A pesar de lo que puedan haberte hecho creer las películas de vampiros y de aventuras, sólo hay tres especies de murciélagos chupasangre en el mundo, y las tres están en las Américas. De ellas, apenas una acostumbraba alimentarse de sangre humana, hasta ahora. Vamos a contarte la historia de un murciélago que amplió su menú, probablemente por culpa de su nueva presa.

Este murciélago ha cambiado su dieta y ha empezado a alimentarse de sangre humana

Si alguna noche tenebrosa llegas a toparte con un vampiro humano, y éste para huir de tu crucifijo se convierte en vampiro, puedes tener la certeza de que estabas ante un vampiro latinoamericano, porque sólo hay tres especies de chupasangre y las tres hacen vida nocturna desde México hasta Argentina. Dos de ellos, el vampiro de alas blancas (Diaemus Yongii) y el vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata), se alimentan de la sangre de aves, y sólo el vampiro común (desmodus rotundus) estaba reportado como chupador exclusivo de mamíferos en general, y de seres humanos ocasionalmente.

Este murciélago ha cambiado su dieta y ha empezado a alimentarse de sangre humana

Esta exclusividad del vampiro común parece haber cesado a raíz de un estudio publicado por investigadores brasileños de la Universidad Federal de Pernambuco (Recife, Brasil) en la revista Acta Quiropterologica, con el sugestivo título de “¿Qué hay para cenar? Primer informe de la sangre humana en la dieta del murciélago vampiro de patas peludas Diphylla ecaudata”, que puedes consultar aquí.

Los autores del estudio, Fernanda Ito, Enrico Bernard y Rodrigo A. Torres, estudiaron una colonia de vampiros de patas peludas en el noreste de Brasil, en los bosques secos de la Caatinga, bajo la premisa de que debía haber cambios en los patrones de alimentación debido a fuertes modificaciones ambientales causadas por la intervención humana (disminución de especies silvestres y aumento de especies domésticas). Bernard y su equipo realizaron análisis de ADN en las heces de estos murciélagos, esperando encontrar rastros de sangre de pollos y gallinas, pero fueron sorprendidos por la presencia de sangre humana.

¿Por qué la sorpresa? Porque normalmente los vampiros que se alimentan de sangre de aves no están adaptados para procesar la sangre de mamíferos. En la sangre de aves hay mayor presencia de grasas y agua, mientras que en la de los mamíferos hay más proteínas. En experimentos de laboratorio se vio a vampiros de aves morir aun teniendo la posibilidad de alimentarse con sangre de mamíferos. Pero no era el caso de estos vampiros brasileños de patas peludas.

Los investigadores observaron que las presas comunes de estos murciélagos, como perdices, pavas y palomas, habían disminuido debido a la deforestación y la cacería, por lo que era lógico que fueran tras pollos y gallinas.

“Las condiciones de las casas en Catimbau son de pobreza y es común que los animales domésticos estén muy cerca de los humanos, lo que explicaría la confluencia de la sangre de pollo con la humana en nuestras muestras”.

A partir de esta investigación ya no se puede hablar de una sola especie de murciélagos capaz de alimentarse de sangre humana, pero hay otros aspectos más preocupantes de este descubrimiento, como es el hecho de que el vampiro de patas peludas podría ser portador de enfermedades mortales para los seres humanos, como la rabia o las causadas por hantavirus.

Más allá de estas preocupaciones, no deja de ser irónico, y tal vez aleccionador, que debido a la actividad humana (a menudo sin control y con un gran irrespeto por las otras especies), unos roedores voladores que preferían alimentarse de aves, hayan decidido incluirnos en su menú.

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