La mitología griega fundó la primera gran cultura del mundo occidental. En una época en la que el mundo era una gran quimera extraña para el hombre, los mitos ayudaban a explicar y entender los fenómenos de la vida. Protagonizados por los grandes Dioses Griegos y Dioses del Olimpo, los mitos griegos cortos y largos exploran las relaciones entre ellos y respecto a dioses de inferior rango, ninfas, héroes, titanes y demás seres mitológicos, solían ser tormentosas, dando lugar a numerosas historias y leyendas.

Tal como comentamos, se trata de historias que intentaban explicar aspectos del comportamiento humano, como la envidia, la lujuria, la agresividad, etcétera. Pero estos mitos griegos también iban más allá, buscaban dar sentido a los fenómenos naturales (por ejemplo, la existencia de volcanes, de constelaciones y de terribles tormentas, entre otros) y a sucesos inexplicables como la desaparición de personas o determinadas enfermedades.

Mircea Elíade, filósofo e historiador de las religiones, describió el mito como «una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual». Como te decíamos, muchos mitos griegos intentan explicar la repetición periódica de algunos acontecimientos de la naturaleza.

A pesar de lo extraños que nos puedan resultar algunos de estos relatos de la mitología griega, hasta el punto de resultarnos fascinantes, transmitían una cierta tranquilidad a las personas de su tiempo, así como un orden del mundo y de la vida. Hoy, en Supercurioso queremos que nos acompañes a conocer nuestra selección de mitos griegos cortos. 🙂

15 Mitos griegos cortos de los dioses del Olimpo

1. Mito de Perséfone

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Fragmento de la obra de Niccolò dell’Abbate, «Rapto de Proserpina» (Prosepina era Perséfone para los romanos), entre 1552 y 1570

El primero de nuestros mitos griegos cortos es el mito de Perséfone, una de los miles de hijos de Zeus. Nació de la uión del Dios con Deméter. Según la mitología griega, Hades, el dios del Inframundo, la raptó cuando estaba en el campo recogiendo flores con otras diosas y se la llevó fugazmente su sombrío reino. Al notar su ausencia, su madre, Deméter, diosa protectora de la naturaleza, la buscó infructuosamente mientras el mundo se paralizaba.

Zeus finalmente decidió intervenir y obligó a Hades a devolver a Perséfone. Hermes fue enviado a rescatarla y Hades la dejó ir con la condición de que no comiera nada durante el trayecto. Sin embargo, el propio dios del Inframundo la engañó y la chica comió 4 granos de granada. Como castigo, Perséfone debía volver cada año, durante cuatro meses, al reino de Hades.

Esos meses correspondían al invierno, época en la que la tierra se convertía en un erial estéril. Cuando Perséfone y Deméter volvieron a estar juntas, la tierra florecía, especialmente durante la primavera que era el momento del reencuentro.

Si quieres profundizar más en esta historia, no te pierdas: Rapto de Proserpina.

2. Mito del nacimiento de Atenea

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Detalle de un ánfora: «Atenea naciendo armada de la cabeza de Zeus» (550-525 a.C.)

¿Quién es Atenea? En la mitología griega, Atenea era uno de los doce dioses olímpicos, concretamente, la diosa de la sabiduría, las ciencias, la justicia, la guerra, la civilización y la destreza. Su prodigioso nacimiento es fundamental dentro de la mitología griega, razón por la cual no la podíamos dejar de lado dentro de nuestros mitos griegos cortos.

Entre los mitos de Zeus, cuenta una leyenda que este dejó embarazada a una oceánide llamada Metis. Cuando ella estaba en una avanzado estado de gestación, a Zeus le profetizaron que tendría hijos más poderosos que él que podrían derrocarlo. Para solucionarlo, decidió tragarse a Metis e impedir que diera a luz. Sin embargo, el embarazo siguió su curso en el interior del dios del trueno, sin que este lo supiera.

Como consecuencia, Zeus empezó a tener fuertes dolores de cabeza, y para solucionarlo le pidió a Hefesto que le quitara de la cabeza lo que le producía la molestia, abriéndosela con un hacha. Abierto el cráneo de Zeus, de él salió Atenea, completamente formada, adulta y portando los atributos de un soldado hoplita: casco y lanza.

