Para comenzar diremos que las semillas de cáñamo están consideradas un
superalimento. En ellas se encuentran los 9 aminoácidos que nuestro organismo
necesita para fabricar proteínas de calidad y, además, resultan muy fáciles de digerir,
aportando también una gran cantidad de omega-3 y 6.
Físicamente, estas semillas son pequeñas y saben a pipas de girasol. Los antiguos
chinos las utilizaban como alimento y medicina. Aunque hoy en día no se emplean
demasiado y su uso como alimento no es frecuente, sí que se conoce su alto contenido
nutricional.
El poder nutritivo de las semillas de cáñamo también incluye un gran aporte de
vitaminas y enzimas y no cuenta con apenas azúcares, ni almidones ni grasas
saturadas, siendo en su conjunto muy beneficioso para la salud de toda la familia,
incluidos los niños.
¿Cómo diferenciamos el cáñamo de la marihuana?
El cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma familia, Cannabis. Sativa. L, pero
ambas presentan suficientes rasgos diferenciadores para estar consideradas como dos
variedades distintas. Además, estas diferencias se han ido acentuando por que a las
dos se les ha cultivado con fines muy distintos. Mientras que con el cáñamo lo que se
busca es obtener materia prima, como aceite, fibra, celulosa, aceite…, en el caso de la
marihuana se ha potenciado su cultivo con fines psicoactivos, intentando aumentar los
niveles de THC.
Sobre como se puede diferenciar el cáñamo de la marihuana, podemos atender a su
morfología, al uso que se le da a la planta y a su composición, ya que en el cáñamo los
niveles de THC son realmente bajos.
En cuanto a su aspecto físico cabe señalar que el cáñamo utilizado para la obtención
de fibra son las más altas de entre 2 y 5 metros, con un tallo muy largo y grandes
espacios internodales, con muy poca ramificación interior del tallo hueco o poco
leñoso y se cultiva muy densamente, con muy poco espacio entre las plantas.
La marihuana por su parte se cultiva dejando más espacio entre plantas, tiene una
mayor ramificación lateral y sus flores son abundantes y voluminosas. La idea es que
produzca grandes cogollos si semilla, puesto que se eliminan las plantas masculinas
para evitar la polinización.
El cáñamo como materia prima
El cáñamo con fines industriales es una alternativa más que interesante desde el punto
de vista de fuente renovable de materias primas, una alternativa sostenible que cuida
del planeta y que, además, resulta sumamente útil a nivel industrial y nutricional. La
estructura del cáñamo se ha ido domesticando desde hace miles de años para sacarle
el máximo partido a esta planta, con el objeto de poder producir fibras, celulosas y
aceites, a los que les podemos dar una gran variedad de usos, como la ropa hecha con
cáñamo o las resistentes cuerdas de cáñamo.
Como hemos comentado con anterioridad si atendemos a su morfología, el cáñamo es
más alto que la marihuana, y sus tallos suelen ser menos espesos y huecos. Sin
embargo, esta morfología también cambia en función del uso que se le vaya dar, que
pueden ser para la obtención de fibra, semillas, aceites, papel, bases de materiales
leñosos…
Principales usos del cáñamo
El cáñamo tiene múltiples posibilidades de uso, como ya hemos podido comprobar.
Vamos a reunir en este apartado algunos de sus principales usos.
Como producto alimenticio, las semillas y el aceite de cáñamo son muy beneficiosas
para el consumo humano por su alto valor nutritivo. Incluso además de las
propiedades que ya hemos señalado con anterioridad, pueden ser utilizados en el
tratamiento de algunas dolencias, como la artritis, la neurodermatitis y el síndrome
premenstrual por su contenido en ácido gamma-linoleico.
El cáñamo en la producción industrial como elemento base para la obtención de
materia prima, puede ser procesado para obtener innumerables productos, como el
biodiesel, los cosméticos, el jabón, las pinturas y los barnices.
Este producto vegetal también se utiliza para elaborar celulosa y plástico
biodegradable. Para ellos se utiliza el tallo y las cortezas. Es un material totalmente
renovable y respetuoso con el medio ambiente, lo hace sumamente atractivo teniendo
en cuanta el grave problema medioambiental que tenemos por el uso masivo de los
plásticos y derivados del petróleo.
La fibra del cáñamo es muy resistente y puede ser utilizada en los productos textiles,
como la ropa y los lienzos, así como en las cuerdas y materiales para la construcción,
obtenido productos totalmente reciclables y biodegradables. En este sentido, la
resistencia y durabilidad que nos aporta la fibra de cáñamo no se puede equiparar a la
que nos ofrece ninguna otra fibra natural, por lo que las cuerdas de cáñamo han sido
utilizadas desde hace miles de años en los barcos, debido a su alta resistencia al
deterioro a causa de la sal marin y por su durabilidad.
Hoy en día, entre las corrientes ecologistas se apuesta por los productos textiles de
fibra de cáñamo, una alternativa más respetuosa que el algodón, pues este último
necesita de una gran cantidad de pesticidas. En los tejidos, el cáñamo presenta además
muchas ventajas, pues debido a su porosidad pueden ser teñidos con bastante
facilidad y se pueden usar tintes naturales para hacerlo, completando un proceso ecológico para la producción de prendas de vestir. Grandes multinacionales, como la
popular marca Nike, han comercializado líneas de productos textiles de cáñamo y han
cosechado un enorme éxito.
El uso de las fibras naturales derivadas del cáñamo no termina aquí, sino que le están
ganando el terreno a las sintéticas en otras áreas, como por ejemplo en el sector
automovilístico, en el que ofrecen el mismo rendimiento y presentan una mayor
resistencia en caso de impacto. Otros sectores que se están interesando por las fibras
naturales es la industria aeroespacial pues con ellas, y debido a sus bajos niveles de
toxicidad, se reducen los riesgos de intoxicación por humo en caso de incendios.
El cáñamo crece más rápido que los árboles procuran más papel, hasta tres y cuatro
veces más por hectárea y año, por lo que representa una primera línea de defensa
para la preservación de bosques y su biodiversidad.