Un par de estas historias nos demuestran que no hace falta ser un arqueólogo para encontrar lugares curiosos, recónditos, olvidados por el tiempo, gracias a herramientas como Google Earth y Google Maps, con las que decenas de tumbas ocultas de la antigüedad han sido encontradas. ¡Acompáñanos a descubrirlas!
Tumbas ocultas encontradas con Imágenes satelitales
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Las Pirámides de Egipto ocultas
En honor a los reyes y reinas fallecidos, los fieles súbditos levantaban imponentes pirámides que les servirían como última morada a sus regentes. Estos monumentos sepulcrales resguardaban los tesoros más preciados por los muertos para que pudieran conservarlos en una vida futura. Sarak Parcak de la Universidad de Alabama, en Birmingham, cautivada por estas historias, se embarcó en la aventura de encontrar pirámides egipcias ocultas con la ayuda de un satélite de la NASA.
Parcak asegura que de miles y miles de ruinas ubicadas en lugares misteriosos, sólo un 10% de ellas han sido descubiertas. Así que sólo en 2011 halló 17 estructuras en Tanis, Egipto, y mil tumbas pequeñas y continuará con este proyecto arqueológico explorando las civilizaciones perdidas del Perú.
2. Las tumbas del holocausto, la masacre de Treblinka
A partir de unas imágenes captadas por Google Earth en 2010 sobre Treblinka, un campo de exterminio de Polonia durante el holocausto, se llevó a cabo la investigación que, en 2014, condujo a una importantísima excavación arqueológica, registrada en el documental Treblinka: La máquina de matar de Hitler.
Con recursos modernos, los investigadores fueron capaces de encontrar tanto fosas comunes como la ubicación precisa de unas cámaras de gas. Toda esta información sirvió para reconstruir cómo se encontraba distribuido el campo de concentración, una misión que en décadas anteriores no pudo concretarse.
Los nazis habían intentado destruir toda evidencia que probara que este campamento de la muerte alguna vez existió. Incluso tomaban los ladrillos de las cámaras de gas para reutilizarlos en la construcción de una granja en el mismo terreno donde unas 780 mil personas fueron masacradas. De esta manera pretendían despistar al mundo de sus crímenes.
Fue en 1946 cuando los primeros exploradores de Treblinka hallaron la localización exacta del campo de concentración nazi, además, mostraron pruebas sobre los hechos horribles que allí acontecieron.
Cavando, encontraron algunos huesos humanos. Pero a falta del equipamiento tecnológico con el que contó el grupo de investigadores de 2014, no fue posible encontrar las fosas comunes donde arrojaban los cadáveres de judíos que tanto interés tenían de ubicar.
3. El antiguo cementerio judío de Calcuta
Un día, al escritor Deepanjan Ghosh, de Quartz, India, le invadió el impulso de encontrar lugares extraños. Lo primero que hizo fue buscar en los archivos históricos un mapa de Calcuta del siglo XIX. Su objetivo era claro: quería visitar antiguos cementerios, olvidados con el tiempo.
Con la ayuda de Google Maps, el escritor comparó las imágenes modernas con el mapa histórico para visitar un camposanto judío de 1847, destruido para alojar un gran edificio.
Los cuerpos fueron exhumados y el terreno fue vendido a comerciantes de la época. Actualmente esta ubicación lleva el nombre de “Kabristan Bazar”, traducido en “Mercado del Cementerio”, tal vez como un esfuerzo para no olvidar lo que yace debajo de ese espacio. Aunque ni siquiera la Junta Judía de Calcuta conocía sobre su existencia, hasta que Ghosh les contó esta historia.
4. Las tumbas ocultas de Bosnia
Durante la guerra de Bosnia y Herzegovina, en la década de los noventa, las cifras de desaparecidos eran abrumadoras. Una Comisión Internacional de Personas Desaparecidas se encargó de buscar los restos en todo el país, para que los familiares de los caídos pudieran enterrarlos apropiadamente.
Excavaron en numerosos lugares sin resultados significativos. Pero la comisión no se rinde y contempla la posibilidad de trabajar junto a la antropóloga forense Amy Mundorff, encargada de identificar los restos de las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Mundorff no sólo le ha dedicado varios años al estudio de la reacción de las plantas cuando nacen sobre un cuerpo enterrado. También es respetada por contribuir en el desarrollo de una tecnología de detección, que opera con un pequeño avión capaz de captar datos de temperatura con imágenes satelitales de alta resolución.
Como las víctimas de la guerra fueron enterradas en múltiples puntos, es viable contar con recursos que permitan estudiar la superficie desde las alturas, para reducir considerablemente el tiempo de búsqueda.
5. Un cementerio de la edad de bronce en Inglaterra
¿Imaginaría Gary Campion, un hombre de 48 años cuyo pasatiempo es buscar tesoros ocultos con un detector de metales, que cooperaría en la causa de las tumbas ocultas encontradas por imágenes satelitales? Pues Campion había hallado anteriormente antiguas monedas de oro y otros objetos curiosos sin mucha relevancia.
Pero en una ocasión, explorando su localidad con Google Maps, visualizó un círculo sospechoso en un terreno de Suffolk. Por algún motivo intuyó que este hallazgo debía ser reportado al Condado para que investigaran de qué se trataba.
El departamento de arqueología asistió al lugar, identificado como un sitio de entierro de la edad de bronce, de 2,300-700 A.C.
Pero al ser un terreno privado, los arqueólogos no pudieron excavar y así encontrar posibles objetos antiguos, los cuales suelen ser exhibidos en museos. ¿El dueño de la propiedad se animará a excavar sus tierras alguna vez? Sería interesante conocer lo que hay debajo de la superficie.
¿Te animarías a buscar tesoros de la historia con la ayuda de Google Maps? es una herramienta poderosa, con ella lograron resolver este caso: 9 años desaparecido, ¡sólo Google Maps sabía donde estaba!
Imágenes: Qz, discovermagazine, BBC, npr.