Si eres un pasajero regular de vuelos comerciales, es probable que ya ni prestes atención cuando los tripulantes comienzan a darte instrucciones sobre lo que debes hacer en caso de emergencia, mientras el avión carretea por la pista y espera turno para despegar.
No prestas atención porque has escuchado tantas veces lo mismo que crees saber de memoria lo que hay que hacer en caso de accidente, si logras sobrevivir al impacto. Pero hay casos en los que sin impacto alguno podrías perder la vida, por no haber prestado la debida atención a la explicación de la asistente de vuelo sobre el uso de la máscara de oxígeno.
La importancia de ponerse uno primero la máscara de oxígeno en un avión
Te hablan de las puertas de emergencia, del uso del cinturón y de los chalecos salvavidas, y de colocarse inmediatamente las máscaras de oxígeno cuando ésta aparezca sobre nuestras cabezas; y el énfasis hay que hacerlo en el inmediatamente, porque el postergarlo para auxiliar a alguien más podría tener consecuencias desastrosas en caso de despresurización de la cabina.
Los aviones comerciales vuelan a una altura promedio de 10 km de altura (30.000 pies), una región de la atmósfera donde las temperaturas son muy bajas y la presencia de oxígeno es tan escasa que es como si no existiera para el ser humano. Es por eso que los aviones que vuelan por encima de los 6 km sobre el nivel del mar deben estar presurizados y, en el caso de los pilotos de cazas y otros aviones militares, éstos deben llevar la máscara de oxígeno todo el tiempo, si el avión no está dotado de atmósfera artificial.
Al salir las máscaras de oxígeno, debe haber por lo menos la sospecha de que el avión se está despresurizando y, de ser así, es probable que el piloto descienda hasta una altura donde el aire que entre al avión tenga la cantidad necesaria de oxígeno; mientras, es de vital importancia que uses la máscara, y que te la pongas de inmediato. La reacción instintiva en estos casos es intentar colocar la máscara de oxígeno a tu hijo o a tu cónyuge, y es por eso que los asistentes de vuelo insisten tanto en que te coloques primero tú la máscara y luego ayudes al que tienes al lado. Pues bastan unos 30 segundos o menos para que seas víctima de la hipoxia.
La hipoxia se produce por deficiencia de oxígeno en la sangre: comienzas a adormecerte, pierdes el control de los músculos, sufres de confusión mental y tomas decisiones equivocadas. En cuestión de segundos pierdes la conciencia, quedas incapacitado y, si la situación se prolonga, podrías morir.
Por eso es importante escuchar de vez en cuando las instrucciones de los auxiliares de vuelo, y seguirlas al pie de la letra cuando se presente la emergencia. No lo olvides: tú primero, y luego tus seres queridos.