Conducir tu propio coche es una de las experiencias más satisfactorias que puedes tener. Es sinónimo de movilidad, agilidad y libertad de ir a donde quieras. Pero así como tu coche te permite ir a visitar a la abuela los domingos o lanzarte a una escapada de playa el fin de semana, también implica una serie de responsabilidades. Tener en nuestras manos un volante es un compromiso que debemos asumir y que tiene implicancia directa en nuestra propia vida y en la de todos los que nos rodeen. En este sentido, contar con un seguro para tu coche es una de las inversiones más inteligentes que harás. En la web encuentras herramientas aliadas como el cotizador de seguros, que te permite valorar las diferentes opciones y sus rangos de cobertura, permitiéndote tomar la decisión que mejor se adapte a ti.
Si buscas una alternativa que represente fiabilidad absoluta, el cotizador de seguros Banorte se cuenta entre las mejores opciones.Pero, si aún dudas sobre si te conviene o no contratar un seguro, acompáñanos a revisar las situaciones en las que agradecerás haber hecho esta inversión. ¡Empecemos!
3 situaciones en las que valorarás tu seguro de coche
1. Chocaste o chocaron tu vehículo
El vehículo que conduces no es solo tu medio de transporte y movilidad diario, sino también una inversión. Parte de tu capital está en ese bien al que le das tanta utilidad. Entonces, cuando ocurre un choque, sea por responsabilidad tuya o de otro conductor, ese capital se pone en riesgo. Por supuesto que lo más importante será verificar que todas las personas involucradas en el siniestro estén en buen estado de salud, pero posteriormente tendrás que hacer un levantamiento de daños. Carrocería, motor, luces… todas las cosas que un impacto de este estilo pueda dañar en tu coche.
Si no estás asegurado, todas las reparaciones tendrán que salir de tu bolsillo, y lo más probable es que te generen un gran agujero a fin de mes. Pero si cuentas con un seguro, éste se encargará de los procedimientos y repuestos necesarios para dejar el coche de nuevo en óptimas condiciones. Incluso, si el daño ha generado una pérdida total, condición en la que el valor de las reparaciones supera un alto porcentaje del valor comercial del vehículo, tu póliza de seguro te resarcirá el monto por el que hayas asegurado el coche, lo que implica un recupero a tu pérdida.
2. En un accidente, alguien salió lastimado
Sin duda que de las situaciones más aterradoras que podemos vivir al volante, está el hecho de sufrir un accidente y que nosotros mismos, alguno de nuestros acompañantes o de los tripulantes de otro auto, salgan lastimados. Los daños de salud son la consecuencia más delicada de un accidente de tránsito, y pueden derivar en escenarios verdaderamente graves. Si has estado involucrado en un choque en el que tienes la responsabilidad y en el que un tercero salió lastimado, deberás ocuparte de proveerle atención médica inmediata, así como también solventar los gastos que se generen de las reparaciones de los coches involucrados.
Si cuentas con una póliza de seguro, ésta suele incluir un apartado de responsabilidad civil ante terceros, que responderá en estos casos. Tendrás cubierta la atención en salud de las personas afectadas, así como la reparación de daños a que los vehículos deban someterse. Esta clase de seguros también cubren daños anexos, como por ejemplo en el caso de chocar contra el muro de una casa y derribarlo, o contra la vidriera de un local comercial y dañarlo. Los elementos afectados serán indemnizados a sus propietarios gracias a tu póliza de seguro.
3. Te accidentaste en medio de la autopista
El mantenimiento general que le hagas a tu vehículo es parte fundamental de su durabilidad, y te aportará seguridad al conducir. Sin embargo, no estamos exentos de sufrir percances en la ruta. Que se te doble un rin, que tengas una pérdida de aceite inesperada o que se te pinche un neumático y no tengas como repararlo, son situaciones que te pueden dejar literalmente varado en el medio de cualquier autopista o carretera. Si no cuentas con una póliza de seguros te tocará empezar a discar los teléfonos de tus familiares y amigos, y pedir que alguno de ellos vaya a tu rescate, preferiblemente en compañía de un mecánico.
Pero si tu coche está asegurado, la compañía de seguros te dará el respaldo que necesitas. Si el vehículo no puede seguir andando, te enviarán una grúa con la que puedas trasladarlo hasta el taller mecánico que corresponda. También algunas aseguradoras ofrecen un servicio de atención técnica en el sitio, con el que podrás reparar el daño y seguir tu camino.
En definitiva, cuando conducimos estamos expuestos a un montón de posibilidades, de situaciones y de riesgos, que podemos aminorar con una conducta responsable y previsiva, pero no podemos eliminar. Contando con una póliza de seguro estaremos mucho más confiados en que, al presentarse cualquier imprevisto, tendremos la respuesta sólida, eficaz y oportuna que nos ayude a solventarlo.