Antes de los misiles y las bombas nucleares, la guerra debía llevarse a cabo con mucha creatividad. Precisamente eso le sobraba a este rey Prusiano que quiso amasar un ejército de gigantes para tener ventaja en las batallas. Descubre cómo ocurrió.

El ejército de gigantes del rey Frederick de Prusia

En los tiempos modernos, la tecnología militar es la clave cuando se trata de ganar la guerra. Los gobernantes gastan miles de millones en aviones, misiles y otras armas de destrucción masiva para intimidar a sus enemigos. Pero antes de la era moderna, los gobernantes no tenían acceso a ese tipo de ciencia. 

Eso no detuvo a Frederick William I de Prusia, conocido como el «Rey Soldado» por su devoción al ejército. Vivía frugalmente, abandonando el lujoso estilo de vida de un rey a favor de gastar dinero en escuelas y hospitales. Pero Frederick tenía una obsesión a la que se dedicaba al máximo: las personas altas.

El Sexto Regimiento de Infantería Prusiano fue informalmente conocido como el «Lange Kierls» u «Hombres altos», y fueron el proyecto personal del rey Frederick. Para unirse a él, tenías que medir por lo menos 1,88 metros de altura, pero cuanto más alto mejor. Reclutó a miles de hombres de toda Europa y los reunió en la fuerza de combate más ventajosa que el mundo haya visto, bautizada por los extranjeros como Los Gigantes de Potsdam.

Aparte del factor de intimidación, no hay razón real para favorecer a los soldados de altura. Algunos historiadores han especulado que sus largos brazos podrían ayudarles a cargar el fusil más rápido, pero eso es dudoso. De hecho, un soldado más grande no es bueno para mucho más que ser un blanco más fácil. Realmente parece que los batallones de gigantes existieron sólo por el placer personal de Frederick.

El rey Prusiano que intentó reunir un ejército de gigantes

El rey hizo todo lo posible para asegurar la presencia de gigantes en su brigada. Uno de los hombres más altos que tenía, un tipo irlandés de 2’16 metros, llamado James Kirkland,recibió la oferta de un trabajo como lacayo para el embajador prusiano en Londres, pero la posición era una farsa, y cuando Kirkland se presentó para aceptar el trabajo fue reclutado en el ejército de gigantes. En este sentido, Prusia también aceptaba gente alta de otros países a cambio de favores diplomáticos.

A pesar de sus tremendas medidas, la mayoría de los gigantes de Potsdam eran inadecuados para el combate y no tenía interés en la guerra.

Ni siquiera necesitabas ser mayor de edad para ser considerado para el batallón. Un decreto real ordenó que los bebés nacidos de padres altos usaran una bufanda roja para identificarlos como adultos altos potenciales, e incluso introdujo un programa de cría donde los hombres más altos fueron emparejados con las mujeres semejantes, esperando que pasaran su extraña estatura a su descendencia.

El rey Frederick nunca envió realmente a sus enormes hombres a la guerra. A pesar de todo su desarrollo militar, era un soberano extraordinariamente pacífico. En lugar de ello, cubrió a sus grandes soldados con uniformes rojos y azules y sus cabezas con un casquillo de 18 pulgadas para hacerlos parecer aún más altos. Todo imagen aparentemente, antes que auténtica efectividad.

¿Qué te parece la obsesión de este rey por tener un ejército de gigantes?