Los periódicos y noticiarios nos relatan a diario casos policiales que han sido resueltos gracias a análisis de ADN. Unas veces son personas que fueron declaradas culpables y que gracias a esta técnica han podido demostrar su inocencia y salir de prisión y otras el análisis del ADN encontrado en la escena del crimen ofrece a los investigadores muchos datos sobre el criminal al que están buscando. Sin embargo, esta maravillosa herramienta en ocasiones, especialmente cuando no se extreman las medidas, también puede complicar y confundir. Acompáñanos a conocer lo que ocurrió con la fantasma de Heilbronn, un error real en el caso de «la mujer sin rostro».
La fantasma de Heilbronn o el caso de «la mujer sin rostro»
Entre 1993 y 2009 la policía de media Europa se mantuvo en alerta tratando de localizar y detener a una peligrosa delincuente y asesina en serie. A pesar de que los casos de asesinos en serie femeninos son muy escasos, en este la mujer no se arredraba ante nada: robos, brutales asesinatos… y además apoyada por cómplices de todas las nacionalidades. No existía un patrón claro para sus andanzas criminales ni quedaba registrada su imagen en los vídeos de los delitos. Los investigadores estuvieron desconcertados durante años persiguiendo a una fantasma conocida en primer lugar como «la mujer sin rostro». Entre todos estos actos delictivos, que se produjeron básicamente en Alemania, Austria y Francia, únicamente había un nexo en común: el ADN de una mujer.
A partir de los análisis de ADN mitocondrial de las muestras austríacas se determinó que ese tipo genético era más común en personas de la Europa del este. En 2007 fue asesinada la oficial de policía de Heilbronn, Michèle Kiesewetter, y el ADN de la mujer sin rostro volvió a aparecer. Desde entonces se la conoció como «la fantasma de Heilbronn». Llegó a ofrecerse una recompensa de 300.000 euros por una pista que llevara a la detención de la asesina.
En 2009, se resolvió por fin el misterio de la fantasma de Heilbronn. Se encontró ADN de la supuesta asesina en serie en el cuerpo quemado de un hombre, residente en Francia, que era demandante de asilo. La policía vio que eso era algo imposible, era ADN femenino en el cuerpo de un hombre. ¿Qué había ocurrido? La policía resolvió el caso: los bastoncillos con los que se toman las muestras estaban contaminados en origen. La misteriosa criminal no existía.
Los hisopos utilizados eran estériles y por tanto estaban libres de bacterias, hongos o virus, pero no del ADN fruto de una contaminación involuntaria. Se pudo demostrar que todos provenían de la misma fábrica alemana que tenía entre sus empleadas muchas mujeres de la Europa del Este. Este hecho representó la pérdida de miles de horas de trabajo y que muchos criminales reales quedaran libres ya que se perseguía otro perfil.
¿Habías oído hablar de este caso? ¿Te parece una herramienta útil la existencia de un banco de ADN con el fin de atrapar delincuentes o crees que es una invasión de la privacidad de las personas?
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