Raro es el año en que no hay un homenaje a la pequeña y entrañable Mafalda, uno de los personajes de humor inteligente que más calado entre varias generaciones del todo el mundo. La mirada irónica y sutil de Mafalda nos ha enseñado a ver los problemas más profundos y las situaciones más cotidianas desde la perspectiva y la lógica de una niña muy especial.
«Quino por Mafalda»
Esta vez hemos acudido a la exposición que rinde homenaje a Quino en Bilbao. Joaquín Salvador Lavado Tejón (1932), Quino, es el humorista gráfico creador de este especial universo de Mafalda. «Quino por Mafalda» celebra los 60 años de la primera publicación de humor de Quino y los 50 años que cumplió el año pasado la publicación de Mafalda.
La muestra recoge las visiones que Quino ha vertido en sus viñetas sobre temas como la paz, la religión, la guerra, la política o el poder. Una reflexión viva y original que ha conseguido llegar a varias generaciones, reuniéndolas en torno a los libros de Mafalda.
Curiosidades sobre Mafalda
¿Cuántos años tiene Mafalda?
Pues está cuestión no es tan sencilla como parece. Y así, aunque la pequeña Mafalda es una eterna niña de 6 años, el debate se abre cuando se habla sobre cuál es la fecha de su “nacimiento”. Pues si bien unos se decantan por el 15 de marzo de 1962 como fecha de aparición de la primera viñeta de Mafalda; otros señalan el 29 de septiembre de 1964 como fecha oficial del nacimiento de los dibujos.
Esta última fecha, la más comúnmente aceptada, es el momento en el que Quino, y tras guardar durante dos años los dibujos de unos personajes creados para una marca de electrodomésticos, decidió sacarlos en una tira cómica para el semanario Primera Plana de Buenos Aires.
¿Para niños o para adultos?
Esta es otra de esas cuestiones que han levantado polémica entre seguidores y detractores de Mafalda. Así, mientras Mafalda se consideró siempre como un personaje infantil que mostraba actitudes infantiles y una visión crítica ante el mundo de los adultos, otros la consideraron que los argumentos de Mafalda eran subversivos y correspondían más al mundo de los adultos que al de los niños. Así, durante la dictadura de Franco, en el año 1970, se obligaba a los editores españoles que advirtiesen en los libros que era “para adultos”. La voz de Mafalda también se vio censurada en otros países como Brasil, Bolivia o Chile. Pocos años después, en 1977 la UNICEF elegía a Mafalda como símbolo de los Derechos del Niño.
¿Dónde vive Mafalda?
Mafalda vivía en un barrio de la ciudad de Buenos Aires con sus padres y su hermano peuqeño, Guille, y rodeada de toda su pandilla de amigos. Concretamente, en el barrio de San Telmo, en el número 371, apartamento E.
Un barrio que ha homenajeado a su vecina más famosa con una escultura a tamaño real que, sentada en un banco, observa la vida diaria de su ciudad. Una atracción turística para sus millones de fans a la que se suma una placa que recuerda en qué edificio vivió Mafalda.
¿Han reaparecido tiras cómicas de Mafalda?
El 25 de junio de 1980 Quino decidió poner fin a la publicación de libros recopilatorios de las tiras cómicas de Mafalda. Unas décadas más tarde, en 2009, Quino recuperó a Mafalda para criticar los escándalos sexuales y la actitud machista de Berlusconi. En la actualidad, Mafalda se ha modernizado y podemos disfrutar de su presencia en redes sociales y webs como Mafalda Digital o en una app exclusiva para Kindle en la que pueden leerse sus tiras cómicas. ¡Búscala en Facebook en MafaldaDigital y diviértete con las ocurrencias y vivencias de Mafalda y sus amigos.
¿Se hizo mayor Mafada?
Hay historias que corren por la red que sitúan a una Mafalda adulta como traductora de la ONU, e incluso se habla de un posible fallecimiento del personaje a manos de su mayor enemigo, un camión de sopa. Sea como fuere, la imagen de una Mafalda apuntando a su cabeza con una pistola en una muestra que Quino presentaba junto con Álvaro Castagnino en 1970 fue polémica para sus seguidores.
¿Y por qué nos gusta tanto Mafalda?
Seguramente Mafalda nos enamora porque está escrito con el corazón, con el tejido de esos sentimientos de comprensión, tolerancia y amor a la libertad que nos son tan comunes a todos los que seguimos escuchando al niño que una vez fuimos. Y probablemente porque todos alguna vez hemos sido un poco Mafalda, un poco Susanita, Guille, Felipito, Libertad, Miguelito, e incluso hemos tenido algo de Manolito. Y, como no, desde hace años tenemos un mucho de papás de Mafalda.
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