Cada vez son más los okupamientos y los casos de desahucios por arrendamiento que se producen en España. Ciertamente, ambas son situaciones bastante delicadas en las que un propietario puede pasarlo bastante mal. Por este motivo, en el artículo de hoy vamos a contarte cómo debes proceder ante una u otra circunstancia. ¡Acompáñanos!
¿Qué es un desahucio?
Un desahucio es un acto por el cual se desaloja al inquilino de un inmueble por una serie de causas que se contemplan en la ley o en el contrato de arrendamiento.
¿Cuándo es posible recurrir a un desahucio?
Conviene resaltar que para que se produzca un desahucio deben presentarse una serie de circunstancias:
- Que el arrendatario no pague la renta.
- Que haya concluido el plazo del arrendamiento.
- Que se incumplan las condiciones estipuladas en el contrato.
- Que se originen deterioros en el inmueble.
- Que el inmueble en cuestión se destine a usos no estipulados en el contrato establecido.
Clases de desahucios
Es preciso destacar que existen varios tipos de desahucios y que cada uno tiene sus particularidades. Para que vayas tomando nota te detallamos a continuación algunos de los más importantes:
- Desahucio por impago. Se produce cuando el arrendatario no cumple con los pagos de alquiler.
- El desahucio exprés. Se utiliza especialmente cuando se ha producido una ocupación ilegal. Es decir, cuando alguien se instala en un inmueble y permanece en él sin consentimiento.
- El desahucio por precario. Tiene su origen cuando alguien autoriza sin contrato a otra persona para que resida en su vivienda de forma puntual, pero llegado el momento, esta se niega a abandonarla cuando se le retira el permiso.
- El desahucio por finalización de contrato. Se habilita para que el arrendador recupere el inmueble arrendado por haber finalizado o terminado el plazo convenido por las partes.
En cuanto a los okupamientos
No cabe duda de que en los últimos años, España se ha convertido en el paraíso de los okupas. Así es, el fenómeno okupa ha cobrado especial relevancia convirtiéndose en una auténtica lacra.
Además, dado el vacío legal que ampara el movimiento okupa y que permite a las mafias actuar, resulta extremadamente difícil erradicar la propagación de este cada vez más arraigado y extendido problema.
Por otra parte, no hay que perder de vista que en la mayor parte de las veces las okupaciones no se producen por personas en precaria situación económica o por jóvenes delincuentes que buscan donde pasar la noche, tampoco se trata de inquilinos empobrecidos. El problema tiene raíces mucho más profundas.
No es de extrañar que las personas afectadas por la ocupación ilegal de su propiedad sientan el deseo irrefrenable de entrar e instar a los ocupantes al inmediato desalojo, ya que ven como el fruto de muchos años de esfuerzo está a merced de inquilinos no deseados.
No obstante, deben saber contenerse porque de lo contrario estarían incurriendo en un delito de allanamiento de morada, quedando completamente expuestos a las penas que lleve aparejadas. Asimismo, el cambio de la cerradura de la vivienda también podría ser constitutivo de un delito de coacciones, al igual que negarse a seguir pagando el recibo de la luz o del agua.
De esta manera, observamos que tanto para ejecutar un desahucio como para desokupar una vivienda no queda más remedio que solicitar la presencia de las autoridades judiciales, ya que deben ser ellas las que expulsen al ocupante no legítimo de cualquier vivienda. Ambos problemas precisan de una atención inmediata desde el marco legal.
Es por ello, que desde aquí te recomendamos que solicites el asesoramiento de un experto equipo de profesionales como los que encontrarás en JR Abogados, una plataforma segura y confiable dirigida por el prestigioso letrado Don José Ramón Felipe Condés, e integrada por auténticos especialistas en desahucios por impago de alquiler y desalojo de okupas que cuentan con una amplia trayectoria en el sector.