Tranquilo/a, no pretendemos asustarte ni darte aún menos ninguna noticia catastrófica. Como amantes de las curiosidades, no podíamos dejar de hablarte del llamado “Doomsday Clock”, un reloj metafórico que nos avisa de la proximidad ni más ni menos, que del juicio final. Y hay que ir con cuidado, porque sólo quedan cinco minutos… Estamos seguros de que te apetece saber más sobre este asombroso símbolo para la humanidad que antes que nada, debe hacernos pensar un poco… ¿Preparado para contener aliento y empezar con esta cuenta atrás?
El reloj del fin del mundo y su eterno tic-tac
Tic-tac. El tiempo pasa y sólo nosotros somos los responsables de que el día menos pensado, este reloj marque la verdadera cuenta atrás. ¿Te has parado alguna vez a pensar en si estamos a salvo realmente? ¿O en qué punto se encuentran las relaciones políticas entre nuestras superpotencias? ¿Y nuestro planeta, no lo estamos quizá castigando demasiado con nuestras industrias, nuestros vertidos y nuestras ansias consumistas? Antes de asustarte demasiado, entendamos primero a qué se debe esta funesta advertencia.
El “Doomsday Clook” fue una idea creada en 1947 por el Bulletin of Atomic Scientists (BAS). Es decir, no hay ningún reloj físico y tangible. Es sólo una idea, un concepto alarmista ideado por un grupo de científicos de la junta directiva de dicho boletín creado en la Universidad de Chicago por esta época.
¿Su finalidad? Advertirnos. Advertirnos de la vulnerabilidad del planeta, de cercanía de un desastre, de una hecatombe debido a las armas nucleares, a la acción del hombre sobre la naturaleza y los recursos naturales, conflictos bélicos, fugas radiactivas, el calentamiento de la tierra…en esencia, esas perlas que el ser humano es tan aficionado a provocar queriendo o sin querer.
Dicho reloj, marca siempre las doce menos cinco. Es decir, faltan cinco minutos para el llamado «Juicio Final». En la imagen de abajo puedes ver una escena de la época, una toma mediante la cuál, los responsables del Boletín de Científcos Atómicos, advertían a la población de dicho riesgo…
Es un toque de atención muy ilustrativo de lo que está ocurriendo. De algo, que ya lleva más de 50 años avanzando y que parece no alcanzar solución alguna. El fin del mundo se arrastra día a día en silencio sin que nos demos cuenta. Problemas medioambientales y conflictos bélicos son hechos que siguen encabezando titulares en nuestros periódicos desde hace ya bastante tiempo…. ¿deberíamos pues empezar a preocuparnos? Tal vez.
Seguramente te preguntes quién decide el si dichas manecillas deben moverse en un momento dado. El comité de científicos del boletín, dispone desde los años 50 de la ayuda de un grupo de expertos y premios Nobel (hoy en día son 18), que deciden si el reloj debe avanzar o no, teniendo en cuenta la situación actual.
Pero no creas en absoluto que El reloj del Juicio final se ha mantenido impasible a lo largo de estos años. Se sabe que el momento más dramático surgió en 1953, cuando EEUU hizo explotar su primera bomba de hidrógeno. El reloj avanzó tres minutos. La humanidad quedó sin aliento ante tanto horror.
También en 1962 estuvimos a sólo dos minutos del fin del mundo, justo cuando Rusia puso sus misiles en tierras cubanas. Pero ¿y recientemente? ¿qué tal anda la situación actual para el reloj del juicio final? Bien, pues hemos de decirte que sus manillas avanzaron de modo alarmante justo cuando se sucedió el terrible accidente con la fuga radioactiva producida en la central de Fukushima en 2011.
Las manecillas se pusieron en marcha, y de hecho avanzaron tres minutos… muchos creían que si aquello no se detenía, si no se contenía, el fin del mundo hubiera llegado a su fin. Pero afortunadamente el reloj se detuvo y volvió a su posición original… Aunque en realidad, el riesgo y la contaminación que sigue provocando la central, es aún muy peligrosa a pesar de que la prensa ya no centra su atención en este punto del planeta.
El doomsday clock, como ya sabemos, marca el tiempo que le queda al mundo según el Bulletin of Atomic Scientists. Si en el pasado las relaciones entre Rusia y EEUU dominaron siempre el ritmo de su segundero, por asombroso que parezca hoy en día parece que las cosas tampoco han cambiado mucho: las relaciones entre ambos países no pasan por el mejor momento, no a la misma intensidad que en la Guerra Fría, pero lo sí lo suficiente para marcar un desequilibrio para la paz mundial.
¿Y qué decir del medio ambiente, de las emisiones de CO2, de la contaminación, de las centrales nucleares, la deforestación…? El reloj del fin del mundo es algo simbólico, lo sabemos, no es más que una invención de un boletín científico que debe servirnos de advertencia. Para hacernos pensar si la humanidad, va en buen o mal camino para ofrecer esperanza a este planeta donde sólo somos breves inquilinos.
Huéspedes de una civilización que parece no aprender de sus errores. Tic-tac.
Para que tú mismo vayas comprobando el estado del Reloj del Juicio Final, te animamos a que consultes de vez en cuando su interesante información en el «Bulletin of the Atomic Scientists»