En la actualidad, pocas personas conocen el nombre de Audrey Munson. Sin embargo, su cuerpo, su rostro, su elegancia griega habita en los rincones más famosos de Nueva York. La llamaron «Miss Manhattan» por ser esa modelo que todos los artistas deseaban tener a su lado para crear sus esculturas. Tan es así que, entre 1908 y 1915, fue la mujer en la que se basaron para dar forma a todas las esculturas femeninas de Nueva York. Y no solo eso, ella es el ángel que reposa en muchos cementerios de Estados Unidos, la dama de infinitas fuentes en estados como Ohio o Massachusetts, o la representación de la pureza, la belleza o la inteligencia de infinidad de monumentos de estilo clásico.

Entonces, luego de haber tomado entre sus manos tales glorias, ¿Cómo fue posible que su nombre se perdiera en los intrincados pasillos de una historia anónima? Como una más de las mujeres artistas olvidadas, Audrey Munson tuvo una vida que danzó entre las glorias, las desdichas y las tragedias. Hoy en Supercurioso te contamos la vida de quien sería la primera supermodelo. Acompáñanos.

¿Quién fue Audrey Munson?

Audrey Munson

Audrey Munson tenía poco más de 15 años cuando fue descubierta, mientras paseaba por las calles de Nueva York en compañía de su madre. Le dieron una tarjeta y, al día siguiente, las dos fueron a un despacho de modelos donde la niña fue fotografiada por primera vez. Gustaba ante todo su porte, sus facciones clásicas, su belleza serena, sus proporciones armónicas y suaves que recordaban a las esculturas del periodo grecorromano.

Tras esas primeras fotografías que resultaron todo un éxito, empezaron a llegar propuestas algo más serias. El Hotel Astor de Nueva York quería un conjunto escultórico con unas musas, y Audrey Munson tenía esa belleza ideal que tan bien encajaba con dicho propósito. Solo existía un inconveniente: la muchacha debía posar desnuda. ¿Puso la madre o la niña alguna traba al respecto? Absolutamente ninguna. Pagaban muy bien y tras el divorcio, la progenitora de Audrey vio como algo positivo ese trabajo inesperado, cómodo y ante todo, bien retribuido como para ofrecerles un buen sustento y renombre. Su carrera no había hecho más que empezar. Estábamos en 1906.

1. El desarrollo de una carrera exitosa

La primera supermodelo

Audrey Munson fue la musa para los escultores y pintores más conocidos de la época. Todos requerían de su presencia y servicios: posar durante horas desnuda, para ser, por ejemplo, el «Espíritu del Comercio» del puente de Manhattan o la diosa romana de la abundancia de la fuente Pulitzer. Fue el rostro de múltiples revistas, postales, publicidad… Todas las artes estéticas de principios del siglo XX tenían el nombre de Audrey Munson escrito en la agenda, en la mente y en la retina. Era la mujer de moda, la belleza de aquella época.

Con treinta años lo tenía todo, pero la diosa de Manhattan, la diosa de los artistas, perdió sus alas en 1919 de la forma más despreciable. En aquel año estaba haciendo teatro, después de que el multimillonario Edward Franklin Albee II se fijara en ella y la contratara. No obstante, los propósitos del gran empresario tenían una clara doble intención que Audrey no dedujo. En la noche del primer estreno, Edward Franklin Albee II entró a su camerino «para cobrarse el favor». La muchacha se negó, sin comprender que una negativa para una personalidad semejante, suponía nada más y nada menos que tener ya todas las puertas cerradas de la ciudad.

Otra hipótesis sobre su vida, defiende que realmente su salario como modelo no era el mejor, y que intentó con todas sus fuerzas abrirse paso en el mundo del cine. De hecho, logró rodar cuatro películas, pero no tuvo mayores oportunidades ni logró destacar como actriz, por lo que regresó a Nueva York con su madre, decepcionada de una industria a la que catalogó como ingrata.

2. El declive de Audrey Munson

La primera supermodelo

De vuelta en Nueva York, Audrey Munson empezó a ser duramente criticada por la prensa, aquella que la había encumbrado como la belleza helénica más destacada de la ciudad. Empezaron a criticarla, a perseguirla y a publicar cualquier detalle morboso sobre su vida. Solo un tiempo después, saltó a los medios un escándalo de mal gusto. El casero de Audrey Munson, había asesinado a su esposa tras haberse enamorado ciegamente de la modelo. Ante su negativa, el casero (según la prensa) decidió asesinar a su esposa.

La oscuridad, el descrédito y la burla fueron ya las únicas compañeras de Audrey. Llegó a tal extremo de desesperación que intentó suicidarse con pastillas de bicloruro. Su propósito no salió bien, así que tras haber intentado acercarse sin éxito a los brazos de la muerte, solo le quedó una salida: escaparse. Se fue a México, donde intentó aislarse de todos y de todo en una granja, pero su madre, temiendo que volviera a intentar hacer una locura, consiguió su custodia legal para ingresarla en un psiquiátrico.

La oscuridad la asfixió desde entonces de forma perpetua. Lo creamos o no, Audrey Munson pasó desde los 39 años hasta los 104 años recluida en una institución mental. Desconocemos por qué fue así, no disponemos de datos para entender si llegó a padecer algún tipo de enfermedad psicológica real y tan limitante como para no salir nunca más del psiquiátrico. Es posible que, al final, se sintiera más segura entre aquellas paredes, lejos del mundo, lejos de todos aquellos que, de la noche a la mañana, la traicionaron.

Por extraño que parezca, su rostro, su cuerpo, es aún a día de hoy la imagen más conocida de la ciudad de Nueva York, pero nadie se suele preguntarse cuál fue la verdadera historia de la mujer de carne y hueso que sirvió de inspiración… Si quieres conocer más sobre su historia, te invitamos a que disfrutes del video que sobre ella hemos preparado en nuestro canal de YouTube.

La historia de Audrey Munson, en video

Y tú, ¿Conocías la tristísima historia de Audrey Munson, la primera supermodelo? Sin duda que la belleza no es en absoluto garantía de felicidad, y la cruel historia de esta hermosa mujer, bien que lo demuestra. Si te ha gustado este artículo, no te pierdas este otro en el que te contamos sobre la vida de Shirley Temple, la niña dorada de Hollywood.