Uno de los regímenes más brutales de hoy es el de Corea del Norte. Sus crímenes contra la humanidad han sido denunciados varias veces por las Naciones Unidas y líderes de todo el mundo. Su brutalidad les ha valido la comparación con la Alemania nazi y uno de los puntos que tienen en común es el uso de campos de concentración a los que envían enemigos del Estado. Las historias de los horrores vividos allí por las personas que molestan al líder del norcorea son aterradoras.
Las aterrorizantes historias de los campos de concentración de Corea del Norte
Se estima que unas 200.000 víctimas del régimen despótico de Kim Jong-un viven existencias de absoluta miseria en los campos de concentración de Corea del Norte.
Los campos están patrullados por guardias equipados con rifles automáticos, granadas de mano y perros entrenados. El sufrimiento de estas personas parece no tener límites y varios prisioneros que huyeron y vivieron para contar sus historias pintan una imagen extremadamente sombría de la realidad en esas prisiones infernales.
La frase «violación de Derechos Humanos» se queda corta ante lo que verdaderamente ocurre tras las rejas en Corea del Norte y así lo relata Jeong Kwang-Il, un ciudadano que desesperado por el hambre recolectó piñones y cruzó la frontera china para tratar de venderlos. Kim fue arrestado por funcionarios que estaban convencidos de que había estado traficando al otro lado de la frontera, y lo torturaron para obtener una confesión.
Jeong no pudo soportar esta tortura por mucho tiempo, y confesó. Fue sentenciado a seis años de prisión, donde realizó trabajo forzado moviendo troncos pesados montaña arriba sin herramientas para ayudarlo. Los troncos a menudo aplastaban a los reclusos, y muchos de ellos se fracturaron los huesos. Otros murieron y los prisioneros sobrevivientes eran obligados a amontonar los cadáveres en un carro que tuvieron que llevar a una montaña. Debían meter los cuerpos en una olla y quemarlos. Jeong fue liberado después de haber servido 29 meses. Más tarde logró escapar a Corea del Sur.
Otro relato viene de Lim Hye-jin, una mujer que pasó siete años como guardia en uno de los campos de concentración. Cuando ella tenía 20 años, dos hermanos lograron escapar y siete de sus familiares fueron asesinados como venganza. Muchos prisioneros fueron salvajemente golpeados en un castigo colectivo por la huida.
Los hermanos fueron atrapados en China y regresaron a Corea del Norte. Los guardias los golpearon salvajemente y decapitaron a los hermanos frente a los otros reclusos.
Ella también explicó que los guardias violan libremente a cualquier prisionera que llame su atención. Si una mujer queda embarazada de estos ataques, la obligan abortar. Si el embarazo estaba demasiado avanzado, los guardias golpeaban a los bebés hasta matarlos o los quemaban vivos.
Lim fue sorprendida comerciando en China, y fue sentenciada a un corto término en prisión. Decidió huir del país después de verse obligada a desfilar desnuda ante guardias varones. Lim logró huir a la seguridad de Corea del Sur.
Historias como las de estos sobrevivientes del régimen norcoreano abundan y sirven como testimonio del horror al que someten a sus ciudadanos. Verdaderamente, una de las facetas más oscuras de la humanidad.
¿Conocías estos testimonios sobre campos de concentración de Corea del Norte?
Imágenes: Wikimedia Commons