La cueva más profunda del mundo tiene varios nombres: la cueva de Voronia, cueva de Krúbera-Voronya o cueva de Kruber. Seguramente Julio Verne la hubiera bautizado con un nombre más original, y la hubiera usado sin duda como fantástico contexto para alguna de sus novelas. La verdad es que a fecha de hoy desconocemos cuál es su profundidad exacta, pero lo explorado hasta el momento nos indica una profundidad de nada más y nada menos que de 2.191 metros.
La cueva de Voronia y sus profundidades inexploradas
Para visitarla, y si te arriesgas a una aventura con tu equipo de espeleología, deberás acercarte al mazizo Arábico de los montes de Gagra, en la república autónoma de Abjasia en Georgia. Un poco lejos ¿verdad? Pero el viaje debe merecer la pena si eres de los que poseen un espíritu curioso y arriesgado.
Hasta el 2004 el récord de profundidad logrado por los equipos de investigación estaba en los muy aceptables 1710 metros. Pero a lo largo del 2004 y el 2005, y a través de tres complejas expediciones por parte del equipo CAVEX , alcanzó ya los 2140, al encontrar una zona inexplorada hasta entonces, un lugar dotado de una tenebrosa pero a la vez emocionante profundidad satinada de oscuridad, donde se adentraron con tal de averiguar hasta dónde llegaba.
Se detuvieron en los 2140, pero en el 2012, e alcanzaron ya los -2191 m. EL equipo español-ruso encabezado por D. Provalov y S. García-Dils nos señalan que es posible incluso superar los 2700 m, ya que hay cavidades situadas 150 m por encima de la entrada de Voronia, que podrían estar conectados con el Mar Negro. Toda una aventura que año tras año sigue atrayendo a todos aquellos amantes de las emociones fuertes que desean no solo superar el récord, sino averiguar hasta dónde alcanza la profundidad real de la cueva de Voronia.
Pero…¿y qué hay en esas extrañas profundidades? te preguntarás. ¿Hay seres vivos? ¿criaturas o especies extrañas? Pues bien, la respuesta es sí. En la cueva se ha catalogado recientemente una especie de escarabajo de los abismos, totalmente desconocida hasta el momento. Se trata de una criatura muy adaptada a las condiciones de vida subterránea, y la han bautizado con el sugerente nombre de Duvalius abyssimus.
Tan solo disponemos de dos ejemplares, un macho y una hembra, y llama la atención que aún tengan ojos, ya que los seres de los abismos suelen carecer de ellos al no serles útiles. Pequeños seres que algún equipo de científicos y espeleólogos se preocuparon en capturar para ofrecer a la ciencia una nueva especie a tener en cuenta. Quién sabe qué otras criaturas encontrarán a medida que sigan descendiendo…
¿Te atreverías a descender y visitar su interior?