Es el paradigma de las mascotas, compañero del ser humano desde hace por lo menos 20.000 años, que en un principio se desempeñó como un animal práctico –cazador, protector, pastor– y que hoy en día está con nosotros como amigo y como compañía incondicional.
Sabemos que nos reconocen, sabemos que entienden nuestros sentimientos, a veces mejor que nosotros, que nos aman, y ahora, gracias a la curiosidad científica y a la tecnología comenzamos a entender cómo sucede todo ello dentro de su cabeza, lo que pasa en el cerebro de tu perro cuando te ve.
¿Qué pasa en el cerebro de tu perro cuando te ve?
Varios estudios realizados en torno a los perros en lugares tan disímiles como Ciudad de México, Atlanta y Budapest han tenido un par de cosas fundamentales en común: el uso en estas mascotas de equipos de resonancia magnética y resultados muy parecidos sobre lo que pasa en el cerebro de los perros cuando están en contacto con los humanos.
Para el estudio realizado en la Universidad Autónoma de México se utilizó media docena de perros –cinco border collies y un Golden retriever– previamente adiestrados para mantenerse tranquilos mientras se les mostraban imágenes al tiempo que sus cerebros eran escaneados. Las imágenes mostraron que había mayor actividad en su corteza visual cuando veían rostros humanos que cuando se les presentaban otros objetos.
A esto habría que agregar que este ensayo coincidió con los estudios realizados en la Universidad de Emory (Atlanta, Estados Unidos), en los que se determinó que en presencia de caras humanas se activaban zonas del cerebro canino similares al cerebro humano, como el núcleo caudado, donde se manejan los procesos de estímulo y recompensa. Como ves, algo sucede en el cerebro de tu perro cuando te ve.
Para los perros, las caras humanas eran gratificantes por sí mismas, y explica fisiológicamente algo que ya se sabe por estudios realizados en años anteriores: que los perros reconocen distintas caras y que además pueden determinar los estados emocionales que expresan estos rostros. Esta habilidad también explica por qué los perros son uno de los pocos mamíferos, además de otros primates, que miran a los humanos directamente a los ojos.
Como curiosidad, en un experimento similar hecho con seres humanos, éstos reaccionaron neurológicamente igual que los perros cuando se les mostraban imágenes de bebés, o de perros. Puede ser consecuencia de la larga historia compartida con esos extraordinarios amigos de nuestra especie lo que hace que también nuestro cerebro reaccione a ellos, ¿qué opinas?
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