En Supercurioso te hemos hablado de la verdadera historia de Lawrence de Arabia. En esta ocasión vamos a presentarte al latinoamericano que rivalizó con este célebre personaje.
Nogales bey
Al cumplirse el centenario del genocidio de Armenia, en abril de 2015, a pesar del empeño del gobierno turco en no llamarlo así, la figura olvidada de un aventurero venezolano vuelve a mencionarse en algunos medios: Rafael de Nogales Méndez (1877-1937). Especialmente porque este personaje fue uno de los comandantes del ejército turco a cargo del asedio a la ciudad armenia de Van, en la que murieron 55.000 civiles y del que dejó testimonio en sus memorias y en su libro Cuatro años bajo la media luna (1936).
Por su desempeño en este asedio y su valor frente a las tropas rusas fue nombrado “bey”, un rango alto en el imperio otomano, y enviado como gobernador militar a Palestina, donde le tocaría enfrentarse con los británicos, y con los árabes de Lawrence.
Entre Francisco de Miranda y «El Chacal»
Rafael Inchauspe Méndez nació en San Cristóbal, en el mismo estado que otro aventurero venezolano de siniestra historia, Carlos Ilich Ramírez (el Chacal), Táchira, en la frontera con Colombia, aunque desde muy joven sus padres lo enviaron a estudiar en una academia militar en Bélgica.
Se unió al ejército español para luchar contra los Estados Unidos en Cuba, distinguiéndose en la defensa de Santiago. Posteriormente, realizó actividades militares en Marruecos y en la revolución mexicana, y en los años previos a la Gran Guerra luchó contra los dictadores venezolanos Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.
De guerrillero a gobernador de Egipto
Al comenzar la Primera Guerra Mundial se trasladó a Europa para luchar al lado de los aliados, pero fue rechazado por los belgas y los franceses, y acabó siendo aceptado por los alemanes, que lo colocaron como oficial de alto rango en el ejército turco.
Su actitud crítica sobre el modo en que los turcos trataron a los armenios hizo peligrar su vida, aunque también tenía simpatías en el ejército por su valor y su capacidad como militar, llegando a recibir las más altas condecoraciones del imperio turco y del gobierno alemán (el káiser Guillermo lo condecoró con la Cruz de Hierro).
En el imperio otomano alcanzó el rango de general de brigada y fue nombrado gobernador militar del Sinaí (actualmente parte de Egipto). Tenía en muy mal concepto a los árabes y a su principal defensor en Occidente, T.E. Lawrence, y consideraba que el papel jugado por éstos en la guerra había sido exagerado por los ingleses.
Una vida novelesca
La trayectoria de Nogales Méndez escapa a estas breves líneas y agota más de una vida: espía en la guerra ruso-japonesa, combatiente en la revolución mexicana, y también junto a Sandino, rechazando la invasión norteamericana en Nicaragua, vaquero y minero en Estados Unidos, cazador en África, escritor…
Hizo que el periodista y narrador argentino Roberto Arlt se preguntase:
“¿Por qué se recuerda a Lawrence y se olvida a Nogales? Los dos han sido temerariamente aventureros, los dos ‘han trabajado con las manos tintas en sangre’ durante varios años en el desierto; los dos fueron escritores. Es decir, han dejado memorias. Memorias donde los hombres aparecen bocetados, no en el léxico oficial de los aduladores de la historia, sino en un idioma vigoroso y punitivo”.
El artículo completo sobre este venezolano tan curioso e interesante lo puedes leer pinchando aquí.
Murió olvidado en Panamá, en 1937. Su cadáver fue repatriado y pasó varios días abandonado en la aduana del puerto de La Guaira, siendo enterrado finalmente en Caracas. Su vida y obra, como la pregunta de Arlt, siguen esperando una respuesta justa y a la medida del extraordinario hombre que fue Rafael de Nogales Méndez.