Muchas películas están inspiradas en hechos reales. Unas explican grandes hazañas y otras nos sumen en el terror más absoluto al pensar que esos hechos están basados en acontecimientos que ocurrieron realmente. La verdadera historia detrás del film «El sustituto» (en España «El intercambio»), es realmente terrible. Esconde un caso de corrupción policial que no tuvo en cuenta en absoluto los sentimientos de una madre ni la verdad.
La verdadera historia detrás del film «El sustituto».
La película «El sustituto» (Clint Eastwood, 2008) narra la historia de una mujer cuyo hijo desaparece. La policía lo busca y le presenta a un chico que dice ser su hijo. La mujer insiste en que no es él. La policía, que quiere resolver el caso como sea, la interna en un psiquiátrico. No explicamos más por si alguien no la ha visto, pero sí os contaremos el caso en que se basó.
J. Michael Straczynski, guionista, encontró por casualidad entre unos viejos archivos del ayuntamiento de Los Ángeles que iban a ser destruidos, las transcripciones de la vista del caso Christine Collins y el Consejo Municipal de Bienestar Social. A partir de ahí fue siguiendo el caso y las peripecias de la Sra. Collins, durante siete años, luchando contra la policía para descubrir que había ocurrido con su hijo.
Walter Collins tenía 9 años cuando desapareció un 10 de marzo de 1928. Su madre, Christine, denunció el caso. La policía estaba en manos de un jefe corrupto conocido como James E. “Dos pistolas” Davis y el alcalde que lo apoyaba George E. Cryer. La población de Los Ángeles sufría los desmanes del Departamento de policía y la alcaldía sin posibilidad de protestar. Cuando pasaron los meses y el caso de Walter no se resolvía, la gente empezó a levantar la voz contra el Departamento. En ese momento apareció un chico en Illinois que dijo ser Walter Collins. Christine reunió el dinero para que viajara de vuelta a casa y toda la ciudad se reunió para esperarlo. Cuando el chico bajó del tren, la madre dijo que no era su hijo. La policía que estaba vanagloriándose de haber resuelto el caso, no quiso escucharla. Insistían en que sí lo era. La convencieron para que se llevara al chico a su casa durante unos días. Christine a las 3 semanas devolvió al niño: no era su hijo. Llevó testigos e incluso pruebas dentales, pero fue en vano. J.J. Jones, el policía que llevó el caso, junto con el jefe del departamento, no querían dar marcha atrás y empezaron a difamar a la Sra. Collins. Dijeron que en realidad no quería a su hijo y que estaba desquiciada. Consiguieron encerrarla en un psiquiátrico por un polémico «código» llamado 112. Éste permitía internar a personas problemáticas en un centro sin ningún tipo de orden judicial.
Finalmente el chico confesó que en realidad no era Walter Collins, sino Arthur Hutchens también conocido como Billy Fields, que tenía 12 años y que se había escapado de su casa para llegar a California y conocer a su actor favorito. Durante su huida le habían comentado en varias ocasiones que se parecía al niño desaparecido en Los Ángeles y había decidido hacerse pasar por él y así viajar gratis.
Christine, con la ayuda de Gustav A. Briegleb, ministro presbiteriano y luchador social, consiguió salir del psiquiátrico y su caso fue el detonante para acabar con la corrupción policial en la ciudad. También se consiguió la anulación del «código 112». Lamentablemente, Walter Collins nunca fue hallado, ni vivo ni muerto. Se cree que posiblemente el asesino en serie, Gordon Stewart Northcott, causante junto con su madre de los «crímenes de Wineville», acabó con la vida del niño.
Esta es la terrible historia que inspiró la película «El sustituto» genialmente interpretada por Angelina Jolie. Si te ha gustado este artículo, quizá quieras leer el post sobre «Libranos del mal»: la historia detrás de la película.