El asilo Pennhurst fue uno de los lugares más siniestros mientras estaba en funcionamiento y hoy en día continúa generando terror a quienes se atrevan a visitarlo, las almas en pena se hacen presentes en cada rincón de este espeluznante lugar, ¿te atreves a visitarlo?
Un asilo que terminó siendo psiquiátrico
El Asilo de Pennhurst es un impresionante complejo hospitalario creado con la finalidad de rehabilitar y dar hogar a personas con discapacidades y/o enfermedades mentales. El mismo está ubicado en un área conocida como Crab Hill, en la ciudad de Spring City, Pennsylvania, Estados Unidos y abrió sus puertas al público en el año 1908.
A pesar de que la finalidad de esta institución era de la rehabilitar, pronto se convirtió más que en un hospital en una especie de cárcel psiquiátrico donde era internado todo aquel que era considerado “fuera de lo normal”.
En aquella época estaba muy extendida la idea de que las personas tenían la posibilidad de curarse a sí mismas con el poder de su mente, es por ello que este hospital buscaba que sus internos tuvieran a su disposición todas las comodidades posibles: gimnasio, biblioteca, área hospitalaria, entre otras, rápidamente el asilo Pennhurst se convirtió en un lugar de referencia nacional y la cantidad de internos aumentó de tal manera que en vez de ofrecer instalaciones confortables, las personas comenzaron a vivir hacinadas. Aunado al hacinamiento, los salarios de las pocas enfermeras, médicos y demás personal de mantenimiento era ínfimo, la situación de este espectacular complejo comenzó a decaer vertiginosamente.
En un principio el asilo Pennhurst se llamó “Institución Estatal del Este para los Débiles Mentales y Epilépticos” y recluía a personas con malformaciones, discapacidades, epilepsia, problemas motores, niños superdotados y todo aquel considerado por la sociedad de la época como “anormal”. Los pacientes de todas las edades eran tratados y llamados por el personal médico como “niños” y dormían en camas que parecían cunas, cuando el deterioro comenzó, todo aquel que no podía valerse por sí mismo podía pasar días en sus cunas sin ser atendidos ni alimentados.
Los maltratos comenzaron a estar a la orden del día, a muchos pacientes se les colocaba electroshock como un método de curación, si algún interno mordía a otro se le quitaban todos los dientes, no se alimentaban a los pacientes, se les golpeaba y encerraba, inclusive a los niños y adolescentes. La forma de clasificar a los pacientes resultaba ofensiva y denigrante, aunque cabe destacar que para aquella época eran términos utilizados frecuentemente: Retrasados (entre los 70 y 50 años), imbéciles (entre los 49 y 20 años) e idiotas (20 años o menos), posteriormente cambiaron estos nombres a “retraso mental leve, moderado o severo y profundo”
Los fantasmas de Pennhurst
No es de extrañar que esta institución, la cual se encuentra abandonada, se conozca por la presencia de numerosas almas en pena deambulando por los diferentes recintos del lugar. Hay una habitación en especial que resulta sumamente aterrador, se trata del cuarto de los castigos, en donde los internos eran encerrados con camisas de fuerzas durante varios días sin recibir alimento ni ver la luz del sol, quienes lo visitan aseguran sentirse profundamente mal, las personas tienden a marearse, les falta el aire, el frío se hace presente y finalmente deben retirarse.
A muchos curiosos les ha pasado que cuando están presentes en este asilo todos los celulares y cámaras fotográficas o de video dejan de funcionar. El área donde estaban alojados los niños pequeños o guardería suele ser un recinto cargado de mucha actividad paranormal, algunos aseguran haber escuchado y observado a un pequeño niño llorando y si le llevan un juguete probablemente sientan su presencia con más fuerza.
Actualmente el asilo Pennhurst se encuentra abandonado; sin embargo, algunos valientes se atreven a ir a este siniestro lugar a experimentar por sí mismos la presencia de seres espirituales, ¿te gustaría visitarlo?