Puedes conocer mucho más en nuestro artículo dedicado a los Mitos de Atenea.

3. Mito de Prometeo y el fuego

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Heinrich Friedrich Füger, «Prometeo lleva el fuego a la humanidad» (1817)

Entre nuestro listado de mitos griegos cortos, el mito de Prometeo es de suma importancia. Prometeo era un titán amigo de los humanos. Zeus había decretado que el fuego debía permanecer en el Olimpo y no debía ser entregado a los hombres, pero Prometeo no estaba de acuerdo con esa decisión. Aquí las versiones difieren, pero coinciden al decir que Prometeo y unas explican que se introdujo, subrepticiamente, en el taller de Hefesto y tomó unas brasas de uno de sus hornos, mientras que otras señalan que se acercó al carro de Apolo y robó algunas chispas de él con las que prendió una planta de hinojo borde y se lo entregó a los humanos.

Después de ello, la mitlogía griega dice que, como castigo por el robo, Zeus lo condenó a permanecer encadenado eternamente a una roca en la que un águila le comería el hígado. Cada noche su hígado se regeneraba y el ave volvía a comérselo al día siguiente. Afortunadamente, Heracles lo liberó con el beneplácito de Zeus, que vio en esa acción un acto que glorificaba a su hijo. Eso sí, Prometeo debió lucir para siempre un anillo adornado con un trozo de la roca a la que estuvo atado.

4. Mito de Orfeo y Eurídice

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Orfeo y Eurídice por Federico Cervelli (siglo XVII)

Vamos con el 4º de nuestros mitos griegos cortos, que narra la historia de Orfeo y Eurídice. Orfeo era un personaje muy popular en los mitos griegos, ya que, cuando se ponía a tocar su lira, tenía el poder de hacer descansar las almas de los que ser reunían a escucharlo: amansaba  fieras, podía mover las rocas, la vegetación e incluso detener el curso de los ríos. Eran también mago y astrólogo, y uno de los argonautas que acompañó a Jasón en busca del vellocino de oro. Eurídice se enamoró de él oyéndolo tocar. Se casaron, pero lamentablemente, un día que estaba paseando, la chica fue mordida por una serpiente y falleció. Orfeo, desesperado, decidió bajar al inframundo para rescatar a su amada. Con su música consiguió dormir al cancerbero y llegar hasta ella. Hades y Perséfone se apiadaron de él y se conmovieron tanto con sus tristes cánticos que le permitieron llevarse a Eurídice siempre que fuera caminando delante de ella y no volviese la cabeza para mirar atrás hasta que estuvieran fuera del inframundo y el sol bañase a la mujer.

Así lo hicieron, pero cuando ya estaban fuera, Orfeo miró atrás para verla, sin darse cuenta de que el sol no bañaba completamente la anatomía de su esposa: un pié había quedado en la sombra. Eurídice desapareció y volvió al inframundo, esta vez para siempre. Cuando Orfeo falleció, despedazado por unas bacantes tracias, su alma se reencontró con la de su amada y desde ese momento no se separaron más.

5. Mito de Aracne

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Velázquez: La fábula de Aracné (1644-1648). Conocido como «Las hilanderas», al fondo puede una escena del mito

Este mito griego explica la creación del arte de tejer, como imitación de la labor que hacen las arañas. Aracne era la hija de un tintorero de Colofón y tenía una gran habilidad para bordar y tejer. Todo el mundo alababa sus obras, de tal manera que se volvió una engreída y afirmó que sus trabajos eran superiores a los de la diosa Atenea que en la mitlogía griega se la reconoce cono la reina de la artesanía, entre otros valores.

Atenea, aunque airada, quiso darle a la joven la oportunidad de retractarse y no ofender a los dioses, así que un día la visitó disfrazada de anciana, pero la chica, en lugar de retirar sus palabras, se burló de los dioses y retó a la vieja a un concurso de bordado. Atenea se quitó el disfraz y comenzó la competición. Mientras que la diosa tejía una escena de su victoria sobre Poseidón, Aracne bordó un tapiz en el que se podían ver 22 episodios de los dioses cometiendo infidelidades. Al finalizar la competencia, Atenea reconoció la perfección del trabajo, pero se enfadó tanto por el irrespetuoso tema elegido que destruyó la tela y el telar, golpeando a la joven en la cabeza con la lanzadera. Aracne se dio cuenta del error cometido y, avergonzada, se ahorcó. Atenea se compadeció de ella en el último momento y convirtió la cuerda en una telaraña y a la propia Aracne en una araña. Aracne, como una araña, enseñó la perfección del tejido a la humanidad.

