¿Te imaginas subirte a un avión y que alguien afirme que algo no va bien? Que algo no funciona, que el avión no debe despegar. ¿Tú le creerías? Esto fue lo que pasó en abril de este mismo año, en el que una pasajera evitó que un avión despegara. ¿Te animas a conocer toda la historia?
La intuición de Mussie Weinfeld
Mussie Weinfeld es una joven de 22 años que regresaba a Nueva York, tras pasar sus vacaciones de Pascua en Israel, en un avión Boeing 767 de una aerolínea Rusa.
Mussie se sentó en su asiento, al lado de una ventana cuando percibió que algo no iba bien. Podemos denominarlo intuición o, simplemente, una percepción muy aguda. Pero Mussie sabía que el avión tenía un problema.
Burlas y risas
Las sospechas de Mussie no fueron recibidas de la mejor manera. Su oído captó ruidos extraños y así se lo transmitió a los pasajeros que iban a su lado. Pero estos se burlaron.
Sin dejar de insistir, Mussie se puso en pie manifestando su preocupación. Cuando intentaron obligarla a que se sentase Mussie se puso a gritar. Ante sus gritos y su inaplacable preocupación los empleados de la aerolínea decidieron investigar si había «algo raro».
Una sospecha certera
Los empleados tardaron cerca de dos horas en regresar y cuando lo hicieron mandaron desalojar el avión. Aquellos que se habían reído de Mussie tuvieron que reconocer su aguda percepción, pues el avión necesitaba reparaciones importantes.
El problema era tan grave que los pasajeros fueron enviados a casa en otro avión al día siguiente. ¿Qué hubiese pasado si Mussie no hubiese sido consciente de este problema?
Esta historia no hace más que recordarnos que a veces no debemos tomarnos lo que nos dice la gente en broma. Los pasajeros debieron de pensar que Mussie tenía miedo o pánico. Cuando en realidad Mussie les pudo salvar la vida, pues el avión no estaba en sus condiciones más aptas para volar. ¿Qué te ha parecido esta historia?