Cada año por Pascua, en la localidad de Biddenden, mucha gente recuerda agradecida a esta singular pareja de hermanas. La existencia de las siamesas de Kent se hunde en la leyenda y muchos historiadores dudan de que fueran reales, sin embargo su legado sigue repartiéndose anualmente. Este es el curioso caso de las siamesas Mary y Eliza Chulkhurst.
El curioso caso de las siamesas Mary y Eliza Chulkhurst
En el año 1100 nacieron en la población de Biddenden, en el condado de Kent, en Inglaterra, dos niñas gemelas. Lo sorprendente fue que, al parecer, estaban unidas por el hombro y por la cadera. Por fortuna para ellas, pertenecían a una familia acomodada que las cuidó y, como su unión no representaba ningún problema vital, fueron creciendo juntas sin problemas. Explica la leyenda que tenían frecuentes peleas que en ocasiones terminaban a golpes. Al poco tiempo de cumplir los 34 años, una de las gemelas, Mary, falleció repentinamente. El médico fue avisado de inmediato y propuso a la superviviente intentar la separación de los dos cuerpos para tener alguna posibilidad de sobrevivir. Eliza se negó a ser separada diciendo que «si hasta ese momento habían vivido juntas, también se irían juntas». 6 horas después murió la segunda gemela.
Las mujeres habían hecho un testamento conjunto en el que legaban a la caridad 5 parcelas de tierra en el término de Biddenden, lo que correspondían aproximadamente a 8 hectáreas, para que con los rendimientos de esas tierras se repartiese cada Pascua un donativo en forma de pan, queso y cerveza a las personas necesitadas del lugar. Esos terrenos pasaron a llamarse «Tierras de Pan y Queso».
Algunos historiadores ponen en duda la existencia de las hermanas o las sitúan en el siglo XVI. Lo que es indudable es que existe documentación desde 1600 sobre este reparto de alimentos para Pascua y de los problemas derivados de las algarabías que se producían en la entrega. También de que esas tierras, cuyo rédito es repartido entre los pobres, fueron reclamadas por un capellán de la parroquia para su propio beneficio y que perdió el pleito.
Otra de las dudas que planean sobre la historia es que los nombres de Mary y Eliza no surgen en las crónicas hasta el siglo XVIII. Pero, para contrarrestar este hecho, los médicos afirman que la información de la leyenda podría ser cierta ya que el intervalo de 6 horas entre la muerte de un gemelo siamés y el otro, que se cita en la leyenda, es correcto y este dato no puede haberse inventado.
Finalmente, en las Tierras de Pan y Queso se construyeron viviendas y con el importe que se obtiene cada año se reparte entre las viudas, jubilados y necesitados de la población, tanto en Navidad como en Pascua, una importante cantidad de alimentos. Además, es tradición en el pueblo de las siamesas Mary y Eliza Chulkhurst, la confección de unos panes/galletas con la forma de las siamesas unidas por los hombros, que se venden como souvenirs. El importe recaudado se une al producido por las rentas de las «Tierras de Pan y Queso».
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