El dinero ha sido tradicionalmente fuente de los deseos y las necesidades de las personas. Cuando lo producimos en cantidad suficiente y por nuestros propios medios, podemos cubrir de forma cómoda nuestro estilo de vida. Pero cuando no es así, podemos vernos en la necesidad de recurrir a herramientas financieras que nos ayuden a salir de un apuro en un momento dado. Y, en este sentido, en la modernidad son muchas las opciones disponibles. Desde empeñar el auto sin dejarlo hasta solicitar un crédito bancario.
En la historia de las finanzas a escala global, las casas de empeño han jugado un papel muy interesante. Desde hace más de tres mil años que vienen dando vueltas por el mundo, dando soluciones prácticas, eficaces y muy rápidas ante una urgencia puntual de dinero.
En la actualidad, desde un celular bien empeñado, hasta una prenda de joyería e incluso pasando por bienes como el auto, son sujetos a ser empeñados, si requerimos de un ingreso de dinero en efectivo de forma inmediata. A continuación te contamos un poco más sobre este formato financiero al que tantas personas han recurrido a lo largo de los siglos.
Las primeras casas de empeños de la historia
Las casas de empeño son una forma de financiamiento que ha existido durante siglos. Desde la antigua Roma hasta la actualidad, este formato financiero ha sido una forma popular de obtener dinero en efectivo rápido, especialmente para aquellos que no pueden obtener préstamos bancarios tradicionales. En este artículo, exploraremos la historia de las casas de empeño, su evolución a lo largo del tiempo y su estado actual.
La historia de las casas de empeño se remonta a la antigua China, donde se establecieron las primeras casas de empeño conocidas. En la dinastía Zhou (1046-256 a.C.), los agricultores podían obtener préstamos en las casas de empeño utilizando sus herramientas y equipos agrícolas como garantía. Si no podían pagar el préstamo, las herramientas y los equipos se vendían para recuperar el dinero prestado.
En la antigua Roma, se establecieron las primeras casas de empeño públicas conocidas como «montes pietatis» en el siglo XV. Estas casas de empeño eran organizaciones sin fines de lucro que proporcionaban préstamos a los pobres a tasas de interés bajas y eran supervisadas por la iglesia. La idea era proporcionar una alternativa a los prestamistas privados que cobraban tasas de interés exorbitantes. Pero desde esa época y hasta nuestros días, el negocio de las casas de empeño ha atravesado diferentes etapas en su evolución. Profundicemos más al respecto.
La evolución de las casas de empeño
A medida que el mundo moderno evolucionaba, las casas de empeño se expandieron y se volvieron más comercializadas. En el siglo XIX, el formato fue sumando mucha popularidad en Europa y América del Norte. Con la llegada de la Revolución Industrial, muchas personas migraron a las ciudades y necesitaban dinero en efectivo para establecerse en sus nuevos hogares. Las casas de empeño se convirtieron entonces en una fuente popular de financiamiento, permitiendo a las personas obtener préstamos, utilizando objetos de valor como garantía. Como verás, se trata de un formato bastante similar al vigente.
Con la introducción de las leyes de préstamos y usura en muchos países, las casas de empeño tuvieron que adaptarse a las nuevas regulaciones. A menudo se les exigía mantener registros detallados de las transacciones y cumplir con las regulaciones de tasas de interés.
Fue en el siglo XX cuando las casas de empeño se convirtieron en una fuente de financiamiento más establecida y ampliamente aceptada. A medida que las economías de todo el mundo crecían y se desarrollaban, esta clase de negocios se convirtió en una forma más común de financiamiento para los pequeños empresarios.
En la década de 1950, muchas empresas de empeño comenzaron a utilizar técnicas publicitarias agresivas para atraer a los clientes, lo que las convirtió en una forma popular de financiamiento para las personas que necesitaban dinero en efectivo. En la actualidad, siguen siendo una salida eficaz para aquellos que no acceden a los exigentes requisitos de los préstamos bancarios.
Algunos elementos que han determinado su éxito
El hecho de que las casas de empeño sean un modelo de negocios que se ha sostenido por milenios enteros, llama poderosamente nuestra atención. Si bien en esencia sigue funcionando del mismo modo, el rubro ha incorporado algunos cambios que le han permitido evolucionar. Por ejemplo, fueron ampliando sus servicios a medida que la tecnología avanzaba.
Así fue como comenzaron a utilizar sistemas informáticos para valorar los objetos empeñados de manera más precisa y justa, y a ofrecer servicios en línea para hacer más fácil el proceso de empeño. También alcanzaron una mayor profesionalización, con la creación de asociaciones y organizaciones que reunían a los diferentes establecimientos y les permitían compartir conocimientos y experiencias.
En definitiva, se trata de un rubro que sigue vigente, y que representa la solución a muchas necesidades inmediatas.