Las diferentes naciones que componen la América Latina están llenas de una diversidad y riqueza natural asombrosa. Pero entre las bellezas de las selvas, montañas, cumbres nevadas, ríos caudalosos y playas paradisíacas, más impactante resulta la cultura de estos pueblos, con manifestaciones potentes que han sabido ganarse un lugar en la historia universal. Es el caso de un Imperio que atravesó los Andes Peruanos, tocando también los territorios Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. Hoy profundizaremos sobre los Chasquis, curiosos mensajeros del Imperio Inca.
Buena parte de los viajeros que sueñan con conocer los enigmas del Perú, lo hacen pensando en recorrer el Camino del Inca, que los llevará hasta la legendaria Machu Pichu. Esta ancestral ciudad se erigió para servir de hogar al Inca. Se cree que su construcción data del año 1450 d.C., y que fue ordenada por el Inca Pachacutec, quien fue el principal responsable de la enorme expansión que alcanzó el imperio. Al tratarse de una obra de envergadura fenomenal, apenas pudo ser concluida por su sucesor, el Inca Túpac Yupanqui.
El Imperio Inca fue sin duda, la civilización americana más destacada de la antigüedad. Su desarrollo social, cultural, agrícola y artesanal fue relevante. Sin embargo, uno de los puntos que más destacan en su historia, fue la maestría con la que combinaron conocimientos de urbanismo y arquitectura, con una estrategia de política expansionista, que les permitió extenderse a lo largo de 40 mil kilómetros de tierra. Con territorios tan extensos por dominar, los mensajeros del Inca se convirtieron en figuras clave, y es así como nacieron los Chaquis. Acompáñanos en Supercurioso a descubrir todo sobre ellos.
¿Quiénes son los Chasquis?
El Imperio Inca atravesó con sus avances extraordinarios, la historia de la humanidad. Su lengua oficial, el Quechua, sigue siendo hablada por unas diez millones de personas en la actualidad. Entre los puntos clave que marcaron su importancia, estuvo la construcción de caminos que atravesaron el continente. Los Chaquis surgieron entonces, como corredores veloces encargados de ser los mensajeros del Inca, portadores de sus noticias y órdenes.
Los mensajeros del Imperio Inca se convirtieron con el tiempo en una figura muy valiosa para la expansión del los dominios del Inca. Se trataba de jóvenes en buen estado físico. Corredores que se encargaban de atravesar los caminos del imperio, con el objetivo de entregar mensajes, avisos u órdenes a las provincias lejanas. El término Chasquis es una palabra derivada del Quechua, que significa correo o persona de relevo.
Y era justamente este el modo de trabajo de los Chasquis. Corrían hacia la dirección que les había sido indicada, y en el camino debían encontrarse con otro de ellos, que tomaba el mensaje y seguía otro trecho del camino. Estos mensajeros del Imperio Inca no sólo debían ser jóvenes, fuertes y resistentes. También tenían que desarrollar otras cualidades, como la de tener una excelente memoria. Muchos de los mensajes debían ser memorizados, repitiéndolos varias veces en voz alta.
Para lograrlo en el relevo, los Chasquis corrían juntos un trecho del camino. Cuando el segundo de ellos había logrado memorizar la información, el otro podía detenerse y regresar a su punto de partida. También estaban obligados a la discreción y la veracidad, pues si alguno de los Chasquis violaba el secreto del mensaje, obstaculizaba a otro o daba una noticia falsa, era castigado con la pena de muerte.
1. ¿Qué caminos recorrían los mensajeros del Imperio Inca?
Los mensajeros del Imperio Inca atravesaron sin más herramienta que las fuerzas de su cuerpo, los caminos más extensos del continente. Justamente la expansión de las rutas destacó entre las principales fortalezas de esta civilización. Los Incas supieron utilizar caminos construidos por culturas anteriores y desarrollar muchos nuevos. Así crearon un sofisticado sistema de interconexión entre las regiones más distantes.
