¿Sorprendido? ¿Pueden aliarse entre sí animales de especies diferentes por un objetivo común? La naturaleza y el mundo animal nunca deja de asombrarnos, pero lo ocurrido en este zoológico alemán es tan curioso como enternecedor. Estamos seguros de que te encantará conocer qué ocurrió una noche de agosto de 2012 en este zoo alemán, que ya ha quedado en el anecdotario de lo incomprensible.
Érase una vez un canguro, un zorro y un jabalí
Todo ocurrió en un lugar de nombre impronunciable para la mayoría. El parque de «Hochwildschutzpark Hunsrueck», en Frankfurt. Es allí donde se sitúa un pequeño zoo que alberga animales de varias especies. Lo singular de estas instalaciones es que se hallan en el centro de un bello y espesísimo bosque, de ahí que los visitantes puedan aprovechar para dar un agradable paseo en familia entre los árboles y la espesura de la hojarasca, para después dar un vistazo a este zoo.
Lo que ocurrió es conocido por la mayoría de habitantes de los alrededores. Era verano, y los inquilinos del zoo estaban más activos de lo normal. Hay que tener en cuenta también un aspecto importante: que si uno visita el parque de Hochwildschutzpark Hunsrueck, puede encontrarse animales en el zoo y fuera de él, como por ejemplo los que habitan normalmente los bosques, como zorros o jabalíes. Vamos dando pues pequeñas pistas…
Lo que ocurrió aquella noche de mediados de mayo solo pudo ser comprendido tras unas concienzudas pesquisas por parte del director del parque, Michael Hoffman. Fue por la mañana cuando los cuidadores percibieron la falta de un canguro en el recinto habilitado para estos animales. Lo más curioso es que cerca del vallado, había un agujero. Un túnel lo bastante amplio para que el canguro pudiera salir por él. Pero ¿Desde cuando los canguros excavan túneles? No es una práctica muy habitual en esta especie. ¿Entonces, qué había ocurrido?
Para que esta huida pudiera ejecutarse, se necesitó de la ayuda de dos criaturas más. ¿Quienes eran pues los cómplices? Uno de los guardas afirmó haber visto aquella noche a un pequeño zorro entrando al zoológico desde el parque. Son hábiles excavadores, y no le costó demasiado cavar un pequeño túnel desde el exterior hasta el interior del zoo, realizándolo casualmente en el recinto de los canguros. Pero, obviamente este agujero no era lo bastante grande para que un canguro de semejantes dimensiones pudiera salir. ¿Entonces, qué ocurrió? Tras indagar un poco más en aquel habilidoso túnel descubrieron que había restos de un tipo de pelo. Pelo de jabalí.
Una vez el zorro hubo entrado y salido del zoológico, dejó la vía libre para que otros animales se interesaran también por esa súbita puerta abierta. El siguiente en entrar fue un jabalí de grandes dimensiones. No le costó demasiado ampliar el agujero, y dejarlo así con la amplitud suficiente no solo para él mismo, sino para cualquier otro animal que deseara darse una excursión… como los canguros.
De hecho, aquella noche salieron tres canguros del zoo. Pero sólo pudieron rescatar a dos. El tercero, gozó de unos días más de libertad… quien sabe si celebrando el éxito junto a sus amigos el jabalí y el zorro.