El estrés y la ansiedad son, en ocasiones, esas sombras alargadas que acompañan nuestra cotidianidad. Nos obligan a ir más deprisa, a perder la calidad de nuestra vida y a sufrir, a veces, alguna que otra enfermedad capaz de darnos un buen susto.
Si tú mismo eres de esas personas con escaso tiempo y que vive rodeado de altas presiones que aceleran el ritmo de tu corazón y elevan tu tensión, párate un instante. Hoy en Supercurioso queremos darte unos pequeños consejos para que vivas un poco mejor. Te aseguramos que no cuesta nada y que vale la pena intentarlo. Relájate y, simplemente, lee.
1. ¿Qué es lo más importante para ti?
Puede que te parezca una pregunta algo difusa e incluso estúpida. ¿Cómo no voy a saber lo que de verdad es importante para mi? Seguro que ahora mismo viene a tu mente tu familia, tu pareja, tus hijos… Pero ahora hazte otra pregunta: ¿Ellos lo saben? ¿Cuánto tiempo les dedicas?
En ocasiones, vivimos sumidos en nuestras responsabilidades, en ese trabajo que tantas horas de sueño te quita, en esas actividades que tan poco tiempo te dejan para ti mismo. Recuerda esos casos que todos conocemos, personas que se han esforzado mucho para comprar, por ejemplo, el coche de sus sueños, y luego, simplemente, no han podido disfrutarlo…
2. Aprende a decir no
Puede que hoy no te apetezca salir a cenar con esos compañeros del trabajo, pero no te atreves a decir que no. Es posible que te hayan propuesto quedarte un poco más después de tu jornada laboral, quitándote tiempo para estar con los tuyos y, obviamente, no puedes negarte. Tal vez eres de esas personas incapaces de decir no por no parecer egoísta o mala persona. No te equivoques, en ocasiones, decir no es tan importante como respirar. Atrévete y te sentirás mejor.
3. Deja a un lado las relaciones tóxicas
Las relaciones tóxicas son todas aquellas personas que aún diciéndonos que nos quieren, nos hacen daño. Son personalidades manipuladoras, egoístas y que anteponen sus propias necesidades a las tuyas. Seguro que tienes a alguien así en tu vida. Amigos, familiares, jefes, compañeros de trabajo e incluso tu propia pareja. Recuerda que estas relaciones son muy destructivas y que nos provocan un alto nivel de estrés.
4. Organiza mejor tu tiempo
Tiempo para trabajar, tiempo para disfrutar y tiempo para descansar. Si no equilibras estas tres dimensiones, tu estrés te estará devorando por dentro. El nivel de cortisol aumentará demasiado en tu organismo y empezarás a sufrir problemas de sueño, mareos, dolor de estómago, pérdida de cabello y problemas cardíacos. El estrés es algo realmente dañino para nuestra salud, así que aprende a gestionar mejor tu tiempo. Procura disponer cada día de, al menos, dos horas para ti mismo. Para pensar, respirar, pasear, estar solo o hacer lo que de verdad te hace feliz.
5. Aprende a gestionar tus emociones
No es tan complicado. Hay personas que por ejemplo, se dejan llevar por la rabia de modo incontrolado, son incapaces de gestionarla y la almacenan durante días volviéndose agresivos con todos aquellos que le rodean. Hay también quien se deja atrapar por la tristeza y es más tendente a las depresiones que otros. Lo ideal es saber controlar las emociones, canalizarlas, expresarlas adecuadamente y saber desahogarnos cuando toca.
6. Expresa tus sentimientos, no te calles las palabras
Si te molesta cada día esa persona con sus palabras o comportamientos, no bajes la cabeza, díselo. Si sientes que los demás te cercan con sus comportamientos y restringen tus derechos, exprésalo. Dilo en voz alta. Aprende a defenderte y a decir lo que quieres y lo que no deseas. Es un modo de protegernos y entra también en el campo de la gestión de emociones. Verás cuánto estrés liberas al decir siempre la verdad.
7. Ponte metas sencillas e ilusiónate
No desees una casa más grande. No sueñes con una vuelta al mundo o con tener a ese actor o esa actriz que tanto te gusta como pareja. Soñar es bueno, lo sabemos, pero es mejor ponerse metas sencillas y ser realista. Empecemos simplemente por ser felices del modo más sencillo posible. Te aseguramos que la verdadera felicidad no exige artificios, a veces, un simple paseo, una escapada de fin de semana o una tarde en la playa, te ofrece un bienestar que no esperabas. Lo mejor es levantarse cada día con una ilusión y con un propósito. No con una preocupación.
Vives para ser feliz, así que deja a un lado las presiones y esas tensiones. La sencillez y las metas asequibles son, en ocasiones, el mayor secreto para tu bienestar.
8. Aprende algo nuevo cada día
No. No es ninguna tontería. Incentivar tu curiosidad es ponerle gasolina a tu cerebro. Es enriquecerte y abrir nuevas perspectivas con las que encontrarte mejor. Aprender relaja y enriquece, libera el estrés y te hace sentirte mejor. No cuesta nada dedicar un instante de tu día a día a leer un libro tranquilamente, a consultar el periódico, a aprender un idioma nuevo o a dejar que tus amigos te cuenten sus historias con las cuales aprender también.
En Supercurioso es nuestro propósito. De ahí que te animemos a vivir un poco mejor y a establecer prioridades para afrontar tu estrés. ¿Empezamos hoy mismo?