Desaparecieron sin dejar rastro. 11 Víctimas entre febrero de 1915 y enero de 1919. Acompáñanos a conocer la terrorífica historia de este asesino en serie: Henri Désiré Landrú, conocido como el «Barba azul de París».
Henri Désiré Landrú, el «Barba azul de París» asesino en serie
Henri Désiré Landrú fue un «hombre encantador» que aprovechándose de su donaire mató a 10 mujeres, a las que se prometió en matrimonio, y al hijo de una de ellas. Cometió los asesinatos durante la Primera Guerra Mundial y dos circunstancias favorecieron sus fechorías: por un lado la abundancia de viudas, por los hombres que caían en el frente, y por otro la confusión que reinaba en Francia durante la etapa bélica.
Nacido en París en 1869, era hijo único de un matrimonio trabajador, pero que no pasaba estrecheces. Creció en un entorno afable, cuidado y mimado por sus padres. Sin embargo, sus aspiraciones eran muy altas y a partir de los 20 años encadenó un delito con otro, especializándose en estafas. Cumplió varias condenas, pero no cambió su trayectoria, necesitaba dinero para seguir con su tren de vida. En 1889 debido a un embarazo no deseado, contrajo matrimonio con su prima Marie Reny. A lo largo de su convivencia tuvieron 4 hijos. Landrú necesitaba dinero y contestó al anuncio de un diario en el que una viuda, Mme Izoret, solicitaba a cambio de su patrimonio un hombre que la acompañara el resto de su vida. Henri Désiré Landrú se presentó y con su apostura, educación y simpatía engañó a la mujer que confiada le dio 20.000 francos para que los invirtiera. Landrú desapareció con el dinero. La mujer lo denunció, fue apresado y condenado. Durante esa etapa, parece ser que perfiló sus planes y decidió que debía matar a sus víctimas después de estafarlas si no quería ser denunciado y reconocido.
Cuando acabó la condena, había estallado la Primera Guerra Mundial. El conflicto bélico propició que aumentara el número de mujeres viudas que buscaban un varón que compartiera su existencia. Adoptó diversos nombres y eligió con cuidado a sus víctimas. Quería que tuvieran un buen patrimonio al que poder echar mano. Hacía que le confiaran su dinero y luego las mataba, quemando sus restos en la cocina a leña de la casa que tenía alquilada. Mientras, continuó con su esposa legal en una convivencia espaciada.
Muchas mujeres contestaba a sus anuncios en los diarios, que decían:
«Viudo, dos hijos, cuarenta y tres años, solvente, afectuoso, serio y en ascenso social desea conocer a viuda con deseos matrimoniales»
Si se descubrieron sus asesinatos fue gracias a una coincidencia. Debido a la confusión de la guerra, la gente perdía fácilmente la pista de sus amigos y familiares, pero algunas personas insistían ante la policía sobre la desaparición de una hermana o una amiga, poco antes de contraer nuevo matrimonio. El ayuntamiento del pueblo de Gambais recibió una carta en la que una tal Mme Pellat pedía noticias de otra mujer llamada Mme Anne Collomb, prometida de un tal M. Dupont, con el que se había afincado en la localidad. En Gambais nadie conocía a M. Dupont ni a Anne Collomb. Meses después llegó otra carta que exponía un caso idéntico pero con otros nombres. El alcalde dio parte a la policía por encontrar extraña la similitud de los dos casos.
Un inspector llamado Belin dirigió la investigación y fue hablar con la segunda de las mujeres que habían escrito a Gambais. Su nombre era Mme Lacost y la desaparecida era su hermana. Dio una descripción detallada del prometido y de las circunstancias del caso. Por una curiosa coincidencia, esa misma tarde Mme Lacost vio a M. Frémyet, el prometido de su hermana, saliendo con una mujer de una tienda de arte. Avisó al inspector Belin y éste consiguió en el comercio la tarjeta de visita del estafador/asesino, aunque con otro nombre y una dirección parisina.
Henri Désiré Landrú fue detenido y se encontraron numerosas pruebas de los asesinatos cometidos. Documentación, restos óseos y una agenda en la que el «Barba azul de París» detallaba todos los gastos en los que había incurrido con cada una de las víctimas. La mayoría de los asesinatos fueron cometidos en Gambais, en una mansión que tenía alquilada. Fue guillotinado en la prisión de Versalles el 25 de febrero de 1922. Había matado a 11 personas y se encontró entre sus papeles una lista con 283 nombres más de posibles víctimas.
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