Si has visto alguna vez una de esas impactantes imágenes en 3D extendida en el asfalto de una calle, seguro que te habrá asombrado. Increíbles composiciones visuales que nos dan la impresión de que existe un vacío, de que las figuras son reales y escapan a nuestros sentidos. Poco a poco se va extendiendo este arte singular que nada tiene que envidiar a las grandes obras que vemos en los museos. Un movimiento urbano que no deja indiferente a nadie y que bien se merece conocer un poco más. ¿Nos acompañas en este paseo por las calles de las grandes ciudades?
Una nueva forma de arte
Se le conoce como el arte 3d en tiza. Un tipo de representación realizada en dos dimensiones en la misma calle, que intenta sobre todo crear impacto. A pesar de estar elaborada en dos dimensiones juegan a la perfección con las ilusiones ópticas, consiguiendo unas perspectivas sencillamente asombrosas. Cascadas que caen al vacío, suelos abiertos en un acantilado, personas que parecen moverse de verdad… aprovechan la perspectiva de un modo tan vívido e inteligente, que uno siente un verdadero vacío en el estómago al ver este tipo de arte tan asombroso.
El 3d Art Street está adquiriendo una popularidad inmensa. Seguro que has visto alguna fotografía en las redes sociales, se trata de un fenómeno que cada vez tiene más peso en la actualidad. Pero ¿Cómo empezó? ¿Quién extendió este fenómeno? Su nombre es Kurt Wenner, y él, fue el predecesor de este movimiento urbano.
Su afición por pintar murales urbanos empezó ya a los 16 años, tan grande era su talento que acabó trabajando para la NASA como ilustrador científico avanzado, creando cuadros publicitarios sobre futuros proyectos espaciales y paisajes extraterrestres. Pero terminó aburriéndose, y en 1982 dejó la NASA, trasladándose a Italia para estudiar el estilo figurativo del Renacimiento. Su estilo y su arte adquirió tanta trascendencia, que en 1991 recibió el encargo para pintar una obra en homenaje de Papa Juan Pablo II en Mantua.
Su reputación, su arte y su estilo son conocidos en todo el mundo. Pero el verdadero despegue personal para Wenner surgió cuando llevó por primera vez la técnica 3D a Santa Bárbara, California. Empezó a pintar numerosas calles con sus increíbles creaciones, dejando sin aliento a curiosos y entendidos. Al poco el propio Wenner creó el primer festival de arte urbano tridimensional, repitiéndose a lo largo de 10 años, dedicando meses enteros a instruir a otros, a enseñar a más de 100.000 estudiantes de todo el mundo el arte de las tizas y los pasteles en el asfalto.
Hoy en día tenemos el legado de artistas como Julian Beever, Stader Manfred, y Edgar Muller , genios de la tiza que se apoyan también en recursos informáticos para amplificar el efecto 3D, para asombrarnos con ese arte urbano, donde en medio de las ciudades se abren de pronto fabulosos escenarios naturales donde emergen ángeles y sirenas de profundos lagos. Donde nuestros sentidos se ven desafiados y cautivados a la vez.