El ser humano tiene una necesidad permanente: la de explicarse el mundo que le rodea de una manera mística. Es justo esa necesidad de creer en algo superior, lo que ha dado cabida al desarrollo de las religiones. La mitología es también un buen ejemplo de esta necesidad. Los mitos griegos o los romanos son quizás de los más conocidos a escala universal. Pero las criaturas de la mitología celta resultan igual de sorprendentes. Dioses poderosos y diosas llenas de belleza, conviven con criaturas tenebrosas y nefastas. Entre ellas, el demonio Balor es de los más conocidos. El rey de los demonios en la mitología celta guarda ciertas semejanzas con Polifemo, el gigante de un solo ojo que aterrorizó a Ulises y sus compañeros en el relato de Homero. Acompáñanos en Supercurioso a conocer al aterrador Balor en la mitología celta. ¡Comencemos!

¿Quién es Balor en la mitología celta?

Balor en la mitología celta

Entre los nombres de demonios que aterrorizaban a los celtas en la antigüedad, uno en especial se llevaba el liderazgo: el demonio Balor. No era, por supuesto, el único. De hecho, los dioses o demonios de la noche, lo oculto y la muerte eran conocidos en la mitología celta como los «fomorianos». Estos terroríficos dioses tenían como jefe al que se creía el más terrible de todos ellos: Balar (también Balor), el rey de los demonios.

Su nombre en proto-celta significa «el mortal». La leyenda sobre él cuenta que tenía un único ojo en el centro de su frente. El óculo permanecía siempre cerrado, ya que su apertura significaba la muerte y la destrucción. Otras tradiciones afirman que tenía dos ojos, uno en la frente para ver y otro en la parte posterior del cráneo. Éste, que era el maligno, cuando se abría lanzaba rayos mortales.

Una de las leyendas más populares narradas sobre el demonio Balor cuenta que eran necesarios cuatro hombres, tan solo para abrir el ojo del rey de los demonios, ya que este tenía siete capas o párpados. Abrir cada capa no era gratis y es que Balor en la mitología celta era el rey de los demonios por su enorme poder de destrucción. Se cuenta al respecto que cuando se retiraba la primera capa de su ojo, se marchitaban todos los helechos que hubiesen nacido sobre la faz de la tierra.

Con la segunda capa vencida en el ojo del demonio Balor, los pastizales enrojecían, ardían y se secaban. El tercero de los párpados calentaba los árboles y con la retirada del cuarto toda la madera, viva o muerta, empezaba a humear. El levantamiento del quinto párpado del demonio Balor hacía que todo lo que abarcaba su mirada se pusiera al rojo vivo. Con el sexto se aproximaba la destrucción, empezaban las llamas y crecían hasta volverse más altas que los hombres. La retirada del séptimo párpado significaba la ignición total.

Las leyendas sobre el demonio Balor

demonio Balor

1. El cristal de rey de los demonios

Balor en la mitología celta es un personaje que aparece en las más diversas leyendas, aportándole al folklore local. Para el siglo XIX, se contaba que el demonio Balor tenía un cristal y, a través de él, lograba destruir a una persona, tan solo viéndola con su ojo.

Como parte de sus actos de maldad, se narra que usó el vidrio del cristal para marchitar y hacer arder todas las plantas en Moytura. Un héroe se cuestionó entonces como el demonio había logrado aquello, y se dispuso a tenderle una trampa. Siendo engañado, el demonio Balor se quitó el cristal del ojo, el tiempo suficiente como para que el héroe lo apagara. Cuenta la leyenda que de la sangre que manó del ojo de Balar se creó un lago llamado Suil Balra.

2. ¿De dónde viene el ojo del demonio Balor?

Otra de las leyendas más difundidas sobre Balor en la mitología celta, es la que narra el origen de su ojo y su funesto poder. Lo que se cuenta al respecto es que un remoto día, cuando Balor era aún muy joven, se dispuso a espiar a los druidas de su padre mientras inventaban un hechizo de muerte. En medio de aquel espionaje, los humos de la hechicería entraron en uno de los ojos del gigante cíclope, y habría sido éstos los que le otorgaron a su ojo el poder de la muerte.

Entre su propia gente, el demonio Balar siempre se obligó a mantener su ojo malvado cerrado, para no hacerles ningún daño. Entonces, tenerlo cerrado por tanto tiempo fue lo que volvió el párpado tan pesado, que ni los hombres más fuertes eran capaces de abrirlo por si solos. Balor en la mitología celta se convirtió gracias a su ojo en un referente de la batalla, y en la herramienta más poderosa de sus tropas, que gozaba del poder de matar todo aquello que veía. Tan difundida está la leyenda, que según la gente de Cong Co Mayo, las rocas allí, son hombres que fueron petrificados por la mirada de Balar.

3. La muerte del demonio Balor

demonio Balor

Balor en la mitología celta llega a su muerte, que fue anunciada por una profecía. Un druida profetizó al rey de los demonios que moriría a manos de su nieto. Balar tenía una única hija llamada Ethné y, al oír el infausto presagio, la encerró en una torre de la isla Tory. Allí vivía con otras mujeres que debían ocultarle que en el mundo había seres de sexo masculino y protegerla de un posible embarazo.

En la costa más próxima a la isla vivían tres hermanos, el menor de los cuales llamado Cian tenía una vaca que daba una cantidad de leche extraordinaria. Balar decidió robarla y así lo hizo. Cian quiso vengarse y se presentó en la isla vestido de mujer. Fue acogido por Ethné y sus compañeras y, ayudado por un hada que lo acompañaba, hizo que las mujeres se durmieran, sedujo a Ethné y desapareció. Balar, al enterarse, ordenó cortar la cabeza a Cian. Pero ello no fue suficiente para salvar la suerte del demonio Balor. La joven Ethné quedó embarazada y dio a luz a tres niños que Balar ordenó arrojar a un abismo en el mar.

Durante el transporte, uno de los niños se salió de la sábana en la que estaban envueltos y fue recogido por el hada que había ayudado a su padre, que se lo entregó a Goibniu, el hermano herrero de Cian. Los otros dos niños murieron en el agua.

Pasaron los años y un día que Balar estaba en la fragua del pueblo distraído, pavoneándose de sus hazañas, un joven aprendiz cogió una barra de hierro al rojo vivo y se la clavó en el ojo. Balar murió instantáneamente. El chico era Lug, el hijo de Ethné y Cian. Así se cumplió la profecía y desapareció de la tierra el rey de los demonios de la mitología celta.

Y a ti, ¿Qué te ha parecido la historia de Balor en la mitología celta? ¿Conocías a este curioso personaje, dueño del ojo de la muerte? ¿Crees que recuerda a Polifemo? Anímate a dejarnos todas tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!

Además de Balor, conoce otras criaturas de la mitología celta

Antes de irte, y si eres, como nosotros, un apasionado de los temas mitológicos, te invitamos a que descubras a otros interesantes personajes de la mitología celta, no te lo pierdas. Te fascinarán.

¡Hasta un próximo tema supercurioso!