En Supercurioso te hemos hablado en numerosas ocasiones sobre esta fantástica obra de Lewis Carroll. En realidad, podríamos decir que seguirán pasando los años y continuaremos descubriendo cosas nuevas, la ciencia, la antropología y la psicología seguirán relacionando determinadas conductas con alguno de sus personajes.
Y ahora dinos… ¿cuál es tu personaje favorito? ¿El gato de Chesire quizá? Veamos hoy en nuestro espacio 5 curiosidades psicológicas sobre este magnífico legado literario que nunca deja de asombrarnos.
5 curiosidades psicológicas de Alicia en el País de las Maravillas
¡Hay que correr más rápido!
¿Quien decía esto? ¿La reina de corazones quizá? No, era la Reina Roja, un excelente personaje que conocimos en Alicia a través del espejo. Esta idea es en realidad sumamente interesante y nos obliga a su vez a reflexionar no solo en las sociedades modernas, sino también en la propia naturaleza.
En nuestro día a día, todos corremos, todos andamos rápido para alcanzar nuestros objetivos. Pero cuidado: solo los que corren más rápido alcanzan lo que desean. Si te limitas avanzar igual que el resto, solo te mantienes en la misma posición que el resto. No destacas.
Cuidado… ¡Estás cayendo!
La caída de Alicia por la madriguera nos lleva una vez más, a esa íntima relación con lo onírico y el mundo del subconsciente que tan hábilmente ejecutó Lewis Carroll en su obra.
¿Cuántas veces has soñado que caías al vacío? Y aún más, la propia caída y esa impresión es la que nos hace despertar sobresaltados, emergemos, por así decirlo, a la consciencia casi de golpe. Mientras que Alicia, hace un viaje a la inversa: se sumerge en el subconsciente.
Las aburridas rutinas
¿Qué es ser adulto sino estar eternamente unido a las rutinas, a esos ciclos que no varían y a todo lo previsible? Esto es lo que se encuentra Alicia casi al inicio, con el Sombrerero y su afición por la hora del té…
No obstante, la mayor parte de las aventuras de Alicia rompen todos estos esquemas, se adentra en lo imprevisto, en el frenesí de un loco paseo donde todo es imprevisible. Sabe muy bien que cuando despierte, cuando salga de allí, se sumergirá de nuevo en esa dimensión donde las normas, las rutinas y lo previsible la atrapará de nuevo.
La paranoia de las prisas
Nada parece haber cambiado desde esa época en que Lewis Carroll empezó a escribir Alicia en el País de las Maravillas. Las personas vivimos pendientes de nuestros relojes, de las prisas, de esas jornadas aceleradas donde procurar llegar a tiempo a todos los sitios… Como el Conejo Blanco.
Ahora soy grande, ahora soy pequeña
No, esta curiosa sensación no solo la experimenta Alicia. En realidad, en la vida real esta sensación de que algunas partes de nuestro cuerpo aparecen más grandes o más pequeñas, recibe el nombre “Micropsia”. Lo suelen sufrir algunos niños en sus primeros años de infancia, pero al cabo de los años, y cuando su cerebro ya ha madurado, desaparece casi por arte de magia.
También es común en las personas que padecen de las molestas migrañas. Los pacientes ven, de pronto, cómo su mundo se ha distorsionado: ven sus manos muy grandes, o las habitaciones, objetos, o incluso se deforman las distancias.
La intolerancia
Y ahora dinos… ¿quién es el personaje más cruel y despótico en el libro de Alicia en el país de las Maravillas? En efecto, ella, la reina de corazones. En realidad, su perfil describe muy bien a esas personalidades intolerantes, crueles y despóticas que, a menor escala, podemos ver a veces en nuestra vida diaria.
¿Tienes un jefe o una profesora que se le parezca? ¿Alguien igual de narcisista? Entonces protege bien tu cuello.
Y recuerda, si te ha gustado este artículo no te pierdas conocer más cosas sobre el singular mundo de Lewis Carroll.