La infancia es ese baúl mágico que tantos buenos recuerdos nos deja. Y no solo eso, es ese vínculo con el pasado que nos ayuda a crecer con seguridad y felicidad, es esa pátina de luz donde se entremezclan las primeras experiencias con el desarrollo de nuestra personalidad, de nuestras emociones. Hablemos hoy en Supercurioso de todos esos momentos inolvidables que todos guardamos, situaciones más o menos comunes con las que, seguramente, puedes identificarte. Esperamos también que hayas tenido una buena infancia, y que guardes grandes recuerdos en tu mente y tu corazón que te animamos nos dejes a modo de comentario al final del artículo. ¡Empecemos!
1. Esa travesura inolvidable
Todos hicimos «algo» en el pasado. Esa travesura tremenda que ha quedado como un pacto de silencio entre tus amigos y tú. Puede que no tuviera consecuencias y que nadie se enterara de que entrasteis a hurtadillas en aquella casa, que cogisteis sin permiso aquel coche cuando aún no teníais edad de conducir…. O puede que recibierais el mayor castigo de la historia conocida y que todavía te recuerden en casa lo díscolo que eras. Sea como sea, todos guardamos en la mente esa inolvidable travesura que, aún ahora, nos hace sonreír. ¿Cuál fue la tuya?
2. Ese amor imposible
El amor no tiene edad. Puede que con 4 años te enamoraras perdidamente de aquella niña de ojos enormes, o de ese niño con aire a lo James Dean. O es posible que con 11 años, suspiraras por ese amor imposible hacia tu maestro o tu maestra. Los amores infantiles son como ese perfume inolvidable que nos encanta destapar de vez en cuando para recordarlo.
3. Aquella pelea en el colegio
¿Qué sería de nuestra infancia sin ese «encontronazo» con el más valentón del colegio? ¿Con ese ser despreciable aficionado a humillar y a asustar a los demás? ¿Te ocurrió a ti?
4. Esas tardes con sabor a chocolate
Hay tardes y tardes. No obstante, las tardes de nuestra infancia tienen un sabor íntimo y especial, ese que evocamos de vez en cuando para recordar aquellos días en que el tiempo, parecía estancado en una felicidad absoluta. Cuando todo era posible. Y, en ocasiones, esos recuerdos están asociados a un sabor. Es posible que cuando volvías del colegio tu madre te preparaba ese bocadillo de siempre, o que tu abuela te tuviera reservado para los domingos ese pastel de chocolate cuyo sabor, ya no has podido olvidar. ¿Cuál es el tuyo? ¿Qué comida, qué dulce o qué golosina es la que recuerda tu mente?
5. Esas primeras lecturas
Ojalá los libros que leemos ahora tuvieran el mismo impacto que los primeros libros que embrujaron nuestra mente siendo sólo unos niños. Esa novela de terror que tantas y tantas puertas te abrió, ese libro de ciencia-ficción que tanto te hizo soñar… ¿Cuáles fueron tus primeras lecturas en aquellos años?
6. Nuestros miedos
Los miedos de nuestra infancia son pilares ocultos que, aún hoy, pueden seguir asustándonos. Puede que tu hermana tuviera una horrorosa muñeca de porcelana que te sonreía por las noches, provocándote terribles pesadillas. O es posible que aún recuerdes el rostro desagradable de ese vecino que solía llamarte la atención casi por cualquier cosa… También es posible que recuerdes aquellos miedos cuando te daban las notas y tenías que volver a casa con ellas, o aquel río o piscina en el que casi te ahogas cuando estabas aprendiendo a nadar…. ¿Cuáles eran tus miedos?
7. La banda sonora de tu infancia
Todos tenemos una, puede que sea una canción de ese grupo que ya no se escucha, o puede que sea todo un clásico de los 80 o los 90. O más aún, puede que la tuya, sea la banda sonora de esa película que tanto te marcó. La vida en ocasiones discurre envuelta de melodías que acompañan cada uno de nuestros pasos, de nuestros buenos y malos momentos…
8. Esa serie de televisión
¿Cuál es la tuya? ¿Cuál fue la serie que no te perdías ninguna tarde o ninguna noche? ¿Bola de Dragón, quizá? ¿Doctor Who? Háblanos de ellas. Háblanos de esos recuerdos inolvidables que han hilado el mágico manto de tu infancia.