A veces parece que el amor de la mujer crece gradualmente, durante meses, incluso cuando a menudo comenzó como indiferencia. Una mujer puede llegar a enamorarse completamente de un hombre por el que en un principio, no lo habría considerado jamás. En cambio, en la mayoría de los casos, los hombres no se enamoran gradualmente, y no suelen salir con mujeres por las que no estaban inicialmente interesados. Lo cierto es que existe un patrón para estas situaciones.
Los hombres se enamoran de…
El amor romántico masculino normalmente es algo que o bien comienza temprano y continua, o de lo contrario no se inicia en absoluto. La información que un hombre necesita para activar el amor romántico es la información que se puede percibir en unas pocas interacciones con una mujer. Una gran parte de su atracción por una mujer es física, y su belleza física aproximada se puede demostrar fácilmente.
Otra gran parte de su atracción por una mujer tiene sus raíces en su personalidad y energía. Esto toma más tiempo que la atracción física, pero todavía es posible adivinarlo dentro de un número bastante limitado de encuentros. Otros datos, como las creencias de una mujer religiosas o políticas, su clase social, su familia, etc, se ven a través de la conversación. Por lo tanto, en general, un hombre puede evaluar a una mujer con bastante rapidez.
Las mujeres se enamoran de…
Ahora, para las mujeres, la situación es diferente. Muchos de los factores desencadenantes de una mujer para el amor romántico son menos inmediatos: Su fuerza personal y la estabilidad emocional, que sólo pueden ser demostradas viendo a la persona reaccionar ante situaciones difíciles, y es improbable que surjan a diario. O su compromiso, que sólo se demuestra en proporción a la duración de la relación.
En otras palabras, mientras que un hombre juzga a una mujer sobre todo en relación a sí mismo, por lo que lo hace muy rápidamente, una mujer evalúa al hombre de la forma en la que se relaciona con el mundo exterior, y esto lleva más tiempo. Además, y quizás lo más importante, una mujer necesita sentir fiabilidad hacía su hombre para evaluarlo, y esto requiere tiempo.
Está todo en los genes
Desde el punto de vista de la biología evolutiva, esto tiene sentido: el hombre que propaga sus genes con éxito no necesita meses para juzgar el potencial reproductivo de su pareja, o su capacidad para alimentar y educar a los hijos; él puede ver estas cosas en las señales físicas: su energía, su estado de ánimo, y su instinto para cuidar de él. Pero la mujer que propaga sus genes juzga con exactitud si el hombre que quiere como compañero es además de fuerte, estable, y capaz de proteger y proveer para sus hijos hasta que estos crezcan.
Curioso, ¿verdad? Si te ha gustado este artículo, puede que te interese sabes si los polos opuestos realmente se atraen.