Aunque la perfección es imposible, parece estar en la naturaleza humana perseguir aquello que no se puede obtener y el rey Pigmalión no era una excepción. Los dioses del Olimpo le fueron propicios y sus deseos fueron escuchados. Acompáñanos en Supercurioso a conocer uno de los más bellos mitos griegos, el mito de Pigmalión y Galatea y descubre qué ocurrió con la estatua que esculpió el rey.
El mito de Pigmalión y Galatea: qué ocurrió con la estatua
El mito de Pigmalión y Galatea ha llegado a nosotros principalmente a través del poeta Ovidio, aunque sus orígenes parecen remontarse a un mito fenicio cuyo protagonista era un rey llamado «Pumayyaton». Es importante señalar que la estatua, en la antigüedad, nunca recibió el nombre de Galatea. Éste le fue dado muchos siglos después seguramente tomado de una estatua que Pausanias, el incasable geógrafo y viajero griego, describió como Calma, en griego antiguo «Galene» (γαλήνης) y que estaba a los pies de la estatua de Poseidón.
Galatea significa en griego «la que es blanca como la leche» y la aplicación de este nombre, que antes fue el de una mítica ninfa, a la estatua que esculpió Pigmalión está plenamente justificado ya que la escultura estaba hecha con marfil.
1. Pigmalión y Galatea
Pigmalión era rey de Chipre y también un magnífico escultor. Durante años buscó una mujer para casarse con ella, pero todas las que conocía le decepcionaban o parecían tener algún defecto que no le complacía. Cansado de perseguir un ideal que parecía no existir, decidió permanecer soltero y se dedicó a esculpir. Finalmente, creó una obra maestra. La estatua de una mujer tan bella que Pigmalión se enamoró de su propia creación.
La estatua estaba hecha de blanco marfil y aunque el Pigmalión de Ovidio nunca le puso nombre, siglos después fue llamada Galatea. El rey de Chipre era una gran devoto de Afrodita (Venus) y en una de las grandes festividades que se celebraban en Chipre en honor de la diosa, oró y le suplicó que concediera una esposa en todo semejante a la estatua que había creado.
La diosa, que había decidido concederle su deseo ya que era un rey bueno, justo y devoto, le mandó una señal y elevó las llamas del altar por tres veces, pero el hombre no se dio cuenta. Regresó a palacio triste y alicaído. Se recostó junto a su estatua contemplando su bello rostro y deseándola cada vez más. La tocó y le pareció que no notaba el frío habitual del marfil, sino una inusual calidez. La besó y en ese momento se dio cuenta de que la estatua, prodigiosamente, estaba viva. Ovidio describe magníficamente este momento en su «Metamorfosis» (Pigmalión 243-297):
«…al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.»
Bajo la bendición de Afrodita (Venus) Pigmalión y Galatea se casaron, fueron inmensamente felices y no abandonaron nunca el culto a la diosa que los había unido. Ella concedió además a Pigmalión y Galatea descendencia: una hija llamada Pafos que dio nombre a la ciudad de Pafos.
Existen diversas versiones del mito y en alguna de ellas Pafos era un varón,y Pigmalión y Galatea fueron padres también de una hija a la que llamaron Metarme. También existe una versión con un triste final que explica que Galatea un día ofendió a la diosa y esta la volvió a convertir en estatua entre los brazos de Pigmalión.
2. El mito de Pigmalión y Galatea en la literatura posterior
Son muchas las obras literarias y artísticas que se han inspirado en el mito de Pigmalión y Galatea. Citaremos tres que se encuentran entre las más conocidas:
- «Las aventuras de Pinocho» de Carlo Collodi
Muchos autores consideran que el popular cuento de Pinocho es una variante del mito de Pigmalión y Galatea. El hada mágica conceden la vida al muñeco de madera que había creado el señor Geppetto.
- «Cuento de Invierno» de William Shakespeare
Al final de esta obra de William Shakespeare la estatua de la reina Hermione, que había muerto muchos años antes, cobra vida.
- «Pigmalión» de George Bernard Shaw
En esta obra de teatro que más tarde sería llevada a la pantalla con el título de «My Fair Lady» está inspirada en el mito de Pigmalión y Galatea y se considera una moderna reinterpretación del mismo. El profesor de fonética Henry Higgins, quiere «esculpir» y hacer nacer una nueva mujer de la florista Eliza Doolittle modificando su acento y sus modales para que parezca de la alta sociedad.
Ahora ya sabes qué ocurrió con la estatua que esculpió Pigmalión. «Y sobre esa boca, finalmente no falsa, su boca puso y, por él dados, esos besos la virgen sintió y enrojeció».
Ovidio hace una descripción tan maravillosa del amor que sintieron Pigmalión y Galatea que muchos artistas lo plasmaron en sus cuadros e incluso existen dos óperas y un ballet clásico que hablan de su historia. ¿Qué piensas del enamoramiento de Pigmalión y Galatea? ¿Conoces alguna otra obra que esté inspirada en este mito? ¡Compártelo con nosotros! Estaremos encantados de leerte. Para finalizar y siguiendo la línea romántica de este mito queremos proponerte estas Frases de Besos, la mayor expresión del amor.