El cuerpo humano es sorprendente y hay cifras que nos asombran y nos dan la medida de lo necesario que es su cuidado e higiene diarios. Por ejemplo, nuestra boca puede contener millones de bacterias de las que sólo se han llegado a identificar la mitad de los 700 tipos que se estima que existen. Un hecho que hace complicado poder combatir los olores que todas ellas generan. Sea como fuere, existen numerosos métodos y trucos para vencer el mal aliento que estos gérmenes causan. Como es lógico, el primer paso es mantener la boca lo más limpia posible mediante el cepillado diario, al menos cepillarse en profundidad dos veces al día, y pasando una vez al día el hilo dental. Eliminar la placa y los restos de comida que hayan podido quedar entre los dientes nos ayudará a mantener a raya el mal aliento o halitosis.
10 claves para vencer ese mal aliento
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Limpiar la lengua mediante un cepillado suave con la punta de las cerdas del cepillo de dientes. El enjuague bucal también contribuirá al mantenimiento de la lengua limpia. También existen limpiadores de lengua especialmente diseñados para eliminar los residuos que causan el mal olor.
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Mantener la garganta húmeda. La sequedad provoca el mal aliento y la saliva ayuda a limpiar la boca de manera natural al eliminar las partículas de los alimentos. Para mantener esa hidratación es importante beber agua a lo largo del día y estimular la producción de saliva masticando un chicle de menta. Aunque….
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…no se ha de recurrir en exceso a este tipo de remedios, ya que las pastillas o los chicles de menta solo enmascaran el mal aliento sin dar una solución real, pues no matan las bacterias. Por otra parte, son un aporte de azúcar y, tras refrescar momentáneamente la boca, por lo tanto suponen un agente generador de bacterias.
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La halitosis también puede estar provocada por enfermedades bucales como caries o afecciones en las encías, aunque también por infecciones, diabetes o enfermedades renales o hepáticas.
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La alimentación desempeña un papel básico en cómo huele nuestro aliento. Así, y lejos de lo que en un principio pudiera parecer, no son alimentos como el ajo o la cebolla los que pueden darnos el peor mal aliento. La partículas de carne, por ejemplo, son uno de los restos que resultan más atractivos para la reproducción de bacterias. Así, las dietas altas en proteínas y bajas en carbohidratos tienen como consecuencia la llamada cetosis, esto es, la quema de grasa en lugar de azúcar, siendo una de las causas de mal aliento.
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Beber agua o enjuagarse no sustituyen un buen cepillado de dientes, pero pueden ayudar a equilibrar los niveles de pH de la boca. Es por eso fundamental enjuagarse la boca tras tomar bebidas ácidas como la soda, café o alcohol. Las bebidas ácidas reducen el nivel de pH en la boca haciendo que las bacterias prosperen y liberen compuestos volátiles de azufre con el consiguiente mal aliento.
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Los remedios naturales funcionan. Así, masticar perejil después de una comida ayuda para bloquear el mal aliento, como rematar la comida con té verde para mantener el aliento fresco. El té verde tiene compuestos antibacterianos que acaban con los gérmenes de la boca. La canela, la menta, la albahaca, el cilandro y el eneldo también ayudan a bloquea el mal aliento.
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También ayuda tomar frutas con vitamina C como naranjas y otros cítricos, así como melón, manzanas y zanahorias. Todas muy buenas opciones para prevenir la placa y estimular la saliva para bloquear el mal aliento.
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Evitar el tabaco.
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Y, como no, procurar visitar al dentista para contar con una opinión profesional sobre el problema del mal aliento y la cuál es la causa final del mismo.
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