Eran dos los caminos principales que unían al Imperio. Uno de ellos atravesaba la sierra, desde el sur de Colombia, pasando por Cuzco y Chile, hasta llegar a Argentina. El segundo atravesaba la costa del Pacífico, llegando hasta el sur del continente y subiendo hasta el Cuzco por la región de Arequipa. Estos caminos se empleaban para el tránsito de personas, el transporte de los alimentos y los viajes del ejército. De igual forma, eran vitales en la labor de mantener comunicadas a las distintas zonas que habían sido conquistadas.
Los caminos, denominados en lengua Quechua como Qhapac Ñan, conectaban a los cuatro suyus o regiones imperiales. Las calzadas unían a la población de estas áreas. Se trataba de rutas de uso oficial, que eran las empleadas por los mensajeros del Imperio Inca para transmitir los mensajes importantes de una región a otra, e incluso en ocasiones, pequeños paquetes.
2. ¿Cuáles eran las particularidades de las rutas?
Con plena conciencia de la importancia de la figura de los Chasquis como mensajeros del Inca, los encargados de los caminos y calzadas de esta civilización tomaron todos los recaudos para facilitar su trabajo. Los obreros incas no sólo trabajaban de forma destacada la piedra, a través de una resistente técnica llamada pirca, que garantizó la estabilidad de los caminos por siglos. También incluyeron en la construcción, elementos que facilitaban el tránsito y garantizaban la seguridad.
En los caminos que parecían correr riesgos de sufrir avalanchas, se construyeron muros de contención para evitar que fuesen bloqueados y que alguien sufriese algún daño recorriéndolos. Los incas también se destacaron en los sistemas de drenajes. En las calzadas que atravesaban zonas desérticas, se construyeron canales al borde de los caminos. De esa manera los Chasquis y demás viajeros podían hidratarse cuando lo desearan. De igual forma, se sembraron multitud de árboles frutales que ofrecieran alimento y sombra a los viajeros.
3. El entrenamiento de los Chasquis, mensajeros del Imperio Inca
Los mensajeros del Imperio Inca fueron sumando importancia a sus labores durante el tiempo en que esta civilización tuvo el dominio de buena parte de América Latina. Estos agentes del correo imperial tomaron tanta relevancia estratégica para la preservación del poder y las comunicaciones, que su entrenamiento adquirió matices estrictos y profesionales. Los Chasquis eran fuertemente entrenados desde niños, para que pudieran realizar su oficio a la perfección. Debían conocer con detalle cada uno de los caminos y atajos, ser capaces de atravesarlos de día o de noche y además, ser diestros nadadores.
También había un componente espiritual en la labor de los Chasquis. Se convirtieron en los receptores del saber ancestral, que les era transmitido por los sabios ancianos, llamados Hamawta. Debían entregar estos conocimientos a los nuevos relevos, transmitiendo su saber de una forma hermética, preservándolo de la civilización occidental. Se sumaba a sus labores la función de espías del Imperio Inca, para descubrir las estrategias bélicas de otros pueblos precolombinos y superarlos en el campo de batalla.
4. ¿Cuáles eran sus instrumentos de trabajo?
Los mensajeros del Imperio Inca eran portadores de una serie de instrumentos que los definían como tal. En primera instancia, era característico el uso del Pututu, una trompeta de caracol que empleaban para anunciar su llegada y alertar a su relevo. También era común el uso de los quipus, una serie de cuerdas de colores anudadas, en las que se registraban los datos oficiales precisos que se querían comunicar. Las cuerdas eran de diferentes colores y se trenzaban con varias clases de nudos que indicaban cantidades.
Calzados con sandalias, armados con una porra y una huaraca, cargados con un atado a la espalda donde llevaban objetos y encomiendas, y vestidos con un penacho de plumas blancas sobre la cabeza y una vara, avanzaban los Chasquis, mensajeros del Imperio Inca, atravesando con el tesoro de la información, las montañas, sierras y llanuras del continente americano.