Revisando la página principal de Facebook es muy seguro que te hayas topado en alguna ocasión con estas historias insólitas de personas que han albergado bichos, como cucarachas, gusanos o arañas, durante meses, en alguna parte del cuerpo. A una mujer en Rusia le tocó experimentar esta pesadilla, tan desagradable y aterradora. Su caso ha sembrado un poco de paranoia entre los internautas, pues todo comenzó con un misterioso bulto debajo del ojo, aparentemente inofensivo, que acabó por ser algo inimaginable.
Misterioso bulto en el rostro de una mujer rusa
Una mujer rusa de 32 años documentó a través de fotografías lo que le estaba ocurriendo en el rostro. Lo primero que notó fue una pequeña elevación debajo del ojo izquierdo que podía ser cualquier cosa, como un barro o una celulitis. Pero en su caso, el misterioso bulto parecía tener vida propia: ¡podía moverse!
¿Imaginas observarte en el espejo y ver que una parte de tu cara se está removiendo? Seguramente visitarías al médico de inmediato, o al menos esta sería la acción más prudente ante algo tan extraño sucediendo en un área tan sensible. En cambio la chica, como suele pasar a menudo, pensó que el misterioso bulto desaparecería en cuestión de unos días, sin embargo la situación se puso todavía más rara.
La pequeña protuberancia que venía acompañada de una incómoda sensación rastrera se habría desplazado nuevamente por encima del párpado izquierdo. Pasados los 10 días, el misterioso bulto volvió a moverse, esta vez hacia el labio superior, causando una gran inflamación que la obligó a visitar al médico para descubrir lo insospechable.
Un nematodo filarial que afecta normalmente a animales
El misterioso bulto que se movía resultó ser un parásito llamado Dirofilaria repens. Este nematodo filarial generalmente se introduce en animales, como perros, gatos, lobos, zorros, leones marinos, entre otros, por tanto la infección humana es inusual.
La buena noticia es que este tipo de parásito no puede alcanzar la madurez dentro del cuerpo humano, de modo que no es capaz de reproducirse en nuestro interior. Aún así, aunque su presencia no signifique una amenaza para nuestra especie, nadie querría tenerlo de intruso, arrastrándose por debajo de la piel, como lo vivió esta mujer rusa que fue intervenida quirúrgicamente para su remoción. Es repulsivo.
¿Y cómo llegó hasta ahí?, te preguntarás. Esta clase de parásito se transmite a través de las mordidas de mosquitos. La mujer habría visitado un área rural en las afueras de Moscú, Rusia, por lo que los médicos sospechan que esto explicaría el origen de su mal. Lo cual tiene mucho sentido, ya que la paciente recordó haber olvidado su repelente en aquella oportunidad y, debido a este descuido, se convirtió en un manjar para los insectos. Así quedaría resuelto el caso del misterioso bulto en movimiento.
¿Ya ves lo importante que es usar repelentes en lugares atestados de insectos? Con esta historia, tal vez quieras tomar precauciones en tu próxima salida al campo.