6. Mito de Hefesto y el origen de su cojera

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Hefesto protagoniza uno de nuestros mitos griegos cortos

Entre nuestros mitos griegos cortos no podía faltar la explicación a la cojera de Hefesto, pues aunque no sea una historia muy conocida entre la mitología griega, resulta verdaderamente fescinante. Se dice que era hijo de Hera y Zeus, desde su más tierna infancia Hefesto demostró ser capaz de crear objetos útiles y hermosos con sus manos. En su mente siempre estaban planeándose nuevos inventos que sorprendían a los mismos dioses. A medida que crecía, se le permitió vivir en el Olimpo y allí sus proyectos eran cada vez más maravillosos: un calzado mágico que permitía caminar por el aire y el agua como si fuera tierra firme, una capa de invisibilidad y vajillas de oro y plata que podían retirarse por sí solas de la mesa.

En el Olimpo, Hefesto tenía su propia forja y un taller donde preparaba a sus sirvientes para ayudarle. Este no era su único centro de trabajo, ya que en la tierra, allí donde hubiera un volcán, Hefesto tenía una forja.

Un día, Hera enfureció a Zeus y este colgó a su esposa atada de pies y manos a medio camino entre el cielo y la tierra. Hefesto, ante el cruel castigo de su padre, decidió liberarla. Pero su intento solo hizo aumentar la ira de Zeus, quién lanzó un rayo con tanta fuerza que Hefesto fue lanzado del cielo, quedando malherido en la caída y eternamente cojo. Zeus no permitió que su hijo volviera al Olimpo y le obligó a permanecer en la isla en la que había caído. Allí pudo recuperarse y buscar actividades que realizar para entretenerse, pero, para su desgracia, allí no tenía una forja en la que elaborar sus creaciones.

Un día, tras una tremenda vibración, un volcán se formó junto a la isla. Allí encontró su fragua Hefesto, y con un nuevo taller pudo crear unos nuevos rayos que le entregó a su padre como regalo. Zeus, agradecido, le permitió volver al hogar de los dioses. Así, Hefesto recuperó su lugar, demostrando su bondad al intentar salvar a su madre y su valía. Su cojera se volvió legendaria dentro de los mitos de Hefestos. 

7. Mito del nacimiento de Afrodita

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El Nacimiento de Venus (la Afrodita de los romanos) de Sandro Botticelli (1445-1510)

Ahora bien, en la mitología griega, la diosa del amor goza de popular. Afrodita nació de la espuma del mar. El mito cuenta que nació después de que, durante la Guerra de Titanes o Titanomaquia, el titán Cronos cortase los genitales a Urano y los arrojase al océano. Un mito que también se conoce como la castración de Urano. 

De esta parte del cuerpo cercenada surgió una espuma que dio lugar a una mujer adulta. Impulsada por el viento, esta nueva diosa llegó flotando sobre una pechina hasta la costa y la primavera cubrió su desnudez, vistiéndola. Es uno de esos mitos griegos cortos que han inspirado a muchísimos artistas.

8. Mito de Atalanta

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Fragmento de «Atalanta» por John William Godward

Este es uno de los mitos griegos cortos protagonizado por una mujer exitosa. Atalanta era una joven cazadora con una agilidad prodigiosa, conocida por ser la corredora más veloz de su tiempo, que decidió consagrarse y permanecer virgen, sin casarse, pese a lo cual no dejaban de pretenderla muchos hombres. Para evitarlos, Atalanta decidió que el único hombre con el que se casaría sería aquel que lograra vencerla en una carrera. Todo aquel que lo intentase, pero perdiera, sería ejecutado. Pese a la amenaza, esto no impidió que los pretendientes siguieran intentando y pagando la penitencia con su vida.

Un día un grupo de temerarios pretendientes decidieron probar suerte y eligieron a un muchado, Hipómenes, como juez de la carrera. En la competencia, Atalanta demostró que su fama tenía fundamento, dejando pronto a los hombres atrás. Ganó la carrera y los pretendientes fueron alejados del lugar, para encarar su destino. Fue entonces cuando Hipómenes, quien había sido el juez de la carrera, pidió intentar lograr la mano de Atalanta. Hipómenes se había embelesado con su belleza.

