Desde la aparición de Candy Crush no se había presentado un juego para teléfonos tan exitoso y masivo, y que tuviera el efecto de Pokémon Go en usuarios de todo el mundo. Esta aplicación además tiene la particularidad de combinar el mundo real con el del juego, generando situaciones que han obligado a las autoridades a emitir advertencias y a discutir sobre si el efecto de Pokémon Go podría considerarse perjudicial para los usuarios.
Éste es el efecto de Pokémon Go en tu cerebro
Aunque lanzado oficialmente en julio de 2016 para Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia, Pokémon Go de inmediato se ha convertido en un fenómeno mundial. El juego consiste en una aplicación para teléfonos celulares con el que puedes ubicar personajes de esta famosa serie de animación japonesa en el mundo real. Esto implica que debes desplazarte con tu teléfono por distintos espacios en ciudades y parques, atrapando pokemones e interactuando con otros usuarios.
El éxito del juego ha sido extraordinario, pero eso no ha evitado que hayan comenzado a surgir críticas a partir de algunas situaciones que se han presentado: ha habido jugadores arrollados, que han sufrido caídas aparatosas y en algunos casos han perdido sus teléfonos debido a hurtos, al cazar pokémon en zonas inseguras o muy solitarias de sus ciudades. Pero esto no es todo.
Aunque es demasiado pronto para que haya estudios sobre el efecto de Pokémon Go en tu cerebro, se están produciendo algunas aproximaciones a partir de otras investigaciones sobre los efectos de diversos videojuegos o de equipos electrónicos como los GPS. Es el caso del profesor Elan Barenholtz, del Centro de Sistemas Complejos y Ciencias del Cerebro de la Universidad Atlántica de Florida, que en un artículo aparecido en Los Ángeles Magazine afirmó que Pokémon Go podría producir efectos similares a los que causan las drogas.
Las drogas afectan usualmente los centros de recompensa del cerebro, y es así como generan adicción; los videojuegos convencionales también estimulan estas áreas del cerebro, y Barenholtz teme que en el caso de Pokémon Go, al combinar figuras virtuales con la realidad, termine por causar un impacto aún más profundo en estos centros, generando de esta manera una dependencia mayor. Este investigador reconoce también que es muy prematuro hacer afirmaciones tajantes sobre el efecto de Pokémon Go, mientras no haya estudios y un buen seguimiento a la conducta de los jugadores.
Otro neurocientífico, el doctor Colin Ellard, de la Universidad de Waterloo, en Toronto, considera también que es muy pronto para hacer afirmaciones categóricas en torno a los posibles efectos neurológicos de Pokémon Go. Por un lado opina que el juego podría ayudar a personas depresivas o que sufren de ansiedad, al hacer que salgan a la calle en busca de Pikachu, o Charizard. Por otro, cree que al concentrarse en el teléfono y las figuras virtuales, es probable que disminuyan o desaparezcan los efectos benignos de moverse al aire libre o por las calles de una ciudad segura (la activación de los centros de placer y la disminución del estrés).
Ellard recordó que hay estudios sobre el excesivo uso de videojuegos, vinculándolos a la aparición de síntomas de la enfermedad de Alzheimer, y otros, realizados por investigadores de la Universidad McGill, que han mostrado cómo el uso constante del GPS de los teléfonos y del automóvil pueden atrofiar las áreas del cerebro especializadas en la orientación espacial, como el hipocampo o el núcleo caudado.
La recomendación sería no destinarle un uso excesivo a este juego, y quizás matizar el posible efecto de Pokémon Go apagando el teléfono y disfrutando de los espacios verdes que ofrece tu ciudad.
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