Cuando se trata de una entrevista de trabajo, puedes tener el mejor currículum, la mejor presentación personal e incluso las mejores respuestas a las preguntas que te plantean, pero algo a lo que no solemos dar mucha importancia son los gestos y expresiones que usas y que pueden revelar muchísimo de ti. Si eres muy nervioso, presta atención a lo que debes evitar, si quieres tener mayores probabilidades de ganar ese puesto que buscas.
¿Eres muy nervioso? Así podrías estar saboteándote en una entrevista
De manera consiente e inconsciente, todos tenemos comportamientos repetitivos, negativos o positivos que hablan de nuestra forma se ser incluso aunque no nos damos cuenta.
Poner los ojos en blanco, juguetear con tus anillos, tocarte el cabello, arrugar la frente, hacer sonar tus nudillos… son tan solo algunos de los gestos que tanto en la vida diaria como en una entrevista de trabajo, pueden jugarnos buenas y malas pasadas.
La falta de contacto visual por ejemplo, puede comunicar que no eres digno de confianza y tener los pies cruzados, que eres inseguro.
Una manera de ser plenamente consciente de tus expresiones y gestos es grabarte mientras hablas y preparas la entrevista. ¿Qué ves? ¿Qué no deberías hacer y que se ve natural? Una vez conoces tus peculiaridades, fruto del nerviosismo, es momento de empezar a corregir aquellas que puedan perjudicarte.
Si estás muy nervioso antes de una entrevista, organiza tus ideas en la mente y ten presente que debes evitar algunas cosas. Nunca pierdas la concentración; puede haber cosas que te distraigan muchísimo durante la entrevista y, aunque parezca mentira, pueden ser parte de la prueba.
Siempre debes mostrarte auténtico, no tengas miedo de presentarte como quien eres en realidad y no intentes aparentar ser otra persona; si dices que eres muy sociable y amigable, pero te sientas encogido en la silla con tus brazos muy pegados al cuerpo puedes estar mostrando una contradicción.
Debes ser expresivo, en la medida correcta, claro, si no muestras ningún tipo de reacción frente a las situaciones que se te presentan, es decir te muestras demasiado apagado y frío, podrías estar perjudicando a tu presentación, así como si te expresas de una manera exagerada, también puede resultar negativo.
Pero recuerda; si los nervios te están ganando terreno, siempre puedes recurrir al humor, trata de calmarte un poco, ser valiente y tomar el problema de una manera más relajada. Esta es posiblemente la mejor opción si ves que la situación se te está saliendo de las manos, intenta no entrar en pánico.
Algo que te puede ayudar mucho, es descubrir aquello que hace que te comportes de esta manera, tal vez no te sientes suficientemente preparado para la entrevista o no estás muy seguro de tus habilidades. Es normal tener miedo, pero debes superarlo si quieres salir adelante; ponte la meta de hacerlo bien, prepárate a conciencia y da lo mejor de ti.
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