La caca es tan natural como el orín, si bien no es usual que hablemos sobre ella. De hecho, socialmente se evita su mención para conservar “las buenas maneras”, aunque todos defequemos y lo sepamos. Sin embargo estos datos sobre las heces son muy interesantes y valdría la pena conocerlos.
7 curiosos datos sobre las heces
1. El fenómeno Mariko Aoki
Mariko Aoki es una chica japonesa que en 1985 escribió un ensayo para la revista Han Zasshi, en donde explicaba su incontrolable impulso de ir al baño cada vez que iba a una biblioteca y observaba atentamente los estantes llenos de libros. Increíblemente su ensayo tuvo una gran repercusión y muchos lectores afirmaron que en algún momento esto les sucedió también. Apartando el hecho de lo debatible de este fenómeno fuera de las fronteras japonesas, lo cierto es que hay quienes aseguran que quizá el olor de la tinta, o del papel o del pegamento podría tener un cierto efecto laxante. Pero otras personas establecen una conexión entre leer y defecar (pues muchos lo hacen sentados en el wc) que podría desencadenar inconscientemente una respuesta fisiológica.
2. La basura de la Luna
Es terrible, en cualquier lugar del universo donde el humano ponga el pie habrá basura. El espacio cercano a la Tierra está lleno de basura (sondas, vehículos orbitales, de exploración, etc.), y sobre la superficie lunar los astronautas del Apolo 11 dejaron algunas cosas, como banderas y otros objetos. Si volvemos algún día a la Luna encontraremos allá 96 bolsas de residuos humanos –orina, heces y vómito– que habría sido muy costoso traer de vuelta a la Tierra, teniendo en cuenta que traían muchos kilos en muestras de rocas lunares. El peso habría sido excesivo.
3. El peligro de los atletas
Los atletas profesionales muchas veces deben seguir “trabajando” a pesar de todo, como Michael Jordan, quien en 1997, en un juego entre su equipo, Chicago Bulls, y el Jazz de Utah, tuvo que salir a jugar pese a que sufrió terribles ataques de vómito y diarrea, y aunque le advirtieron que no podría terminar el partido, salió a la cancha y le aseguró a su equipo la victoria. Otro caso, esta vez en la Maratón de Londres en 2005, a la atleta Paula Radcliffe le sucedió algo que no envidiaríamos. Sencillamente se puso en cuclillas y “se alivió” en frente de la multitud, y no sólo eso sino que llegó cinco minutos antes que el corredor más próximo. Cuando el locutor de la BBC refirió la noticia, lo hizo con el típico tacto británico al decir que Paula “alivió un calambre”.
4. Dubái
Te hablamos en otro artículo sobre esta asombrosa ciudad, la primera de los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de ser una pujante y moderna ciudad, llena de rascacielos altísimos y lujosos hoteles, no cuenta con un buen sistema de alcantarillado. Tenían una sola planta de procesamiento de aguas residuales y se contaban por cientos los camiones que las transportaban de los hoteles hacia la planta. Se pasaban dos o más días para entregar una carga, y muchos conductores, hastiados, vertían estas aguas ilegalmente al borde de las carreteras, a pesar del riesgo a ser multados. Desde 2009 se instaló una segunda planta y la situación ha mejorado un poquito.
5. El estrés de las ballenas
Éste es uno de los datos sobre las heces más interesantes. Luego del ataque del 11 de septiembre en Nueva York, los científicos que hacían estudios con las heces de las ballenas de la Bahía de Fundy en Canadá, se encontraron con unos resultados asombrosos y verdaderamente dramáticos. Después del ataque en 2001, ambos gobiernos suspendieron el tráfico comercial de barcos y aviones, y durante un tiempo esta bahía fue un sitio tranquilo. Las ballenas son animales hermosos y muy sensibles e inteligentes, y aquella tranquilidad las cautivó. Sin barcos agitando el agua, estos gigantes del mar respiraron y defecaron tranquilos, cosa que notaron los investigadores que recogían las heces y las examinaban. Observaron que los niveles de glucocorticoides (metabolitos de la hormona del estrés) habían caído notablemente. El estudio llegó a la conclusión de que el tráfico marítimo atormenta a las ballenas y que el estrés crónico en ellas y otras especies puede enfermarlas seriamente.
6. Combustión espontánea
Sabemos que mucho estiércol puede ser desagradable y hasta un riesgo sanitario, pero nunca se consideraría un peligro en todo el sentido de la palabra. Sin embargo, los agricultores saben que un compost sí puede convertirse en francamente peligroso. La cuestión está en el aumento de la temperatura al descomponerse el estiércol, y si no se está pendiente puede ocurrir una combustión espontánea. Los incendios por esta causa son más comunes de lo que se cree, y además no se pueden apagar con métodos convencionales, rociándoles agua, pues entonces habría miles de galones de escorrentía contaminada. Hay que esperar a que se consuma el gas metano.
7. Des Moines
Así se llama la capital del estado de Iowa, en EEUU. A primera vista podría parecer que el nombre proviene del francés, y es la etimología más aceptada: “de los monjes”, quizá en referencia a los monjes trapenses que llegaron allí. Sin embargo, una nueva teoría se ha ido abriendo paso y se refiere a estudios lingüísticos de la lengua algonquina; comprobaron que la palabra Moines no alude a los monjes sino que sería una derivación francesa de Moingoana, una tribu que habitaba la zona. Este nombre aparece en textos de dos exploradores franceses, Marquette y Joliet, que pasaron por allí en 1673. Se cree que el nombre fue provisto por los Peoria, rivales de los Moingoana, y por supuesto que no era el nombre real. En lengua de los Peoria, Moingoana significaría algo así como “caras de mierda”. Ya ves, los datos sobre las heces no son sólo escatológicos. Se puede saber mucho más a través de ellas. Te recomendamos ¿La caca de gato puede curar el cáncer?