Atalanta escuchó su ruego y sintió una profunda tristeza, pues era un muchacho demasiado joven, amable y bien parecido. Si por ella hubiera sido, le hubiera dejado ganar para salvarlo de la muerte. No obstante, los espectadores la presionaron para prepararse para vencer a Hipómenes y ella había hecho una promesa. Mientras tanto, el joven se encomendó a Afrodita pidiéndole que le otorgara velocidad. Afrodita, que ya había usado sus artes para enamorar a Hipómenes de Atalanta, se acercó al chico sin ser vista y le entregó tres manzanas de oro.

De estas manzanas, y de la ayuda de Afrodita, se valió el joven Hipómenes para ganarle la carrera a Atalanta, y al cruzar la meta su emoción fue tal que no pudo creer su suerte. Sería el esposo de Atalanta. La joven, por su parte, sintió alegría de ver salvada la vida del chico y de poder pasar su vida con alguien tan valiente: tras haber sido perseguida durante tanto tiempo, había perdido un poco el gusto por acechar y cazar animales. El mito de Atalanta forma parte de los mitos de Afrodita. 

9. Mito de Hilas

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Fragmento de «Hércules matando al dragón del jardín de las Hespérides» (1639-1640) por Rubens

En su viaje en busca del Vellocino de Oro, Jasón fue acompañado por varios héroes, entre ellos Hércules y su escudero Hilas. Hércules e Hilas se embarcaron con los Argonautas y llevaban tres días de viaje cuando el viento los llevó hasta un pequeño mar llamado Propontis. El viento empezó a detenerse y decidieron parar en tierra firme. El lugar donde atracaron era una isla llena de campos de flores y pantanos, con cañas y una vegetación muy variada. Allí descansaron esperando la noche.

A la hora de cenar, el joven Hilas salió a buscar agua para Hércules. La encontró en un manantial tan grande que parecía un lago. Era un lugar bellísimo, tanto que había atraído a las ninfas que lo consideraban su hogar. Hilas, mientras obtenía el agua. escuchó unas voces cristalinas que decían: “Baja con nosotras. Bajas con nosotras”. Las ninfas deseaban tenerlo con ellas, pues estaban admiradas ante su hermosura. El muchacho estaba asomado sobre el manantial, intentando oír bien qué le decían las voces y de dónde procedían, cuando unas manos blancas y largas tiraron de él, haciéndolo caer al agua.

Cada vez estaba más oscuro y Hércules empezó a temer que algo malo le había ocurrido a Hilas, así que salió en dirección al manantial, gritando con todas sus fuerzas a su escudero. Sin embargo, la única respuesta que recibía el héroe era el eco de sus propias palabras. Pese a ello, cuando llegó al manantial, tuvo la impresión de que podía oír la voz de Hilas, sin saber de donde venía. Hércules siguió buscando sin descanso al muchacho, desesperado y al borde de las lágrimas. Nunca lo encontró.

Con el tiempo y sin rastros de Hilas, Hércules, pensando que aquella voz era el producto de su imaginación o de algún ser ruin, se dirigió al lugar al que iban los argonautas a pie. Hilas no sabía que Hércules se había marchado y siguió llamándolo: “Hércules, hércules. ¡Aquí estoy!”. Durante muchas noches su voz siguió sonando.

Tiempo después, unos caminantes vieron a una pequeña criatura, de apenas unos centímetros, junto al manantial. Llevaba unos ropajes verdes con un cordón de oro, igual que el joven paje. A pesar de su tamaño, su voz sonaba tan fuerte como si sus dimensiones fueran otras mucho mayores. Y mientras estos caminantes pasaban junto a él, la criatura seguía vociferando, como llamando a alguien.

