¿Eres miope? ¿Cuántas dioptrías tienes? Si llevas gafas seguro que también tú habrás vivido ese instante determinante en que tu especialista visual te indicó que eres miope y que a partir de entonces, tu vida iba a esclarecerse gracias a unas gafas. Se acabaron esas manchas andantes en la lejanía, y esas pizarras que no podías leer en el colegio.
Si eres miope, estamos seguros de que te identificarás con alguna de estas dimensiones. ¿Añadirías alguna más?
1. Ese que viene de lejos… ¿Es mi padre? ¿Es mi profesor? ¿Es mi abuela?
¿Cómo negarlo? Si eres miope ya desde tu infancia, estamos seguros de que en más de una ocasión olvidaste voluntariamente las gafas en casa. Estabas en esa edad en que aún no las habías aceptado y en la que pensabas que llevarlas te hacia muy poco atractivo.
Y te lanzaste al mundo, a ese mundo donde las distancias quedan difuminadas, y las personas son poco más que masas desdibujadas con dos piernas (Todo ello, dependerá claro está de tu graduación). El tomar notas de la pizarra no era problema, bastaba con copiar de la libreta de tus compañeros, lo peor era sin duda andar por la calle y no saber si debías saludar a la persona que se acercaba… ¿La conozco, no la conozco? ¿Sonrío, saludo? ¿Es un hombre, una mujer…?
2. ¿Me hacen los ojos muy pequeños?
Es la preocupación de todo miope. Cuando te colocan por primera vez esos cristales, ves tus ojos tan redondeados y menudos que crees que es la mirada de un insecto… Te condenan a llevar eso que vulgarmente se llama «cristales de culo de vaso». ¡Qué horror! ¿Y si me paso a las lentillas?
El impacto, no obstante, dura solo unos meses. Poco a poco te vas adaptando e integras tus preciosas gafas a tu rostro. ¡Es parte de ti!
3. Cuando te dicen que ser miope es algo muy romántico
La verdad es que nunca llegamos a entender el por qué de esta afirmación, pero en algún momento seguro que te han dicho ese de que ser miope te da un aire encantador, de dulce «sabelotodo», como de persona despistada, a la vez que romántica, y única.
Nosotros nos lo tomamos a bien y nos miramos en el espejo, disfrutando cada día más de esas dioptrías que ofrecen una estela de glamour a tu mirada, es más, viendo la lista de famosos miopes hay algo que te lo confirma. ¡Ser miope es estupendo! De hecho, Johnny Depp, Matt Damon, Brad Pitt, Anne Hathaway, Nicole Kidman o, en su momento, James Dean también lo eran.
4. Cuando llueve y el mundo se convierte en Silent Hill
¿Te ha pasado alguna vez? De pronto, empieza a llover y los cristales se empañan. El mundo, entonces, se vuelve ante ti como una dimensión desconocida llena de bruma y destellos donde extrañas criaturas se mueven aquí y allá…
Te quitas las gafas porque es casi mejor, pero entonces te es ya imposible ver el número de ese autobús que debe llevarte a casa, o a distinguir a ese amigo o familiar que viene a por ti en el coche. Es entonces cuando corres el riesgo de subirte en el de un desconocido, o salvarte aguzando la mirada poniendo extrañas muecas para intentar distinguir algo.
Pero eso sí… eres demasiado orgulloso para pedir ayuda.
5. Cuando vas a la revisión y cruzas los dedos para que tu miopía haya bajado
¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Has tenido la suerte de que tu miopía se haya reducido? Si vives con ella desde tu infancia es posible que en alguna ocasión haya disminuido, pero lo normal es vivir con ella durante toda tu vida.
Siempre acudes con la ilusión a tus revisiones, rezando para que te cambien los cristales y sean más ligeros… Pero nada, lo único que te consuela es elegir una montura lo más atractiva posible que encaje con las lineas de tu rostro. No obstante, ¿qué más da? En el fondo te gusta llevar gafas porque es parte de tu identidad, porque no está mal ser miope.
Y ahora dinos, ¿tienes alguna experiencia más con la miopía? Si te ha gustado este tema, descubre también 4 cosas que solo sabemos los que llevamos gafas.