Conoce a continuación estos datos sobre la inteligencia de los animales que reafirman lo maravillosos que son nuestros astutos cohabitantes. Varias de sus capacidades cognitivas son identificables con las nuestras, ¡descúbrelas!.
7 datos que reafirman la Inteligencia de los Animales
1. Los perros tienen un olfato especial para las personas que aman
Hay aromas que evocan recuerdos. Se quedan tan vívidos en nuestra memoria olfativa que, al percibirlos nuevamente, reconectamos con las emociones que nos produjeron en un momento específico. Los perros tienen muy desarrollado este tipo de memoria pero, en mayor proporción, cuando se trata de relacionar a humanos antes que a otros perros.
Un equipo de investigadores monitorizó las respuestas de doce sabuesos, de diferentes razas, a cinco aromas distintos. A través de resonancias magnéticas cerebrales pudieron comprobar lo que ocurría con los canes al olfatear tanto a humanos conocidos como desconocidos, perros que habitan en sus mismos hogares y fuera de ellos, sin que los donantes estuviesen presentes durante la prueba.
Observaron que el área del cerebro que responde a la emoción, se activaba cuando estas mascotas percibían el aroma de humanos conocidos. Opuesto a lo que sucedía al oler a perros con los que ya habían compartido y a individuos a los que jamás habían conocido en sus vidas perrunas, pues no se registraron estímulos notables.
La prueba concluyó que nuestros amigos peludos, cuando un humano se le queda clavado en el corazón, difícilmente será olvidado. Incluso si la distancia los separa.
2. Los pinzones cebra son practicantes de las “mentiras piadosas”
En el reino animal existe una clase de plumífero que es capaz de todo, absolutamente todo, para conseguir aparearse con lindas pajaritas. Sus prácticas más comunes son las mentiras piadosas. Pues se trata de, nada más y nada menos que… el pinzón cebra.
Los pinzones cebra, al igual que otras especies como los monos y roedores, según investigaciones de expertos de la Universidad de Zúrich, cambian su comportamiento dependiendo del entorno en el que se encuentran para lograr sus propósitos, lo cual nos parece una conducta bastante humana.
Este tipo de ave suele fingir estar saludable para conquistar a las hembras de su especie. Mostrarse fuertes también les ayuda a protegerse de intrusos, ya que cualquier animal que aparente debilidad es presa fácil.
3. Los elefantes asiáticos tienen el hermoso don de la empatía
Los elefantes asiáticos tienen un don especial para consolar. Esta tierna cualidad fue expuesta en un estudio publicado en PeerJ, que detalla lo que unos investigadores presenciaron al seguirles los pasos a un grupo de 26 paquidermos en Tailandia.
Durante un año, la manada de elefantes en cautiverio fue observada. Y lo que resultó más curioso de su comportamiento es que, cuando alguno de los miembros se sentía amenazado o inquieto por algo, era calmado por el resto recibiendo caricias con sus trompas e incluso emitían un chirrido peculiar que podríamos comparar con el canto de una madre cuando su bebé llora.
Otra manera de confortación entre elefantes es entrelazar sus trompas, como si se tratara de un abrazo.
4. Los lobos aprenden más rápido que los perros
Para aprender observando a otros, los lobos están en mejor capacidad que los perros, así lo expone un estudio científico publicado en la revista PLOS ONE.
Los expertos llegaron a esta conclusión al poner a prueba a 14 lobos y 15 perros mestizos, de aproximadamente seis meses de edad. Todos ellos se fijaron en cómo con un perro entrenado abría una caja de madera con su boca o pata para conseguir alimento. El truco fue perfectamente imitado por todo el grupo de lobos y sólo cuatro de los perros pudieron sacar la recompensa de la caja.
Para descartar que este resultado se produjera por asuntos de la edad, los científicos repitieron el mismo ejercicio, con los mismos animales, nueve meses más tarde. La segunda etapa del experimento les sirvió para reiterar que los lobos son mejores copiando patrones que los perros, por su carácter dependiente al convivir y sobrevivir en manada.
5. La memoria de las ratas es de alta capacidad
Curiosamente, las ratas poseen una memoria de trabajo de alta capacidad con la que pueden volverse tan astutos como les sea posible. Este sistema de memoria es la misma que les permite a los humanos realizar problemas de cálculo mental, superar niveles en videojuegos, seguir conversaciones, entre otras actividades que impliquen procesos prácticos y experiencias.
Los investigadores de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados quedaron perplejos con el descubrimiento. Es que es inesperado que un mamífero tan pequeño y simple como una rata sea capaz de desarrollar capacidades cognitivas de forma tan óptima que pueden volverse un poco estrategas.
6. Los lémures saben cuándo es conveniente robar tu comida
Los lémures son ladrones de alimentos bastante ágiles, esto fue comprobado por un grupo de investigadores de la universidad de Duke que midieron la inteligencia social de esta clase de primates al realizar una serie de experimentos que involucraban a humanos… platos de comida y ¡a estas tiernas criaturas que esperaban el momento justo para robarles sigilosamente!
Los especialistas notaron que los lémures sólo robaban a las personas justo cuando no se encontraban observándolos. Los resultados sobre la inteligencia social de los lémures nos conducen a pensar que son ciertamente bandidos, pero no desvergonzados.
7. Los chimpancés construyen patrones sociales
Los chimpancés, al igual que los seres humanos cuando nos fascinamos por alguien o algo, o cuando nos regimos por costumbres y tradiciones, tienden a imitar ciertos comportamientos para practicarlos entre sí.
Animal Cognition compartió un ejemplo real para explicar mejor el asunto: Julie, una hembra chimpancé, fue vista en varias ocasiones por el grupo de primates del que era parte colocándose pequeños ramos de hierba en los oídos. No pasó mucho tiempo para que el resto copiara la peculiar manía de Julie, la cual perduró practicándose incluso después de su muerte.
Lindo detalle que la hierba detrás de las orejas se volvió en una tradición para conmemorar al chimpancé de alguna manera. ¿Pero por qué copiaron este aspecto de la personalidad de Julie? Los investigadores resuelven que se debe a que los chimpancés aprenden unos con otros y es característico de ellos imitar patrones conductuales que les resultan llamativos y gratificantes.
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