10. Mito de Calisto

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Fragmento de Calisto y Zeus con el cuerpo de Artemisa por Rubens (1577 – 1640)

Calisto era una de las doncellas de Artemisa por la que Zeus se sentía muy atraído. Para seducirla, se transformó en Artemisa y logró tener relaciones con ella.  Entre los mitos de Artemisa se cuenta que un día la diosa  se percató de que el vientre de Calisto estaba cada vez estaba más abultado y le preguntó por ello. Calisto le dijo a Artemisa que, sin duda, aquella situación era su culpa. Al comprobar que Calisto estaba embarazada y tras la acusación, Artemisa la expulsó de su grupo. Después de eso, la noticia llegó a Hera que, furiosa al saber que el niño era de su esposo, Zeus, la transformó en un oso.

Años más tarde, Calisto, en forma de oso, vagaba por el bosque cuando se cruzó con un cazador que resultó ser su hijo. El joven al ver que el oso se acercaba a él con intención de abrazarlo, interpretó el gesto como un ataque y se preparó para acabar con la vida de la bestia. Zeus, que era testigo de la situación, decidió evitar una tragedia y se llevó a Calisto a lo más alto de los cielos, donde se convirtió en estrellas: es lo que hoy conocemos como la Osa Mayor.

11. El mito de Cronos

Saturno devorando a su hijo, Goya. Representa a Saturno, el equivalente a Zeus en la mitología romana, alimentándose de uno de sus hijos.

No podíamos dejar de lado, en nuestro listado de mitos griegos cortos, la historia fundacional de toda la mitología griega, el mito del acto caníbal de Cronos. En la mitología griega, Cronos es hijo de Urano (el cielo) y de Gea (la tierra), un titán y padre de los grandes dioses. Cronos destronó a su padre y, casado con su hermana Rea, asumió el reino de los dioses.

Pese a ser el más grande de los titanes, luego de haber destronado a su padre, Cronos sabía que no estaba a salvo: su destino era ser desplazado por uno de sus hijos, por lo cual Cronos recurría al canibalismo, engullendo a los dioses que él mismo engendraba. Sin embargo, su sexto hijo, Zeus, fue escondido por su madre, lo cual lo salvó de la masacre y, luego de crecer y formarse como un dios, lo llevó a abrir el vientre de su padre liberando a sus hermanos, junto a los cuales, tras una guerra cruel y prolongada,  derrotó a Cronos, quien fue desterrado en el Tártaro.

12. Edipo Rey

Edipo tras sacarse los ojos, de la mano de su hija Antígona.

Edipo Rey fue una tragedia griega muy popular escrita por Sofocles, pero antes de su estreno, ya en los últimos siglos de la época helénica, fue un gran mito griego. Edipo era hijo de Layo y Yocasta, y cuando nació le fue profetizado a Layo, su padre, que Edipo lo mataría y desposaría a Yocasta, su propia madre, razón por la cual fue abandonado en un río. Edipo sobrevivió, y, luego de muchos años, llegó a Tebas, la ciudad donde había nacido, donde pudo resolver los enigmas de la esfinge que asolaba la ciudad. Pero, antes de encontrarse con la esfinge, Edipo se había topado en el camino con un rey, en medio de un conflicto, y sin saber de quién se trataba, lo asesinó. El Rey era Layo, su padre.

Luego de haber resuelto el acertijo de la esfinge, Edipo se convirtió en el rey de la ciudad y se casó con la viuda del rey difunto, Yocasta, sin saber que era su propia madre. Se cumplió así la profecía que una vez le hicieran a Layo, aunque sin que nadie lo supiera hasta años después: cuando toda la verdad fue revelada Edipo se arrancó los ojos del terror. 

Edipo encarna una profunda verdad de la mitología griega: nadie puede escapar a su destino, por más que lo intente. Como Cronos a su padre, o Zeus con Cronos después, Edipo terminó asesinando a su progenitor y, lo que es peor, engendrando hijos con su propia madre. Una tragedia griega en todo su esplendor, y el más cruento de nuestros mitos griegos cortos.

13. El mito de Antígona

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Fragmento de Antígona junto al cuerpo de su hermano.

Dentro de los mitos griegos cortos podemos encontrar el mito de Antígona, hija de Edipo. Tras la muerte de su padre, la tragedia no abandonó a la familia: el hermano de Edipo fue hecho rey de Tebas y ante este suceso uno de los hijos de Edipo se rebeló, y otro murió en combate. Uno de ellos fue dado en santa sepultura, según cuenta el mito griego, mientras que el otro, al ser asesinado por atentar contra la ley, no. Esto llevó a Antígona a rebelarse también, pero no por el poder ni la gloria, sino simplemente para pedir que el cuerpo de su hermano fuera enterrado adecuadamente. 

