Como habrás notado por los numerosos artículos en nuestra página sobre el cerebro, éste es un órgano que nos inspira mucha curiosidad. Pero es que todavía nos falta mucho por descubrir lo que sucede puertas adentro, no ya de nuestra mente sino en el laberinto de nuestras neuronas.

¿Es normal la senilidad?

¿Cuántas personas mayores conoces que sean perfectamente lúcidas, incluso a los ochenta o noventa y tantos años? Personalmente, conozco unas cuantas, pero no es la mayoría.

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Si nos atenemos al concepto normal, la senilidad es un estado patológico de debilitamiento físico y mental que sufren algunas personas ancianas, y que sobrepasa el grado de pérdida de facultades propio de la vejez. En otras palabras, y según podemos deducir, con la edad hay pérdida de facultades, deterioro celular, cognoscitivo, motriz, etc.

Es lo que nos han dicho desde siempre, es lo que vemos en nuestras familias, en las sociedades. Cuando llegamos a viejos muchas de nuestras habilidades se pierden, ya no caminamos igual, la voz suena cascada y temblorosa, el pulso no es tan firme… en fin, la juventud se acabó.

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Pero, ¿qué te parecería si no fuese exactamente así?

La neuróbica, un entrenamiento muy nuevo

Tan importante es ejercitar el cuerpo como la mente, ¿a que sí? Para el cuerpo tenemos gimnasios, parques enormes donde hacer jogging, carreteras que se extienden infinitas si quisiéramos correr como Forrest Gump, todo un tinglado de mercadeo donde ponernos en forma es esencial.

Y estamos de acuerdo, muy de acuerdo. Los músculos necesitan movimiento, el cuerpo humano está diseñado para moverse, no para estar sentado detrás de un pupitre, un escritorio o delante de una pantalla. La elasticidad muscular se gana con la práctica, y si no haces nada sencillamente te irás anquilosando poco a poco, te dolerán las articulaciones, los huesos, te costará agacharte a recoger un papel… aunque sólo tengas treinta años.

A medida que te ejercitas ganas flexibilidad, resistencia, fuerza, y sobre todo ganas calidad de vida para los “años dorados”. La esperanza de vida hoy en día, en promedio, llega a los ochenta o noventa años. Lo ideal es que lleguemos a esa edad enteros, tanto física como mentalmente.

¿Y qué hay para nuestra mente? Hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que la vejez venía siempre acompañada de desmemoria. Algunos científicos se dieron cuenta de que no todo el mundo llegaba igual a la ancianidad y observaron que entre la gente con un mayor grado de educación la incidencia de enfermedades como el Alzheimer o la demencia senil era menor.

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Hoy sabemos que el grado de educación no tiene nada que ver, sino más bien lo activa que está nuestra mente a lo largo de la vida.

¿En qué consiste?

Es una técnica con la que se generan nuevas conexiones neuronales para equilibrar y mejorar el aprendizaje. Como nuestro cerebro funciona como un todo, es preciso ejercitar varias áreas a la vez, como la atención, el pensamiento creativo, el lenguaje, la concentración y la memoria, y entonces se diseña una “rutina” de ejercicios personalizada, igual que si estuviéramos en un gimnasio y con un entrenador.

Uno de los objetivos de la neuróbica es integrar los dos hemisferios cerebrales para que trabajen en conjunto, puesto que ya está ampliamente demostrado que cuando hay problemas o bloqueos de aprendizaje es porque trabajamos con uno solo.

¿Cómo entrenar el cerebro?

Los estímulos, acciones, actividades y pensamientos inusuales y nuevos promueven el crecimiento de dendritas y neuronas en el cerebro, lo que se conoce como neurogénesis que, entre otras cosas, se encarga de mantener la plasticidad cerebral.

Cambiar las rutinas, el modo de hacer las cosas cotidianas es una manera de entrenar y desafiar al cerebro. Jugar ajedrez, sacar crucigramas o sudokus, leer y escribir, elaborar resúmenes, lavarse los dientes con la mano opuesta a la que siempre usamos, aprender un nuevo idioma son formas extraordinarias de entrenamiento cerebral.

estudio

Se calcula que a partir de los 25 años, ya comenzamos a perder alrededor de 50.000 neuronas diarias. La buena noticia es que nuestro cerebro es capaz de establecer conexiones neuronales y seguir creciendo… siempre y cuando se le estimule.

La gimnasia mental nos ayuda a reducir la pérdida de memoria, nos vuelve mejores para tomar decisiones, se incrementan los niveles de concentración y agilidad mental, reaccionamos más rápido, ganamos confianza en nosotros mismos y con un mejor estado de ánimo.

“Rutina” de ejercicios

– Escribe, pero también péinate, cepíllate los dientes o teclea en el móvil con la mano opuesta.

– Haz cosas distintas, como comer algo que nunca habías probado o ver una película que nunca se te hubiese ocurrido ver. Lo importante es crear conexiones y que se integren diversos sistemas de procesamiento cerebral.

– Vístete con los ojos cerrados. Cambia las cosas de lugar. Camina hacia atrás.

– Resuelve acertijos, problemas, rompecabezas. Cambia tus rutinas.

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– Lee en voz alta para ejercitar mente, vista, voz y oído.

– Grita a todo pulmón por un minuto… activas tu sistema nervioso, permites que las emociones fluyan, disminuyes el estrés e incrementas tu capacidad respiratoria, ¿qué te parece?

Todo esto mantendrá activa tu mente y mientras más pronto lo hagas mayores beneficios tendrás.

¿Conoces otro ejercicio mental? Te invitamos a que leas sobre el doctor Ramón y Cajal, el artista de la neurona.