El Síndrome de Rokintansky afecta a una de cada 5.000 mujeres. En realidad, dejando a un lado el matiz curioso y singular de este cuadro clínico del desarrollo femenino, hemos de tener en cuenta que es algo traumático y que obliga a muchas jóvenes a tener que hacer frente a diversos problemas, como por ejemplo, el rechazo de muchas de sus parejas.
Una chica no se da cuenta de estas particularidades hasta que entra en la adolescencia y descubre que mientras todas sus amigas tienen ya la menstruación, a ellas, todavía no les ha llegado. Cuando cumplen los 16 o los 18 y no han tenido su primera regla, queda claro que algo ocurre.
Si a ello se le añade además el hecho de que sus primeras relaciones sexuales son terriblemente dolorosas, convierte la vida de estas jóvenes en un secreto tormento del que solo saldrán cuando sean atendidas por un buen profesional y les hable de que su problema, tiene nombre…
Síndrome de Rokintansky. Te lo explicamos.
Síndrome de Rokintansky: nacer sin vagina, cérvix o útero
Empezaremos contándote el caso de una muchacha. Joanna Giannouli recibió su diagnóstico con 17 años. A esta edad muchas chicas suelen llevar ya una vida sexual activa, y la menstruación, es la eterna y conocida compañera que llega todos los meses demostrándonos que el cuerpo, al fin y al cabo, funciona como debe. Que todo va bien.
Este no era el caso de Joanna, quien aterrada por si algo malo ocurría en ella, recibió una noticia que no esperaba. Carecía de vagina, cérvix o útero. La mayoría de estas chicas producen hormonas femeninas con normalidad, lo cual les permite desarrollarse bien hasta la pubertad, pero en ocasiones, su vagina es muy corta, carecen de trompas de falopio y además, suelen padecer problemas óseos y renales. Es algo complicado, doloroso y traumático.
Las causas de esta particularidad suelen ser bastante complejas. Estamos ante un trastorno congénito, y por tanto, surge ya durante el desarrollo embrionario. Los expertos comentan que lo más probable, es que se deba a na falta de receptores a las hormonas sexuales en los conductos de Müller, y a otros déficits enzimáticos que acaban determinando la ausencia de estos órganos femeninos.
Joanna fue operada con 17 años para que tuviera «un túnel vaginal» con el que poder mantener relaciones completas. Estuvo meses guardando reposo, pero su novio por aquel entonces, no tardó en abandonarla. Cada vez que sus parejas descubren que padece el síndrome de Rokitansky la ven con extrañeza, la ven como una «mujer incompleta» que además de no poder tener hijos, presenta «anormalidades» que no terminan de aceptar o entender.
Joanna lo ha pasado mal, en especial por una familia que no ha sabido apoyarla de la forma más acertada. Su madre por ejemplo, deseaba tener nietos, y ahora ha de hacer frente a la idea de que nunca será abuela. Otro error que han cometido es hablar del problema de su hija con otras personas, de forma que todos sus amigos y conocidos de la localidad la han tratado como un «fenómeno». Es la chica «que han reconstruido» porque nació mal. La sociedad en ocasiones es cruel y con escaso tacto, y por ello, Joanna ha tenido que pasar por varias depresiones, ataques de ansiedad y un rechazo que en especial «venía de sí misma». No se aceptaba, no se quería, no se entendía…
Ahora tiene 27 años y ya dispone de otra pareja que no le da ninguna importancia al hecho de que no pueda tener hijos, o que su cuerpo, en el interior, no sea igual que el del resto de mujeres. Hemos de pensar también que muchas de estas técnicas para restaurar o crear una neovagina funcional, no está exento de ciertas complicaciones, como infecciones, necrosis.. Es algo complicado que la ciencia, está intentando mejorar. Aunque la maternidad es algo que a día de hoy no podrán experimentar si en un momento dado, puedan desear estas mujeres. Ahora Joanna y su pareja son felices de este modo. No desean más.
No olvides darnos tu opinión sobre el tema y recordar nuestro artículo sobre el curioso corto sobre la menstruación de Walt Disney.