Anteriormente hicimos un artículo sobre algunas pautas que se deben tener en cuenta para la donación de sangre. Sin duda mucho más sencillas que las siguientes, pero también hay que evaluar cuáles son las posibilidades que tenemos de regalar vida a quien lo necesite, siempre y cuando no comprometa la nuestra. A continuación te contamos qué hacer para donar órganos.
¿Qué hacer para donar órganos? ¡Descúbrelo!
A diario miles de personas entran en listas para optar por un órgano y por ello, cada país tiene sus leyes en cuanto a la donación de órganos. Por ejemplo, en España, todos los ciudadanos son candidatos si en vida no dijo lo contrario, según la Ley de Trasplantes. Es responsabilidad de la familia decidir si cumplir con la ley en caso de que el fallecido no haya expresado su posición antes de morir.
Cuando se diagnostica muerte cerebral, el paciente se remite a la Organización de Recuperación de Órganos (OPO en inglés) y ellos hacen una evaluación para saber de cuáles órganos van a disponer.
¿Qué órganos se pueden donar? Se puede donar el corazón, los pulmones, el hígado, riñones, páncreas y los tejidos como la córnea o médula ósea. Incluso un trasplante de hueso y piel son posibles. Todo depende de lo que haya expresado el donador en vida. Es mucho más sencillo donar tejidos ya que tiene menos requisitos médicos, mientras que para los órganos hay que morir a nivel cerebral para que ocurra. Es decir, por más que tu deseo haya sido salvar o mejorar las vidas de otros, si mueres por otras condiciones, lamentablemente no podrás ser donante.
Una persona viva también puede donar. Solo necesita ser mayor de 18 años y menor de 60 en promedio, tener una excelente salud, condición física y mental, no padecer cáncer, hipertensión o enfermedades cardiovasculares y estar completamente seguro de querer hacer la donación. Aquellos que sean perfectos para hacer este procedimiento son escogidos de manera cuidadosa para evitar que su salud física y mental se exponga.
Existen varios tipos de donantes vivos:
- Los parientes sanguíneos son los primeros en la lista porque hay más probabilidades que sean compatibles.
- Los parientes no sanguíneos, como la pareja, amigos, vecinos o algún conocido que lo amerite.
- La donación anónima se hace desinteresadamente, con el fin de mejorar la salud de un desconocido.
- En ocasiones la donación puede ser entre dos personas con distintos tipos sanguíneos. Para que el beneficiado no lo rechace, se prepara el cuerpo con tratamientos, siendo más común cuando se trata de los riñones.
Por lo general, los trasplantes son seguros y no hay riesgos porque se supone que hubo una evaluación previa a la operación, pero sí pueden surgir complicaciones. Ahora, esto ni aumenta ni disminuye la calidad de vida de quien dona. Se puede vivir con un riñón, el hígado y la médula ósea se regeneran, y omitir la función del páncreas no debería ser problema.
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