esa manera se podrá evitar que las crisis de ausencia puedan convertirse en un problema de mayor magnitud a lo largo del tiempo.