Este es otro de esos mitos de la mitología griega que termina en tragedia, pues si bien el rey, tío de Antígona, termina cambiando de opinión en la disputa, este lo hace cuando ya es demasiado tarde. Antígona, no obstante, no ha pasado a la historia por su desgracia, sino como un ejemplo de que debe ser la moral, y no la ley, la que prima cuando la ley va en detrimento de la moral. Las discusiones y reflexiones que ha provocado el mito de Antígona siguen vigentes en la actualidad.

14. El mito de Heracles

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Busto de Heracles (Hércules). Atenas.

En la mitlogía griega, a Heracles se le conoce más como Hércules, debido a la popular película, aunque debes saber que hay algo más allá en la verdadera historia de Hércules. Para empezar, hay que aclarar que era hijo de Zeus con una mortal, Alcmena. El Hércules de la mitología griega era, en verdad, bastante temperamental, y gozaba de una fuerza que superaba a la de muchos dioses. Sin embargo, no estaba dotado de gran sabiduría y era terriblemente rencoroso, gustaba además del vino abundante y de las mujeres, y muchas de sus grandes hazañas se dieron en medio de su gran enojo o su atolondramiento.

Como hijo de una mortal, para Hércules no estaba permitido vivir en el Olimpo, cosa que lo frustraba enormemente. Y, además, sufría los rencores de la diosa Hera, quien lo atacaba por ser el hijo impúdico de su esposo, Zeus, con una mortal. Esto llevó a Heracles a una confusión tan enorme que, en una ocasión, cegado por la diosa, llegó a matar a su esposa y sus hijos, cosa que le causó una enorme pena.

Como nadie podía castigarlo, por su enorme fuerza, fue él mismo quien se impuso penitencia, practicando, sobre todo, el autocontrol. Además, para alcanzar la inmortalidad, le fueron impuestas 12 tareas dificilísimas, que luego se convertirían en los mitos de Hércules, como matar a la Hidra de Lerna o capturar a Cerbero, el can del infierno, y sacarlo del inframundo. Con todas estas tareas, que se creían imposibles, Hércules cumplió, con la ayuda de algunos dioses que le tenían en estima, convirtiéndose así en inmortal y en uno de estos  mitos griegos cortos.

15. La caja de Pandora

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Según el mito, de la caja de Pandora salieron todos los males de la humanidad.

El mito de Pandora, el último de nuestros mitos griegos cortos, es fundamental dentro de la mitología griega. Pandora vendría a ser el equivalente de Eva dentro de los mitos griegos: fue la primera mujer, creada por Hefestos bajo órdenes de Zeus, quien le pidió que hiciera con barro a una joven tan hermosa como las inmortales y que fuera dotada, sin embargo, con un carácter inconstante y varios vicios como la mentira y la seducción. Esta era, para Zeus, una manera de vengarse de los hombres, y, además, de Prometeo, quien les había regalado el fuego, pues, según cuenta el mito, antes de la creación de Pandora los hombres habían vivido felices y en paz.

Luego, la mitología griega cuenta que, como parte de su venganza, Zeus le presentó a Epitemeo, el hermano de Prometeo, a Pandora, y este, seducido por la mujer, la tomó por esposa. Como regalo de bodas, Pandora recibió una misteriosa caja que no debía ser abierta bajo ninguna circunstancia, sin embargo, Pandora no pudo resistir la tentación y terminó abriendo la caja. Tal era el plan de Zeus.

De esta caja escaparon todos los males del mundo, como la envidia y la lujuria, y en ella solo quedó la esparanza. De ahí viene la frase: La esperanza es lo último que se pierde. Y con esto cerramos nuestro listado de 15 mitos griegos cortos.

Otros mitos cortos

La mitlogía griega siempre será fascinante, por lo que nos quedamos cortos al tratar odos sus mitos y leyendas. Sin embargo, aquí te dejamos una selcción con otras historias legendarias que no puedes perderte.

¿Qué os han parecido estos mitos griegos cortos? ¿Conocéis alguno más? Si además de mitos griegos cortos, queréis saber más sobre la mitología griega, os invitamos a leer el post: datos curiosos de la mitología griega.