El mundo se podría dividir entre los que tienen un perro en casa y los que no. Si eres de los primeros seguro que consideras al perro como un miembro más de la familia y te esfuerzas por darle lo mejor y demostrarle todo tu cariño, pero ¿sabías que los perros odian algunos de nuestros gestos? A continuación vamos a ver algunas cosas que les hacemos a los perros y que detestan.
Las caricias
Una caricia en la cabeza puede parecer un gesto afectivo, pero en el lenguaje canino es una muestra de dominación sobre el animal, así que mejor acariciarle el vientre o el lomo para que se quede contento.
Los abrazos tienen un efecto similar. Aunque para nosotros es una muestra de cariño, los perros pueden entenderlo como una demostración de fuerza contra ellos, así que mejor evitamos abrazarlos.
Bañarse
De hecho, es una de las cosas que más odian la mayoría de animales de compañía. Los perros no suelen estar demasiado predispuestos al baño, pero de vez en cuando es necesaria una buena ducha. Aunque depende del tipo de perro y el ambiente donde vive, un baño cada dos semanas puede ser suficiente para mantenerlo limpio. El sebo que produce su piel ayuda a protegerlo, así que le evitaremos el mal trago de bañarlo demasiado a menudo.
A los pesados
¿Eres de los que cuando llegan a casa le cuentan cómo les ha ido el día al perro? Entonces intenta acompañarlo con gestos. Aunque sean capaces de entender o reconocer muchas palabras, los perros odian el lenguaje oral, prefieren la gesticulación. Háblale con moderación, sino puede que se acabe cansando. Y no solo odian a los pesados, también odian a la gente antipática, así que procura ser todo lo simpático que puedas con tu perro y con el resto de canes que conozcas.
La correa
Seguro que cuando te ve preparar la correa empieza a dar saltos de alegría ante las perspectiva de salir a dar un paseo, pero la mayoría de perros son reacios a su uso. Una correa muy corta limita mucho sus movimientos y puede que se ajuste demasiado al cuello, así que deberíamos intentar dejar la correa todo lo suelta que podamos para que el animal se sienta libre y se mueva a su antojo.
El abrigo para el invierno
Sabemos que lo haces con toda la buena intención del mundo para proteger a tu mascota del frío, pero quizá sea excesivo.
Igual que pasaba con la correa, el abrigo puede limitar la capacidad de movimiento del perro, haciendo que se siente incómodo en los paseos.
Distraerles en la comida
Dicen que un perro se parece a su dueño, y el mejor ejemplo lo encontramos a la hora de comer. ¿Te molesta que suene el teléfono o te llamen a la puerta mientras comes? Pues a tu perro tampoco le gusta que le molesten mientras come. Tampoco les gusta sentirse observados, prefieren disfrutar de la comida tranquilamente, tomándose el tiempo necesario sin que los atosiguemos.
¿Conoces más acciones o detalles que molesten a nuestros amigos de cuatro patas? ¡Cuéntanoslas!